El Deo Volente

Lo Que Tus Ojos Ven

Buscaba un lugar dónde Escribir, un Cuaderno para desahogar mi Espíritu, una pluma que marcara cada aspecto de mi mente, cada detalle.

Mi vida entera, se constituía como un cuaderno vacío, un libro que no tenía nombre y una historia sin sentido. O almenos eso pensaba, pero como todos logre encontrarlo a él o más bien el a mí. La primera vez que lo sentí fue el día que mis pies o mi calzado pasaron la puerta de su casa, al entrar escuchaba como mi corazón latía, y con cada pasó, el latir se incrementaba, parecido a correr en una Maratón, no entendía el porque, pero sabía que algo increíble estaba a punto de ocurrir, y cuanto más me adentraba a su casa más rápido y fuerte se iba acelerando mi pulso, algo estaba claro en ese momento, una parte de mi ya había Estado en ese lugar, me sentía alegre, pues mi alma por dentro estaba llorando y fue en ese instante, en ese preciso momento, que lo escuché, una voz delicada, suave e intensa a la ves, llenando cada espacio de ser, diciendo, Bienvenido te había Estado esperando.

Tal vez para mi era extraño oir ese voz, pero para mi corazón y mi Espíritu no, ellos la conocían, sabían perfectamente de quien era esa voz, y desde ese momento, todo empezó a tomar forma, lo que en algún momento consideré como un vacío, empezó a inundarse con palabras y actos de Amor. Extrañamente aquí es donde todo inicia, y para continuar quiero hacerte una pregunta ¿ Has escuchado su Dulce Voz?.




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