Las elegidas fueron llevadas de inmediato al salón de las reuniones importantes. Allí, sentados, estaban todos los ancestrales dragones del clan esmeralda. La atmósfera se sentía tensa mientras todas las miradas se enfocaban en las jóvenes, que se agruparon en el centro, intrigadas al ver cómo eran observadas. El consejero real Induantan se adelantó con expresión preocupada.
El viejo dragón rodeó a las jóvenes sin emitir una sola palabra hasta detenerse delante de su hija Saray.
—Necesitamos que sean sinceras y que no nos oculten nada, empezando por ti, pequeña —dijo—. No es que desconfiemos de ustedes, pero quizás han mencionado algo de nuestro clan y fueron escuchadas por alguien. ¿Pasó algo como eso, Saray? —preguntó directamente el viejo dragón mirando a los ojos a su hija.
—No, padre —respondió ella—. Le juro por lo más sagrado que jamás mencionamos el clan a nadie. Lo digo por mí y por todas las demás —aseguró, inclinándose ante su padre junto a las demás elegidas—. Desconocemos qué sucede. ¿Puede, por favor, decirnos de qué se trata?
Todos los dragones presentes se miraron entre ellos desconcertados, no entendían qué era lo que había sucedido. Continuaban sin poder salir del clan por la barrera protectora; sin embargo, habían comenzado a llegar dragones esmeralda que podían atravesarla para entrar, pero no para salir. Solo las elegidas seguían siendo las únicas que podían salir. Se miraban en silencio sin entender qué pasaba.
Acto seguido, comenzaron a escuchar todas las noticias que habían recopilado del mundo exterior las elegidas en su última salida, así como el llamado a la reina madre esmeralda y su hijo, el príncipe esmeralda.
—Y no solo eso averiguamos, padre... perdón, consejero real —continuó hablando Saray—. En el reino de Aratía, las hadas comentan que el emperador de los dragones Kendrick asumió el poder, como ya todos sabemos, pero se rumorea que los ancestros no lo dejan entrar en el santuario y que ellos eligieron a su hijo, el príncipe Erick, en vez de a él, pero que a este no le interesa y solo se dedica a bajar al mundo de los mortales, aunque nosotros nunca lo hemos visto. También siguen enfrascados en la búsqueda de las dos princesas desaparecidas.
—¿Algo sobre nuestro clan y los Kraken Ness? —preguntó otro viejo dragón de escamas oscuras pero brillantes.
—De nuestro clan siguen los rumores de que el clan imperial nos desapareció —contestó la dragona Elena—. También que fuimos todos convertidos en humanos, pero nadie está seguro de nada, y lo último que dicen es que la barrera que impide la entrada la colocaron los Kraken Ness.
—Que por cierto, señores —los interrumpió Mayra—, fueron atrapados por el príncipe azul del agua Adam y un príncipe rosa llamado Andrés hace un momento cuando saltaron para atraparnos.
—¿A todos? —La pregunta fue conjunta.
—Bueno, primero los guardianes imperiales atraparon a los que saltaron hacia nosotras —aclaró Nancy—. Luego esos dos príncipes dragones que mencionó Mayra atraparon al príncipe de los Kraken Ness que intentó hacerles algo.
La conmoción fue muy grande al escuchar tal noticia. Ahora los dragones ancestrales esmeraldas estaban realmente preocupados porque su lago estuviera infestado de esas criaturas infernales, lo que ponía en riesgo la llegada de su reina y príncipe.
Las elegidas siguieron contando todo lo que habían averiguado. Por ejemplo, el reino de los Elfos estaba desconcertado con la desaparición de su reina y la buscaban por todas partes. También se hablaba de un elfo infernal que robaba el alma a las criaturas mágicas. Los centauros estaban enfrascados en vigilar sus fronteras, temerosos de ser atacados.
—Hablan mucho de una dragona del pantano llamada Ningurand —dijo Elizabeth, que se había mantenido junto a Yenny y Thalía—. Nosotras tres fuimos las encargadas de visitarlos y dicen que se dedica a robar almas y criaturas mágicas.
—Nosotras escuchamos en el reino de las criaturas mortales que mencionaban a un brujo llamado Finnian —habló una dragonesa llamada Liudmila.
—¡Finnian! —exclamaron varios dragones y uno de ellos se adelantó para preguntar—. ¿Lo vieron ustedes convertido en humano? ¿Dónde?
Las chicas se miraron entre ellas un poco preocupadas, pues en verdad no era la primera vez que ellas, al bajar al mundo de los humanos, habían escuchado hablar de tal personaje. Pero solo esta última vez oyeron a los humanos decir que era un brujo, que trabajaba para el señor feudal y junto a su hijo hacían atrocidades. Por lo que de inmediato pasaron a contar todo lo que habían conocido de ese ser y lo último acontecido a ellas y cómo fueron rescatadas por un mago humano.
—¿Mago? ¿Están seguras de que no era el príncipe de los Kraken Ness transformado en humano? Sabemos de que en este tiempo se cumplieron los mil años y debe estar buscando a la princesa dragón rosa desaparecida o quizás a ustedes para apoderarse del poder esmeralda —dijo el más anciano de los dragones poniéndose de pie con dificultad.
—Señor, el humano que nos salvó era amigo nuestro, es muy amable y jamás se hundió en el agua ni tampoco nos siguió o hizo algo que nos hiciera creer que quería nuestro mal, todo lo contrario. Nos avisó de que esos caballeros del feudo nos estaban buscando para atraparnos porque creían que nuestra amiga humana Esthela se había escondido con nosotras, incluso quemaron su casa hace ya muchos años humanos —explicó Elenita con seriedad.
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Editado: 19.11.2024