El Deseo de Tenerte✓

14: Eres perfecto, Elliot.

Capítulo 14: Eres perfecto, Elliot.

Elliot.

Llevo media hora encerrado en mi habitación recordando el desastre de noche y de lo que causó un deseo carnal y sentimental. En lo mucho que podemos desconocemos al sucumbir a los deseos y exigencias del corazón. Tengo varias de mis valijas sobre la cama con mudas de ropa grandes, zapatos guardados y trajes por igual. He dado la orden de marcharnos hasta que las aguas se calmen.

Hasta que esto vuelva a ser como antes.

Henry se ha comunicado con mi padre y quiere hablar, no quiere que nuestra amistad acabe de este modo por una chica como Valeria pero me niego, deseo estar solo un tiempo sin contacto alguno con personas que me conecten a este suceso. Y Valeria… ella me ha dejado un mensaje de texto y aunque quiera verlo me niego, me hago el fuerte y he apagado mi teléfono hasta nuevo aviso.

Alana, Dom, y mi padre igual han hecho sus maletas y han dado las vacaciones correspondientes a mi personal de la casa. Los niños esperan en el auto en lo que mi padre y yo nos despedimos de los recuerdos que circulan por cada pasillo, recámara, jardín… muchos que ahora me atormentan.

—¿Y por cuánto será esto?

—Hasta que pueda sanar y sentirme bien.

Estaba mal, mi salud mental estaba fatal y quería sanar. Quizás al regresar si pueda hablar con Valeria pero por el momento deseo y anhelo distancia.

—Ha tenido que pasar todo esto para ver qué estás mal. —. Alan solo quiere lo mejor para mí y puedo entenderlo, es mi padre después de todo y como tal espera verme feliz y sano, pero preferiría evitar las riñas sobre este tema.

—No es momento para regaños.

Terminé saliendo de la casa a la mínima aparición de lágrimas, él me siguió a los segundos de cerrar la puerta. En el coche nos espera un chófer que será amable de guardar mi auto en esta cochera al segundo de abandonarnos en el aeropuerto.

—¿Esto será por cuánto? —. Alana se veía intrigada y angustiada, sé porque pero me niego a que tenga contacto con esas personas.

—Hasta que pueda aplazar mi muerte. —. Era verdad aunque me haya ganado varias malas miradas.

—No pude despedirme de Crista…—. Farfulló en un hilo de voz, haciendo que yo bufe.

—Sobre mi cadáver putrefacto verás a esa niña.

Ignore su quejido y pasé a usar mis audífonos con música que pueda relajar mis tensos músculos, sin embargo recuerdos al lado de Valeria abundan mi mente al igual que una marea inestable.

Flashback.

Había sacado gran parte de su ropa de aquel majestuoso cuerpo que se carga y que esconde bajo prendas algo grandes para ella. Me espera acostada sobre su cama en lo que yo me quitaba lo que traía puesto. El anhelo en su mirada me hacía apresurarme, la sangre me ardía por tocar, besar cada parte de aquel inmaculado cuerpo virginal.

—Te ves tan preciosa…

Ella se recostó cuando ya me había sacado mi ropa y planeaba quedar sobre ella. Y con algo de miedo e inseguridad de lastimarla me posicioné sobre su diminuto cuerpo sosteniéndome con un brazo para no dejar caer todo mi peso sobre ella. Sus bellos faros me veían entusiasmada, elevó una mano para dejarla sobre mi mejilla y proporcionarle una caricia.

—Eres perfecto en todo sentido, Elliot.

Me consideraba un ser completamente inferior ante ella, me era imposible no querer morirme en este momento para únicamente conservar este momento en mi subconsciente.

—Mi cuerpo magullado no se compara a lo inmaculado del tuyo.

Tengo cicatrices, heridas sanando, cortadas que aún duelen y sangran durante mis momentos de vulnerabilidad. Mientras que el cuerpo de Valeria permanece blanco, suave, sedoso y perfecto. Será manchado con mis manos al entrar enteramente.

—Imaginé por mucho tiempo este momento.

Deje un pequeño beso sobre sus labios para pasar a su cuello dónde me permito deleitar con el olor de su loción.

—¿Te imaginabas un momento íntimo conmigo? ¿Me imaginaste sobre ti?

—Muchas veces… en diferentes posiciones… durante horas y horas. —. Confesaba entre jadeos.

Oírla jadear y soltar pequeños gemidos eran un completo deleite para mis oídos, me volvía loco con cada sonido tan placentero.

—Eres una pecadora, Valeria… —. Sonreí sobre la piel de su clavícula.

Había un lindo lunar sobre el lado derecho de su clavícula y el cual me permití besar, recorrí un pequeño camino hasta llegar al inicio del valle de sus senos..

—Pero nada se compara a la realidad. Eres incluso mejor.

—Estoy enamorado de ti, Valeria, y jura que después de esto se me será más imposible dejarte.

Quedaría adicto a su olor, a la suavidad de su cuerpo, a sus sonidos, esos que únicamente espero escuchar salir de ella.

—Yo también me enamore de ti, Elliot.

Y solo bastaba con decirme eso para adentrarme a saborear aquello que vengo viendo desde hace un par de segundos.

Ella se retorcía bajo de mi mientras que recibía muestras de deseo con mi boca sobre su pecho.

—¡Elliot! —. Me perdí en aquel sonido lo que me hizo querer bajar y recorrer aquel cuerpo tan perfecto.

—¡Mierda, Valeria! —. Me sentía extasiado y únicamente he probado una parte de ella, ¿Qué me espera de lo demás?

—Quiero tocarte, Elliot. —. Me pide a lo que accedo gustosamente

La agarre fuerte de la cadera para dar una vuelta quedando ella sobre mi, específicamente sobre mi intimidad.

—¡Valeria…! —. Estaba sensible en esa zona y con sentirla sobre mi podría perderme.

Ella me ha e sentarme quedado frente a frente, con sus manos en mis hombros y sus piernas enrolladas sobre mi cadera. Sus labios estaban levemente hinchados lo que me hacía verla aún más hermosa.

—Se te cae la baba. —. Dice entre risas al verme observarla.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.