El despertar de los guardianes.

Capítulo 11. Sello.

Capítulo 11.

Sello.

 

Adrián.

Incontables veces me pregunté qué era lo que escondía bajo la tristeza de sus ojos, pensamientos sin sentido pasaron una y otra vez intentando imaginar que era lo pasaba, sin embargo, nunca llegue a pensar que el secreto que tanto se empeñaba en esconder sería algo de una magnitud que entra en lo irreal.

Jamás paso por mi cabeza que Alexa seria la líder de una clase de secta que extraía poder de algunos de los minerales más comunes del planeta.

- Yo no diría que soy la líder, no me considero líder de nadie, solo soy la encargada de proteger la maldita piedra sagrada de la que mi padre era guardián. – Quería decirle que ser la encargada de tal misión le daba automáticamente el puesto de líder, sin embargo, un término que Gema no mencionado llamó mi atención “Piedra sagrada”

- ¿Qué es la piedra sagrada? – Gema asintió repetidas veces alertándome de que era algo importante y que olvidó mencionar como usualmente pasa con ella.

- Cierto, olvide mencionar eso, bueno a grandes rasgos la piedra sagrada es la unión de todos los cuarzos, mencione que catorce cuarzos no fueron suficientes para la oscuridad por la que el mundo era amenazado así que nació esta quinceava piedra. – Eso lo entendía, pero no contestaba mis dudas, Gema esperaba expectante una reacción por mi parte, pero aun siento que estoy completamente sorprendido por todo lo que había presenciado en los últimos 30 minutos.

- Si, pero a lo que me refiero es, qué es lo que hace especial a esa piedra, nació de los otros cuarzos porque hacía falta, pero eso en que beneficio a la humanidad.

- La piedra sagrada brinda poderes aún desconocidos a la líder de los 14. Como mencione la memoria de algunos guardianes y la de las personas que estaban implicados, perdieron su memoria, solo sabemos que es la piedra sagrada, los cuarzos y algunos de sus poderes, pero no sabemos cuáles son los secretos detrás de cada cuarzo.1

- ¡Entonces Alexandra es la persona más poderosa de los guardianes! – dije sin poder ocultar la sorpresa en mis palabras. Gema asintió sin más, la señora Paula, parecía estar sumergida en sus recuerdos y Alexandra me observaba fijamente con un sentimiento de nostalgia combinado con arrepentimiento, seguía sorprendiéndome de la magnitud del asunto, Alexandra la mayoría de las veces guarda expresiones que las personas consideran negativas para ella, por lo que solo puedes conocer la inexpresividad o felicidad cuando eres primerizo, que ella te enseñe mas expresiones faciales es algo preocupante, porque de alguna manera te esta alertando de la magnitud de las cosas.

- Exacto, por eso te necesitamos, te lo contare desde el principio. – Inhaló y exhaló aire, como si estuviera preparándose para decirme una dolorosa historia. – Hace un poco más de 18 años el mundo era atacado, literalmente, desastres naturales y enfermedades atacaban al mundo por toda su extensión, a decir verdad nada contrario a lo que pasa en estos momentos, algunas personas pensaron que era el calentamiento global, o que nació un brote de virus por algún animal o insecto de la selva, las personas de fe dijeron que era dios castigándonos por nuestros pecados, pero no era ninguno de esos, no era el calentamiento global, ni un insecto sifonáptero, ni mucho menos dios mándanos otro castigo divino, el causante de todos esos destrozos era un demonio. – Abrí los ojos de borde a borde, las piedras con poderes estaban bien, pero ¿un demonio? Ya era demasiado, me iba a dar dolor de cabeza en cualquier momento.

- ¿Existen los demonios? – Las tres asintieron repetidas veces, sentí mi garganta seca y las palabras desaparecer. – ¿Cómo son? – dije en un susurro que tembloroso salió de mis cuerdas vocales, sentí como pase saliva tres veces, antes de que Alexandra contestara.

- Aun no estás preparado para saberlo, eres muy joven para perder la inocencia. Tal vez mañana que estés más tranquilo te lo contemos. – dijo Alexandra con una sonrisa burlona en su rostro, le di una mirada de enojo a la que respondió soltándose a reír.

- Es verdad, luego te contaremos eso de los demonios, por el momento solo te contaré lo más relevante. Él fue un demonio que mato a centenares de personas sin algún tipo de remordimiento en la conciencia, con un solo propósito, venganza para familia del quinceavo guardián. Secuestro a la madre de Alexandra y con él también fue una pequeña recién nacida sin nombre aun, tomó ventaja, atacó al guardián en su punto débil, los dos amores de su vida. – Un movimiento rápido hizo que girara hacia donde estaba Alexa, ella rápidamente secaba sus lágrimas con las palmas de sus manos para poder ocultarlas, sentí mi pecho doler, habían sido pocas veces las que Alexandra derramaba lágrimas, solo recuerdo haberla visto llorar cuando su largo cabello paso a ser corto, fue la primera vez que le hable, cuando nos volvimos amigos. – Su padre hizo un llamado a los guardianes y a la familia protectora de la familia líder, en busca de ayuda, sin embargo, una vez hubo paz en el mundo los guardianes se dispersaron por el mundo, el señor Erick no pudo esperar a que llegaran por lo que fue él solo en busca del demonio que se llevó a su esposa y a su hija, ellos dieron su vida por todas las personas de este mundo, y obviamente el bien de sus guardianes, pelearon hasta el final, aun cuando ya no tenían fuerzas ellos sellaron al demonio, lo sellaron, pero no todo fue así de bonito como te lo cuento, sellaron al demonio en una pequeña bebe abandonada cerca de donde estaban, para cuando los primeros guardianes llegaron al centro donde se desprendía toda esa energía, los padres de Alexa ya habían sellado a la bebe, y habían convertido a su hija en una clase de refuerzo para el sello, defendieron al mundo y protegieron a sus guardianes, sin fuerza, ni vitalidad, murieron como héroes que nadie conoce, salvo los guardianes.




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