El Diario Asesino

E7: La conspiración del tiempo

Diana, atrapada en el pasado dentro del laboratorio, intenta procesar lo que acaba de presenciar: su madre trabajando con un equipo de científicos en un proyecto relacionado con el diario. Sabe que no puede ser vista, pero la curiosidad la consume. Mientras se esconde tras una esquina, escucha a su madre discutir con otro científico, un hombre alto y delgado con una cicatriz en la mejilla, a quien llaman "Dr. Harker".

-No entiendes los riesgos, Mariana -dice Harker, con tono frío-. Este diario no es solo un artefacto. Es un arma. Si cae en las manos equivocadas...
-Por eso debe permanecer oculto -responde su madre con firmeza-. Lo que estamos haciendo aquí podría destruirnos a todos.

Diana se da cuenta de que el diario fue diseñado deliberadamente, pero el porqué sigue siendo un misterio. Mientras intenta acercarse más para escuchar, accidentalmente pisa una herramienta en el suelo. El ruido alerta a los científicos, pero antes de que la descubran, el diario en sus manos brilla intensamente, y Diana es transportada a otro lugar.

Ahora se encuentra en una sala oscura, con pantallas que proyectan fragmentos de eventos de su vida y de personas que no reconoce. Entre las imágenes, ve a Gabriel discutiendo con alguien, mencionando algo llamado "El Vigilante." Diana trata de entender el significado de las escenas cuando una voz retumba en la sala.

-El tiempo no es una línea recta, Diana. Es una espiral. Y tú estás en el centro.

Una figura encapuchada aparece frente a ella, pero esta vez la sensación no es de amenaza, sino de algo más profundo: comprensión. La figura se retira la capucha, revelando un rostro que la deja paralizada. Es ella misma, pero mayor, con cicatrices en el rostro y una mirada endurecida.

-¿Quién eres? -pregunta Diana, su voz temblando.
-Soy tú -responde su versión futura-. O al menos, lo que queda de ti si sigues jugando con fuerzas que no comprendes.

La Diana futura le explica que el diario no es solo una herramienta, sino una llave que controla un ciclo eterno. Cada vez que alguien lo utiliza, altera el flujo del tiempo, pero también despierta algo más antiguo y peligroso: el Vigilante, una entidad que observa y manipula desde las sombras.

-¿Por qué me está pasando esto? -insiste Diana.
-Porque alguien quiere asegurarse de que no llegues a la verdad. Y no es solo el Vigilante. Hay otros jugadores en esta partida.

Antes de que pueda obtener más respuestas, el lugar comienza a desmoronarse. La versión futura de Diana le entrega un objeto pequeño y metálico: un dispositivo extraño con engranajes que giran al revés.

-Cuando llegue el momento, esto será tu única salida. Pero recuerda: no confíes en nadie, ni siquiera en Gabriel.

Diana es arrastrada de regreso al presente, despertando en su apartamento con el dispositivo aún en sus manos. Exhausta y confundida, decide buscar a Gabriel para enfrentarlo. Sin embargo, al llegar a su apartamento, descubre que ha sido destrozado.

Entre los escombros encuentra un mapa marcado con varias ubicaciones, incluyendo una que reconoce: la Torre de la Espiral. Decidida a encontrar respuestas, se dirige al lugar.

La Torre de la Espiral está abandonada, pero algo en ella parece vivo, como si el edificio estuviera respirando. Al entrar, siente una presencia detrás de ella. Es Gabriel, pero está herido y desesperado.

-Llegaste tarde -le dice, con una mezcla de alivio y miedo-. Ellos ya saben que estás aquí.

-¿Quiénes son ellos? -exige Diana, mostrando el dispositivo que le entregó su versión futura.
Gabriel la mira con sorpresa y horror.

-¿Dónde conseguiste eso? Esa es la llave al núcleo. Si ellos se enteran de que la tienes...

Antes de que pueda terminar, las paredes comienzan a vibrar, y un grupo de figuras encapuchadas aparece desde las sombras. Gabriel empuja a Diana hacia una salida secreta, pero ella duda, mirando a las figuras acercándose.

-Vete ahora, Diana. Si te atrapan, todo estará perdido.

Diana corre hacia la salida mientras las figuras atacan a Gabriel. Antes de desaparecer, una voz susurra en el aire:

-El reloj sigue girando. El tiempo nunca estuvo de tu lado.




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