El dilema de Lidia

U N O

Mamá:

No puedo contener la emoción, mañana es el primer día de mi último año escolar, ¿puedes creerlo?

Estoy decidida a concentrarme únicamente en la escuela. Sabes que entrar a Stanford es mi más grande sueño, porque también fue el tuyo, y lo lograste, así que seguiré tus pasos para poder entrar.

Quisiera que pudiéramos estar juntas, te extraño mucho.

PD: Nick al fin convenció a papá para que hiciera ejercicio, en poco tiempo tendrá el cuerpo que siempre te prometió tener cuando eran jóvenes.

 

♡♡♡

Desperté temprano porque sentía que si hacía las cosas bien desde el principio, el resto del año sería sencillo de llevar.

Después de bañarme y vestirme, salí de mi habitación y caminé por el pasillo para llegar a la habitación de Nick. Toqué dos veces la puerta con mis nudillos y pocos segundos después, recibí respuesta detrás de la puerta.

-Ya estoy despierto. -Dijo con voz adormilada.

Sonreí divertida y me dirigí a la cocina para prepararme algo para desayunar.

En el momento que entré a la cocina, me encontré con mi padre. Lo miré de pies a cabeza y sonreí al darme cuenta que de verdad estaba esforzándose con el ejercicio en casa.

-Buenos días hija. -Me sonrió y posteriormente bebió del vaso que tenía en sus manos.

-Buen día, ¿qué es esa sustancia verde que se ve asquerosa? -Dije apuntando al objeto en su mano.

Mi padre observó detenidamente el vaso que sostenía y después de pensar en una respuesta, se encogió de hombros sin saber que responder.

-Simplemente una sustancia verde con un aspecto asqueroso. -Dejó el vaso sobre una superficie y se acercó a dejar un beso sobre mi frente. -Según Nick este jugo es el mejor desayuno después de correr.

Me sorprendía bastante que mi padre siguiera los consejos de Nick. A decir verdad, no confiaba en que un jugo con ese aspecto fuera un buen desayuno. Seguro no era suficiente para saciar el hambre.

-¿No prefieres que prepare hot cakes? Te aseguro que es un mejor desayuno, y no te matará a comparación de ese jugo verde que parece el pantano donde Shrek toma sus baños relajantes.

-¿Podrías dejar de darle malos consejos a mi padre?

La voz de Nick a mis espaldas me hizo girar para observarlo. Me causó gracia que dijera "mi padre" como si fuera solo de él.

-Al fin cumplirá su propósito de ponerse en forma, y tu lo estás arruinando, ¿tienes idea de cuantas calorías tienen tus hot cakes? ¡227 calorías! es demasiado para un hombre no tan joven que quiere ponerse en forma.

-¿Un hombre no tan joven?

La voz de mi padre sobre salió de la de mi hermano, al notar que mi hermano le dijo viejo de una manera amable. Miré a Nick sorprendida con una sonrisa en el rostro, al escuchar a mi padre. Mi padre a sus 47 años, seguía sintiéndose joven, y claro de alguna manera lo era, pero Nick lo miraba de otra forma.

Me acerqué a mi padre y con mis manos abracé su rostro para acercar su mejilla a la mía,

-No le hagas caso a Nicolás, te tiene envidia porque sabe que tu luces más joven que él.

Mi padre rió cuando escuchó lo que había dicho, y Nick solo me observó con un rostro muy amargado. Sabía que decirle por su nombre completo lo haría enojar un poco.

Después de que los tres terminamos de comer los hot cakes que preparé, Nick y yo nos despedimos de papá para salir de casa e ir a la escuela.

No podía creer que ya estaba por iniciar mi último año en la preparatoria. Me emocionaba la idea de graduarme, entrar a la universidad, volver a graduarme, conseguir un empleo, conseguir un auto, conseguir una casa, tener deudas, seguir trabajando para ahorrar, gastar los ahorros en un viaje por todo el mundo, seguir especializándome, conseguir un mejor puesto, y después encontrar el amor.

Aunque la idea de enamorarme me agradaba en todos los sentidos, no estaba en mis planes por el momento, porque si pasaba justo antes de hacer todo eso que quiero hacer en mi vida, todo eso que quiero hacer en mi vida, no podría hacerlo. Mi concentración estaría en lo que realmente es importante.

Mamá siempre ha dicho que las prioridades están primero antes de cualquier cosa del momento, y que es importante terminar los estudios sin ninguna distracción amorosa. Y aunque soy una persona enamoradiza, fanática del amor, no puedo evitar seguir el consejo de mi madre.

Después de meditar todo eso, me percaté de que Nick estaba observándome con una leve risa en su rostro.

-¿Ya terminaste de fantasear? -Dijo riendo.

Sonreí falsamente.

-Vamos, ya viene el autobús.

Cuando Nick y yo tuvimos la edad para irnos solos en autobús a la escuela, nuestro padre dejó de llevarnos, y a decir verdad siempre me gustó ser independiente. Aprendía más si hacía las cosas por mi cuenta.

Al subir al autobús me encontré con un rostro conocido y sonreí al ver que Dakota me había guardado un lugar a su lado.

Me acerqué al lugar vacío a su lado y me senté.

-Te extrañé. -Dije sonriéndole.

-Y yo a ti Lidia.

Después de un viaje en autobús de 15 minutos, llegamos a la escuela. Bajé del transporte con una sonrisa en el rostro, sería un excelente año, lo disfrutaría y sobre todo me esforzaría más de lo normal para poder tener buenas calificaciones, aunque eso implicara estudiar y olvidar las desveladas con papá y Nick.

-Bienvenida a tu último año escolar enana. -Escuché la voz de Nick cuando pasó a mi lado, seguido de un rápido movimiento de mano justo encima de mi cabeza. Siempre hacía eso para despeinarme.

-Si, gracias. -Dije con un tono de voz algo molesta por su acción, y me alejé evitando que volviera a tocar mi cabello que ya estaba despeinado.

Dakota se acercó a mi lado y soltó una leve risa. La observé; la castaña tenía sus brazos cruzados sobre su pecho.




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