3.Orion

Crystal.

—Un paso más y este cuchillo acabará con tu vida —amenazo.

Lo cierto es que no soy buena peleando cuerpo a cuerpo, por eso siempre llevo un cuchillo conmigo. Sin embargo, nunca mate a alguien, pero creo que esta sería la primera vez, este individuo no sabe quién soy de lo contrario él no tendría en su mano un cuchillo apretando mi estómago. Siento un deja vu.

—Suelta el cuchillo o te disparo —es la voz de Hadrianus.

Este individuo solo esboza una sonrisa sin humor, esto me pone incomoda y la vez nerviosa. Es la primera vez que un hombre esta tan cerca de mí es tan incómodo.

—Antes que esa flecha llegue a mí, este cuchillo ya estará dentro de su estómago de esta mujer acabando con su vida —dice sin mirarlo —Pero les dejaré libre si me contesta esta pregunta ¿Mataste a estos animales?

—No —contestamos los dos.

—Entonces, dime ¿por qué estas manchada de sangre?

—Qué te parece si hacemos un trato, los tres soltamos nuestras armas y te cuento por qué estoy manchada de sangre.

—No caeré en la trampa.

—Princesa, no me pida que suelte el arma es mi deber...—le interrumpe el individuo.

—¡¿Eres una princesa?! —dice sorprendido, pero sin soltar el cuchillo.

—Me presento, soy la princesa Crystal de este reino y apuntarme con un cuchillo es un delito muy grave que la condena es la ejecución

Rápidamente aleja el cuchillo de mí y se arrodilla.

—Perdone su majestad, solo hacia mi trabajo de cuidar el Valle Sagrado. Ten piedad de mí.

—Quizás te perdone si me cuentas quién eres y que haces aquí, espero que no mientas.

Miro atrás de Hadrianus para comprobar si el carruaje ya se fue y ya no está. No demorará mucho en venir con los soldados, pero eso no es lo importante ahora sino el leopardo, espero que llegue con vida al palacio.

—Mi nombre es Orión y trabajo como cazarrecompensas...

***

—Gracias por contarme todo lo que está pasando por aquí. Te perdonaré, pero a cambio trabajaras para mí, ahora vete mis soldados están por llegar en cualquier momento, pronto necesitaré tus servicios, Orión.