El diario que no planeé

Orientación Sexual

El descubrir tu orientación sexual es crucial en muchas personas, descubrir qué es lo que te gusta…qué es lo que te atrae; para la mayoría será muy sencillo, porque nacerán con la atracción que “supuestamente” es correcta, atracción al sexo opuesto, listo, no tiene que preocuparse por decirlo en voz alta…o en el peor de los casos…guiarlo hacia una reja y traer a un nuevo recluso a tu cárcel de secretos, pero si eres una persona como yo…todo cambia.

Bien, lo primero que viene respecto a esto y a muchas otras más estoy seguro, es la duda…la confusión, esa sensación marca la pauta a la incertidumbre, y si descubres que lo que quieres está fuera del rango de “lo normal”, el miedo inmenso te invade, ese miedo te oprime, y da paso al nacimiento de una coraza que te cubre, en ese momento…estás dentro del clóset.

Mi historia es triste, pero estoy seguro de que lo mío no se acerca ni un poco a la de otras personas, pero al menos quiero contribuir con mi grano de arena, con lo que mejor sé hacer, plasmar mi experiencia en el papel.

Desde que era muy pequeño, el cómo me he expresado, cómo he actuado, cómo he hablado, me ha convertido en un blanco de burlas y calumnias de toda índole, desde a muy corta edad comencé a desarrollar actitudes muy peculiares, hasta cierto punto, ademanes muy femeninos a la vista de mis padres y demás personas a mi alrededor, mis hermanos son tan similares, tan parecidos uno del  otro, y yo sobresalgo entre todos ellos, solo que años atrás fue en una forma negativa, una negatividad que no impuse yo, si no que ellos decidieron. Recuerdo que me gustaba ver mucho la película “Barbie princesa de la isla” está claro que en esos momentos no me cuestionaba el por qué lo hacía, tan solo quería verla, pero si estaba consciente de que mis hermanos lo veían mal, de manera que yo trataba de hacerlo cuando ellos no estaban; cuando nació mi hermano más pequeño, a mi me tocó cuidarlo, y lo usé como ancla para seguir viendo ese tipo de películas, decía que él quería verlas, de esa forma no le cambiaban de canal.

Cuando eres niño, no te preocupas por absolutamente nada más que por vivir una infancia plena, o al menos así debe ser…así debió ser; mi etapa en la primaria fue muy dura, ser inteligente no es suficiente cuando tu forma de hablar y moverte no es del gusto de los demás; había un niño que aprovechaba cualquier oportunidad para denigrarme, para exponerme en frente de todos, tomando como arma principal mi físico, y mi posición social. Y un día tomó lugar uno de los dos hechos más devastadores que viví durante mi estancia ahí, a un amigo se le ocurrió la brillante idea de jugar a los detectives detrás de los salones, acepté, pero para nuestra desgracia, dos compañeras nos vieron y dieron paso al nacimiento de una extrema e hiriente calumnia, esparcieron por toda la escuela que él y yo nos estábamos besando, ¿cómo nos enteramos?, bueno pues todos nuestros compañeros de clase nos acorralaron cantándonos una canción de amor, canción que ya no recuerdo con exactitud, él se encontraba tan confundido como yo, como era de esperarse, el receso llegó a su fin y ambos tuvimos que reingresar al salón, nuestros ojos no vieron más que la madera del pupitre después de eso, el que la maestra comentará sobre ello fue inevitable, ella no creía ni una palabra, pero todos los demás eran fieles seguidores al chisme que estas dos niñas habían creado, todos excepto por uno, un niño que se levantó y dijo con convicción “yo no creo que lo hayan hecho” nunca se me va a olvidar, al menos alguien de nuestra edad tenia sentido común. Dos de mis hermanos estaban conmigo en esa escuela, el lugar no era tan extenso como para no ser cubierto por un chisme tan grande, yo tuve que enfrentarlos a ellos y a mis padres sin haber hecho nada, tuve que repetirles una y otra vez que todo era una vil mentira, por dios yo tenía once años, eso era lo ultimo que me pasaba por la cabeza, obviamente lloré, lloré inconsolablemente; gracias a dios mi madre me creyó, lo que vino después fueron reclamos por parte de ambas madres y en consecuencia, disculpas por parte de ambas niñas, mi madre me llevó casi a rastras al siguiente día, ella logró hacerlo, pero la otra madre no logró que su hijo asistiera, el niño estaba muy deprimido, y ella muy preocupada; y como esos más momentos amargos se alzaron, pero no tan relevantes para este tema. Anhelaba graduarme, finalmente sucedió, un martirio dio su ultimo respiro, y en el camino de transición de nivel, una llama invocó a gritos un infierno.    

La secundaria fue una etapa dura también, pero para ser sincero, el café amargo estaba dulce; hubo malos ratos si, pero también los hubo buenos. Lo relevante aquí es que es en esta etapa cuando toda una revolución de emociones se levanta, fuerte e imperiosa; alrededor de los trece años, mi mente, corazón y cuerpo entero, recibieron con los brazos abiertos a la ley de atracción, un huésped que sim importarle el estar posado en terreno ajeno, puso de cabeza toda habitación residente en mi mente y corazón; tal vez haya sido más sencillo si mis ojos solo respondieran a un  género, pero no, aquí el problema fue que yo miraba tanto a hombres como a mujeres, es importante aclarar que yo no conocía el término “Bisexual” en aquellos tiempos, así que mis únicas opciones eran “Heterosexual u Homosexual” únicamente, y aquí es cuando toma lugar una de mis más duras batallas, definirme, etiquetarme, ingresar en una de esas dos categorías, entonces, ¿qué me gusta más?, ¿la falda corta de una chica, o el pantalón entallado de un chico?, ¿qué me alborota más la hormona? ¿el cuerpo escultural de una mujer o el abdomen musculoso de un chavo?, la pregunta era clara, pero la respuesta nublada, cuando creía haberla encontrado, el chico de al lado se tocaba sus partes y volvía de nuevo al inicio. Me sentía muy confundido, comencé a sentir un terrible miedo, ¿por qué?, porque temía descubrir que me gustaban los hombres, lo que había visto durante toda mi vida dentro de mi familia era un oscuro rechazo hacia “esas personas”, yo no dejaba de pensar en qué pasaría conmigo si mis sospechas resultaban ser ciertas, así fue durante los dos años siguientes, intentando convencerme de que me gustaban las mujeres y mi destino estaba con una de ellas, eso sería lo mejor, o creía que lo sería. Luego del primer año, si mi mente loca no se equivoca, me comencé a juntar con un chico, un chico que arrastraba rumores, decían que era gay, y de ahí no lo bajaban, el si lo era o no realmente no me importaba, él me caía bien, teníamos nuestras diferencias no lo niego, pero nos la llevábamos bien, de hecho en la actualidad seguimos siendo amigos, y la pregunta de si es o no sigue siendo un misterio para mí, pero realmente no necesito saberlo, es parte de su vida privada, si él algún día quiere contarme pues soy todo oídos, pero bueno, me desvíe, volvemos al asunto, al yo juntarme con él pues esos rumores también se volvieron míos, hacia todo lo posible por ignorarlos, más sin embargo, algunas veces era casi imposible, y lo peor es que las burlas y el hostigamiento provenía de personas que “supuestamente” eran mis amigos, eso es lo más triste, estaba harto de tanta agresión que una vez más le pedí a gritos a dios que me sacará de ahí, y me escuchó.



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En el texto hay: reflexion, motivacion

Editado: 25.08.2022

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