Prólogo

Emma Myers

En el último año de instituto todo puede cambiar. Todos sabíamos que era así y todos estábamos conscientes de que, en tan solo unos cuantos meses, muchos tendríamos que separarnos de las cosas con las que crecimos; familia, amores y hasta amigos.

La universidad, el inicio de una nueva vida, un nuevo comienzo.

Eso era lo que todo el mundo decía acerca de esa nueva etapa.

¿Pero qué tanto influye lo que pasa en el último año en las decisiones que tomamos sobre nuestro futuro?

La respuesta: mucho.

La mayoría de las veces las decisiones que tomamos están basadas en nuestras experiencias pasadas y en definitiva mis experiencias influyeron en cada una de las que yo tomé.

¿Quién diría que tenía que pasar por todo eso para poder encontrar mi camino?

Ese último año cambió toda mi vida, y mi visión sobre mi futuro se transformó en una que nunca me imaginé. Lo único que deseaba en ese tiempo era pasar un buen y tranquilo año, como los anteriores, que fuera normal y sin sorpresas, pero eso no ocurrió. De hecho, fue todo lo contrario, este estuvo lleno de secretos, corazones rotos, cambios drásticos y por supuesto grandes mentiras.

Para mí fue algo impresionante descubrir la cantidad de mentiras que tenían que decir las personas todos los días para mantener en las sombras sus secretos y fue igual de impresionante descubrir los problemas con los que tienen que lidiar día a día, los que te rodean.

Todo mundo tiene secretos, hasta las personas que crees conocer más y todos tienen razones válidas para no querer revelarlos, pero como siempre estos salen a la luz sin poder evitarlo.

Todos tarde o temprano se conocen y son esos secretos los que nos cambian para siempre.