En ese momento, Joel atraviesa la puerta de la casa y ve la gran explosión nuclear a lo lejos. Cuando también ve caer a mucha gente al suelo. Y entra rápidamente a su casa en busca de sus padres, pero todos salen corriendo de la casa.
Joel se desespera e intenta coger nuevamente a sus padres. Cuando ve caer un sin número de aviones cerca de el...
En ese instante, Joel ve como sus padres caen al suelo sin que nada les haya caído. Y su otro yo. Intenta reanimarlos con gran desesperación, pero César Y Morelia no reaccionan. Enseguida las almas de César y Morelia suben al cielo y son vistas por Joel, quien, además, ve asientos más subir al cielo.
En ese momento, Joel regresa a su presente y despierta viendo el cielo, y dice:
— Gracias Jehová, me mostraste un momento en mi vida en donde yo me comporte como una persona egoísta y grosera. Ese tuvo que ser el motivo... si, ese fue el motivo en que yo me quedé, entonces perdóname, perdóname Dios...
Joel ve a Mileisi y trata de despertarla. Cuando escucha al hombre que le estaba ofreciendo dinero y pidiendo ayuda.
En ese momento, Joel mira para todas partes, y grita:
— ¡¿EN DONDE ESTAS?!
Joel siente la presencia de muchos espíritus malos y los reprende con gran firmeza. Y despierta a Mileisi rápidamente, diciéndole:
— ¡Levántate! ¡Levántate!
Mileisi se levanta aún más asustada, y le dice a Joel:
— ¿Qué fue lo que sucedió?
— ¡Dios está vivo! Él no nos ha abandonado, ¡vamos!, Levántate y salgamos de aquí.
— Bueno.
Mileisi se levanta, y con una gran incertidumbre le expresa a Joel:
— ¿A dónde iremos? Es el fin de todo.
— A buscar a más personas para que sigan el camino de Dios.
En ese momento, Mileisi sigue a Joel y camina por más de una hora, hasta que encuentran a bastantes personas refugiadas en una gran casa.
Joel aprovecha ese momento y les prédica la palabra por más de dos horas. Haciendo que las doscientas treinta y nueve personas, se arrepientan de corazón y crean en Dios.
En medio de unos tremendos estruendos que se escuchan desde el cielo, Joel comienza a cantar:
— Digno, digno, digno, de recibir honor, santo, santo, santo, eres hijo de Dios, maravilloso, poderoso, dios glorioso, llena este lugar, maravilloso, poderoso, dios glorioso, llena este lugar...
En ese instante, Joel cae al suelo y su alma comienza a subir, mientras ve como Mileisi y todas las personas intentan reanimarlo.
En seguida, Joel comienza a ver una luz enceguecedora que lo arropa. Y lo hace sentir muy bien, y dice:
— ¡La promesa de Dios!
Fin.