El día que no existe

Prólogo

Prólogo

—Vine hace cuatro años.
No estabas.
Me caso, Mía.

Y con esas tres frases, el día que esperé durante años se convirtió en la herida que no sabía que seguía abierta.

Quise hablar.
Decirle la verdad.
Contarle que todo cambió aquella vez.
Que el silencio no fue olvido, sino necesidad.
Pero solo lo miré… y sonreí.

Dicen que el 29 de febrero no existe.
Que es solo una fecha perdida entre días reales.
Pero yo lo amé solo ese día.
Solo ese día me permití imaginarlo todo.

Y ahora, aquí está.
A punto de casarse.
Mientras yo cargo con el peso de lo que nunca supo.
Y con dos corazones que llevan su nombre… aunque él no lo sepa.




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