El diseño de un amor

El primer encuentro.

El cielo tenía ese color extraño que anuncia algo importante.

Camila lo sintió antes de verlo. Un presentimiento.

Un presentimiento en el pecho, un cosquilleo en el estómago.

Y entonces, lo vio llegar.

Iba en una camioneta gris, con la ventanilla abajo y la mirada perdida en la carretera.

Su barba bien recortada, su pelo ligeramente despeinado por el viento, y esos ojos...

verdes. Profundos. Como si pudieran adivinar lo que nadie dice

-- ¿Quién es él? -- preguntó una señora cerca de Camila, con la voz llena de curiosidad.

-Dicen que es el hijo mayor de doña Elena...

Fernando. Viene del norte.

Camila no dijo nada.

Solo bajó un poco la mirada.

El sol acariciaba su vestido de olanes con flores, que se movía suavemente con el viento.

Sus huaraches crujieron en la tierra seca del camino mientras daba un paso...

un paso hacia algo que aún no entendía.

Esa noche no pudo dormir.

Fernando había llegado, y con él, una revolución silenciosa en su corazón.

Lo había visto solo una vez...

y ya era como si lo hubiera estado esperando desde siempre.

Al día siguiente, lo volvió a ver.

Él estaba en la tienda del pueblo.

Camila se acercó, sin saber por qué.

Y justo cuando cruzó la puerta...

Fernando la miró.

Solo un segundo.

y le sonrió.

Su sonrisa era leve, pero firme.

cómo si ya la conociera.

Para Camila...

fue el principio de todo.




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