DAELYN
-Laura, dile a Remigio que venga a mis aposentos, por favor.
Laura estaba muy nerviosa. Sus manos estaban temblando cuando ponía las tazas de té en la mesa.
-Si, princesa -hace una reverencia y se va.
Sé cuál es mi respuesta, lo tuve claro desde el inicio, pero, al parecer, al principe no le gusta que le digan que no. La puerta se abre y entra Laura.
-Princesa, el principe esta aqui -anuncia Laura.
-Hazlo ingresar.
Remigio ingresa y laura se retira.
-Estoy aqui por su respuesta, princesa -su voz es serio.
Asiento.
-Pero antes que me diga. Quiero decirle algo.
-Como guste, pero, primero le invito a tomar una taza de té -invito. Nos sentamos en la mesa.
-Antes de venir a sus aposentos me encontre con el rey, y me dijo lo feliz que estaba por nuestro compromiso, que estaba muy feliz que su hija Daelyn se case conmigo. Entonces, supe enseguida que usted no le dijo que no se quería casar conmigo -dijo, agarra la taza para tomar.
Me quedo observando su mano derecha con el que agarra con la taza, exactamente, el anillo que lleva en su dedo, es de color azul, asi como sus ojos.
-Los únicos que saben que no me quiero casar con usted, es mi hermana y mi caballero -dije.
Deja la taza sobre la mesa y se le forma una sonrisa sin gracia.
-Kalel asi como se llama ¿verdad?
-Si, asi es ¿Cómo lo sabe?- pregunto. De repente tengo una mala sensación.
-Al lado del rey estaba un caballero, me presentó y me dio que se llama Kalel. Cada vez que el rey mencionaba su nombre, me di cuenta que él se ponía nervioso, ¿Usted y el caballero tienen una relación amorosa?
Acabo de darme cuenta que el principe es muy intuitivo. Tengo que tener cuidado con él.
-No, claro que no- dije, mirandole a los ojos- Principe, le recuerdo que usted esta aqui por mi respuesta y sigue siendo la misma. Me haré responsable de darle la noticia yo misma a mi padre.
Otra vez esa sonrisa.
-Principe, agradezco por considerarme como alguien digna para ser su esposa, pero solo me casaré con la persona que amo. Deseo con todo mi corazón que usted encuentre a su verdadero amor. Rezaré a los dioses...
Se rié, esta vez una risa con gracia.
-Princesa - se pone de pie y camina hasta llegar a mi. Su rostro esta muy cerca al mío - Yo soy... -niega con la cabeza - tú y yo nos casaremos- dijo muy tranquilo, su mano acaricia mi mejilla -Hablaré con el rey para que preparé la fiesta de compromiso mañana.
-Remigio, me prometio que aceptaría mi respuesta. Cumple con su palabra.-dije molesta. Llevo mi mano al suyo para intentar retirar su mano de mi mejilla y en ese instante la puerta se abre, haciendome sobresaltar. Ingresa Kalel mirándonos a ambos, hace una reverencia a Remigio y luego a mi.
-Disculpe la interrupción. Principe Remigio, el rey solicita verlo en sus aposentos.
Retiro su mano de la mi cara y me acerco a Kalel, diciéndole con la mirada que no es lo que parece. Sin embargo Kalel no me mira, solo observa a Remigio.
-Ire enseguida, pero antes, tengo que agradecerte por cuidar a mi futura esposa -escucho sus pasos acercándose- Como sabrás manaña es nuestro compromiso, pero nuestra boda será cuando ella cumpla un mes después de su cumpleaños número dieciocho -dijo, mientras llega a mí, pasando su brazo por mi cintura. Lo miro molesta mientras retiro su brazo con un rápido moviendomiento.
-¡¿Que estás dicien...?! -me interrumpe con un beso.
Después todo pasa muy rápido ante mis ojos.
Kalel le da un golpe en la mejilla después de besarme, Remigio se lo devuelve, pero Kalel lo esquiva y antes de que la situación se vuelva peor de lo que ya es, una sensanción de energía recorre en el interior de mi cuerpo y de pronto unas lianas se aferran al cuerpo de Kalel y de Remigio haciéndolos caer al piso, separándolos. El miedo se apodera de mi y muchos petalos de flores se llenan mis aposentos.
Soy un mounstro.
Escucho truenos y eso me hace sentir mas nerviosa. No quiero que vean así, ¡¿Por qué me está pasando esto?! ¡Que se detenga!
-Daelyn, mirame - abro mis ojos para ver a Kalel. Es la primera vez que me llama por mi nombre -Ya paso, no te asustes-dijo abrazándome.
Sus palabras me tranquiliza y le devuelvo el abrazo. Me siento cómoda a su lado. Hasta me hace olvidar la pelea que tuvo con Remigio.
No está. Escucho algo caerse al piso, dejamos de abrazarnos para ver a Remigio cerca de la puerta. Él nos ve o más bien él me mira y dice lo sieguiente.
-Sabía que eras tú.
Después de eso se va.
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Editado: 04.11.2024