Capítulo 9.
Consternación.
Alexandra.
Revelar secretos nunca es fácil, mucho menos si con esa revelación sabes que muchas personas pueden salir dañadas, afectadas o incluso muertas. Estaba ansiosa, no quería que Gema llegue, no quería que Adrián se enterará de todo lo que me había esmerado en ocultar.
- Adrián estás en tu casa, iré al invernadero por algunas cosas para terminar la cena, ahora regreso. – Paula salió de mi casa, por la puerta trasera en dirección al invernadero, sus movimientos rígidos y tensos revelaban lo asustada que estaba.
- Gracias por la hospitalidad señora. – Ella giró su cuerpo dándole una sonrisa forzada.
Adrián giró a verme, analizándome, escudriñándome con la mirada como sigue haciendo Gema, quiero decirle que dejará de hacerlo porque solo lograba ponerme más nerviosa de lo que ya estaba.
- ¿De qué hablaban tú y tu madre en la cocina? - ¿Cómo decirle que hablábamos de hacer los preparativos para que en medio de la plática no llegue alguien y nos maten a todos? No era la mejor opción decirle eso, mucho menos sin Gema en ese lugar, además la seguridad aún no estaba confirmada.
- De nada importante. – Entrecerró los ojos, sabía que mentía. Giré los ojos, odiaba que me conociera tan bien. – Bueno hablábamos de lo guapo que te vez hoy. – digerí mis palabras, abriendo los ojos por la sorpresa. – Bueno mi madre lo dijo.
El rostro de Adrián fue tomando colores cálidos, sonreí consiente de que fueron mis palabras las que provocaron ese difuminado de colores.
Adrián.
Algo que siempre había odiado de mí, era la facilidad que tenía Alexandra para dejarme sin palabras y hacer que mi rostro se pintara de tonalidades rojizas, Alexandra sonrió al ver mi reacción, ella me había dicho que le daba ternura que yo tenga este tipo de reacciones, pero yo no quería causarle ternura, yo quería gustarle.
Cuando creí haber conseguido el valor necesario y haber acomodado mis palabras, me decidí a contestar, sin embargo, fuí interrumpido por la entrada de Gema.
- Hola chicos, que bueno que ya estás aquí Adrián, vamos a tu habitación. – Alexandra asintió, fruncí el ceño, en qué momento Gema había tocado el timbre era imposible que la señora Paula le abriera ella estaba en el invernadero y esté se encuentraba en la parte de atrás de la casa ¿Gema tenía llaves de la casa?
- Claro hablemos en mi habitación, será más cómodo. – Gema y Alexandra se veían tensas, siempre había tenido conocimiento de que ellas ocultaban algo, un aire de misterio siempre las rodeaba y era aun mas notorio cuando eras cercano a ellas, yo creo que todos en nuestro grupo saben que ocultan algo, pero simplemente a veces dejamos las cosas pasar.
Basta con ver cómo es Alexandra en su casa y como es en la escuela, mientras que en la escuela sonríe y muestra seriedad como si tuviera el control total de sus emociones, cuando está en casa toda esa actuación desaparece simplemente se deja llevar por lo que siente.
- Paula ya se encargó de eso. - ¿Paula? ¿Por qué llamó a la madre de Alexandra por su nombre era irrespetuoso por más amiga que fuera de Alexandra?
- En eso está, no tiene mucho que llegamos, no debe tardar. - ¿No debe tardar qué? ¿La cena? Debía admitir que la madre de Alexandra cocinaba exquisito.
- Correcto, esperemos un poco para que termine.
- También debe poner una en la ventana de habitación, mi vecino es Jesús, si escucha o ve algo sería peligroso. – Gema abrió los ojos con horror, era la primera vez que la veía tener una reacción que no sea meramente de burla o seriedad. Al parecer todos parecían cambiar de ánimo en la casa de Alexandra.
- ¡Maldición! ¿Cuándo pensabas decírmelo? En un año, cosas como estas se dicen idiota. – le recriminó a Alexandra. Ella se encogió de hombros.
- Lo había olvidado. – contesta con un poco de culpa en sus palabras.
- Como sea, ponla tú, Paula va a tardar un poco si acaba de empezar y a ti se te da mejor eso, pon una tenebris para que tengamos las cortinas abiertas y estemos al tanto de sus movimientos. – Tenebris, eso era otro idioma sonaba como el latín, por qué estaban hablando en latín, ¿De quién tenemos que estar al tanto de sus movimientos? ¿De Jesús?