El diario de Damiana

Mayo 24. Rayos X

 

Hoy vino Harry muy temprano.

Casi a rastras, me llevó a rayos X y me sacó muchas radiografías.

—Damiana, tus piernas y tu columna están más que perfectas —informó mirándome serio. Bajé la cabeza, enojada—. Damiana, ¿cuánto tiempo más pretendes permanecer en esa silla de ruedas?

—Harry, no me interesa caminar —aclaré ofuscada—. Ni siquiera di mi consentimiento para que me practicaras estos exámenes.

—Tus piernas y tu columna están muy bien —continuó, haciendo caso omiso a mis protestas—. Solo necesitan un poco de rehabilitación y un poco de esfuerzo de tu parte, solo eso y verás que en poco tiempo estarás nuevamente en pie.

—No —enfaticé enojada— Llévame a mi habitación.

—Damiana, tú puedes volver a caminar, inténtalo.

—Te pedí que me llevaras a mi habitación, si no lo haces me iré sola y pondré una queja sobre ti, en la dirección del hospital —me miró disgustado y me trajo a la habitación.

—Eres una testaruda y una caprichosa. ¿Crees que con hundirte en esa silla de ruedas puedes cambiar lo que pasó?, ¿o es que pretendes seguir castigándote y condenándote por algo en lo que no se pudo hacer nada y no tuviste nada que ver?

—¡Sal de mi cuarto! —grité, llorando, furiosa—. ¡Sal!, no quiero escucharte —tapé mis oídos con mis manos—. ¡Vete, no quiero oírte!, no puedes obligarme a nada que yo no quiera, ¿por qué no lo entiendes?

—¡Eres una egoísta! —reprendió alterado—. Tú no eres la única víctima en toda esta historia —me miró, profundamente decepcionado—. Sabes muy bien que él te necesita, que precisa de tu recuperación, ¡pero no!, eres tan cobarde que ni siquiera te das una oportunidad y lo peor se la niegas a él que no tiene la culpa de nada.

—¡Por favor, calla! —pedí desesperada—. Vete, ¡no quiero oírte más!

—¡Perfecto!, me voy, pero recuerda que con tu comportamiento no sacas nada, excepto claro, hundirte más.

Las palabras de Harry me dolieron y me hirieron mucho.

Quizá él tenga razón.

Pero no quiero caminar…

No quiero recuperarme. No quiero salir nunca de este lugar.

Tampoco quiero saber nada de él.

¡No quiero!

Es que ni siquiera quiero vivir.

¡No quiero!

 



#7 en Joven Adulto
#174 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 13.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.