-¡No me dejes! -grité a la extraña que se alejaba cada vez más ante mis ojos llenos de lágrimas.
-Solo quiero lo mejor para ti, algún día lo entenderás. -dijo sin voltear la mirada rompiendo en llanto.
-¡No me abandones! -grité con todas mis fuerzas. -Por favor. -suplique una última vez sin saber porque lo hacía.
-Adiós, nunca me olvides.-pidió despidiéndose. -Te amo. -fueron sus últimas palabras antes de desaparecer para siempre en la oscuridad.