El destino en sueños

Epílogo

Althea – Monnate

 

Los días que siguieron luego de que Gaebon venciera a Dulio, fueron de zozobra para Althea, el saber que la guerra había comenzado en el mundo exterior, la llenaba de ansiedad, pensando en sus padres humanos, y los habitantes de Mordus. Afortunadamente, las primeras avanzadas del dios único, se habían registrado en Ga’Til, al sur del continente, y esto le daba algo de tiempo para informar a sus seres queridos e instarlos a huir hacia Agyry, el reino de los demonios de la sombra, el cual sería, según la reina Catalina, el lugar al que el conflicto no llegaría tan rápido, puesto que estaba separado del resto de los países por un muro y los agyrianos eran extremadamente aguerridos.

 

Por otra parte, su relación con Gaebon se había afianzado, y aunque no se sentía en condiciones de recibir una bendición como cuando se casara con Primus, tenía certeza de que compartiría su vida con el lobo que estaba pronto a convertirse en el Alfa de la manada de Monnate.

 

Otra relación que estaba consolidando era la que tenía con su madre biológica, Morella. Pasaban tiempo juntas y sería quien la acompañara a visitar a sus padres humanos, para informarles de todo lo sucedido.

 

Al día de hoy, Althea, podía considerarse una nueva persona, en poco tiempo había descubierto su origen, salvado su vida, enviudado y encontrado un nuevo amor, su compañero del alma. Empezaba a reconocerse a sí misma como una loba, y estaba comenzando a entrenarse como tal, y también para la guerra, puesto que estaba ya muy cerca.

 

Althea nunca había aprobado la religión del dios único, y mucho menos ahora que sabía que estaban diezmando pueblos y matando indefensos, sin duda cuando llegara el momento de luchar, lo haría, junto a los suyos.




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