El diario de Damiana

Cosas inalcanzables

"Hay miradas que dicen a gritos lo que el corazón calla"

Anónimo

 

"A veces los silencios son más altos que las palabras"

Antes que las flores se marchiten

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Como no pudimos hablar con los Regueiro, le pedí entonces a Daniel que me llevara donde Harry. Hacía mucho tiempo que no lo veía, lo extrañaba mucho y desesperaba por verlo, por saber de él. La última vez que hablamos lo noté cansado física y emocionalmente y su relación con Silvana no estaba del todo bien.

¡Te extrañé muchísimo! -exclamé cariñosa cuando llegamos, abrazándolo fuertemente. Él cerrando sus ojos me estrechó suavemente, acariciando mi cabello.

Tus ausencias deberían estar penalizadas -bromeó enternecido- No es justo, ni debería ser legal abandonar por tanto tiempo a los amigos.

Daniel estuvo un rato con nosotros y después nos dejó, pues lo llamaron de la oficina y debía atender unos asuntos urgentes.

Cuéntame -le pregunté una vez quedamos solos- ¿Cómo van tus cosas?

Bien -contestó aburrido- Mi trabajo marcha muy bien. No me puedo quejar.

¿Y Silvana? -pregunté preocupada.

¿Silvana?... no sé, hace pocos días terminamos -lo miré sorprendida- Así es. Después de casi cuatro años, decidió terminar nuestra relación. Según ella, yo ya no soy el mismo... ella siente que ya no la quiero. Dice que siente que ya no me intereso por sus cosas, que me nota distante, ausente, en fin...

¿Y eso es cierto? -cuestioné prudente- Hace poco me contaste que ya no sentías lo mismo, que las cosas estaban cambiando. Catiana hasta me comentó que creía que te interesaba otra persona -me miró fija y detenidamente, tan profundo e intenso, que logró confundirme por un instante- ¿Qué sucede?

Nada -sonrió cambiando la expresión de su mirada- Catiana tiene razón, ya no siento lo mismo por Silvana. A ella la aprecio, la respeto, es una gran mujer, tiene muchas cualidades que la hacen merecedora de todo mi cariño, pero... ya no la amo. Ella lo notó hace tiempo, pero quiso que siguiéramos adelante, quiso luchar por nuestra relación, pero... -suspiró profundamente, moviendo apenado su cabeza- Ya es demasiado tarde. Mis sentimientos han cambiado y aunque trato, no he podido controlarlos.

¿Quién es esa mujer?, ¿la conozco? -sonrió distante.

Es una mujer extraordinaria, dulce, que me llena de mucha ternura y afecto. Cuando la conocí me agrado al instante, desde el primer momento; luego comencé a conocerla y me cautivó poco a poco. Me conmovió su dulzura, su belleza, no solo física, sino su belleza interior... ella tiene una calidez embriagante, envolvente... -respiró profundamente, afligido- Pero es solo una hermosa ilusión, un deseo inalcanzable.

¿Por qué?, ¿Qué sucede? -pregunté preocupada al ver su rostro tan entristecido- Si te interesa tanto por qué no intentas acercarte a ella, ¿por qué es inalcanzable? -acaricié su mejilla- Debe ser una grandísima tonta si sabiendo que sientes todo eso por ella, no cae rendida ante tus pies -sonreímos divertidos- Ya en serio, Harry, eres un hombre increíble, muy guapo, inteligente -halagué sinceramente. Y en verdad lo es. Harry es un hombre realmente atractivo y extraordinario- Sabes, si te hubiese conocido a ti antes que a Daniel, te aseguro que me hubiese enamorado de ti -sonreí, guiñando coqueta un ojo. Yo solo bromeaba, pero ante mi ingenua y ocurrente broma, Harry me miró de una forma completamente extraña e inquietante. Sus ojos se humedecieron por un breve instante y su luminosa mirada se opacó levemente- En serio -ratifiqué animosa, sin siquiera percatarme de su silenciosa aflicción. Cariñosa, tomé su rostro entre mis manos- Eres encantador desde cualquier aspecto. No entiendo como esa tonta no lo ha notado.

Esa tonta, como tú la llamas -manifestó divertido- Está enamorada de otra persona. Ella no sabe que yo la amo. No tiene ni la más mínima idea de lo que siento por ella.

¿La amas? -pregunté sobrecogida.

Mucho -susurró entre labios- Pero, te repito, está con otra persona. Es feliz con él. Sus ojos brillan, su rostro resplandece, pero es por él... yo no debo, no puedo, no quiero intervenir en eso. Yo la respeto a ella y lo respeto a él. Jamás pondría mis intereses por encima de la lealtad que les debo.

Lo siento -musité triste, congraciada con su pena.

No te preocupes -besó mis manos- Hasta ahora he podido manejarlo todo muy bien.

Pero, ¿Quién es? -insistí curiosa- Anda, dime -supliqué simulando pucheros.

La curiosidad mató al gato -bromeó divertido- Lánzame una buena oferta y tal vez contemple decirte -se cruzó de brazos interesado y se rio con ganas.

Dime -rogué, dándole pequeños y rápidos besos en la mejilla, mientras exageraba aún más mis fingidas ganas de llorar. Harry reía divertido ante mis gestos, se veía mucho más animado. Miró el anillo en mi dedo y la risa en sus labios disminuyó.

¿Y esto? -preguntó dándole vueltas al anillo en mi dedo.

Daniel y yo nos vamos a casar -conté con una gran sonrisa en mis labios. Pero la sonrisa disminuida de Harry, se extinguió completamente- ¿Qué sucede?, ¿no te agrada la noticia? -pregunté preocupada.

Si, por supuesto -contestó sonriendo nuevamente- Solo que me tomaste por sorpresa -se levantó- Los felicito, en verdad -manifestó parco.

En serio, ¿Qué te sucede? -pregunté intranquila, levantándome igualmente- Aunque sigas negándomelo, sé que estás triste por alguna razón que desconozco, puedo verlo claramente, sé ve que algo te molesta. Hace unos segundos reíamos y ahora estás como... no sé... siento que hice o dije algo que te molestara.



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En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 13.04.2024

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