El don de Flora (borrador)

Extra 1

Hadrianus 

 

 

-Lady Crystal ¿Puede ver algo? -Pregunto, despúes de cubrir sus ojos con un pañuelo.

-Absolutamente no -responde.

Enterarme que le tiene miedo al mar, me sorprendió. Creí saber todo de la princesa Crystal por estar a su lado como su caballero, hoy aprendí que no la conozco lo sufienciente.

-Entonces, entremos juntos al barco, Leela ya debe haber preprado su habitacion.

Lady Crystal esta frente a mi, hoy, esperando a escoltarla, pero antes de hacerlo quiero observarla, sin hacerla sentir incomoda lo hermosa que se ve hoy como todos los días. El vestido de color lila es algo nuevo que la veo usar, mi lady siempre usa vestidos de colores oscuros.

-Le agrdezco mucho a ambos- tomo su mano y la siento estremecer.

-¿Mi lady...?

-Su mano esta fría, caballero Hadrianus -sonríe.

-Perdone, es por el clima frio, no traje guantes.

Nos encontramos fuera del carruaje, a nuestro alrededor hay cabelleros como yo, algunos ayudantes llevando los equipajes de la princesa. Leela, tuvo la idea de que si la princesa cubría sus ojos, habría la posibilidad de no sentir el miedo ya que no podra ver el mar. Al principio, la idea no me era muy convincente, pero la princesa acepto la idea.

-Entiendo, en ese caso mi mano le mantendrá caliente si lo sostiene por un buen momento. 

-Gracias, Lady Crystal. -Sostengo su mano y guiándola, caminamos juntos la entrada del barco.

Este barco fue construido solo para transportar a la familia real. Este barco es muy lujoso y grande, pero no tanto como los barcos que usan para la guerra. Al llegar a la entrada, la llevo en mis brazos para subir al barco, mi lady grita por el susto y se agarra muy fuerte de mi cuello casi ahorcandome. 

-Mi lady, me esta ahorcandome -subo al barco y luego la dejo en piso. Afloja un poco su agarre.

-No me avisaste que me ibas a cargar, me tomaste por sorpresa.

-Perdone, merezco ser castigado.

-Ya pensaré cuál será tu castigo.

Sotengo su mano y la guío a la entrada a su habitacion. Al entrar, me di cuentas que el cuarto no tiene ventanas, me siento tranquilo porque asi a la princesa se sentira mas comoda.

Entramos. Le quito el pañuelo, en un moviemiento la giro hasta estar cara a cara  y la abrazo. 

-¿Qué haces, Hadrianus? ¡nos pueden ver!

-No quiero que te cases.

Mi lady suspira. No me devuelve el abrazo.

-Hadrianus, sé que quieres que me case por amor, pero es mi deber como princesa heredera comprometerme con el segundo principe.

Dejo de abrazarla y bajo la mirada para verla. Mi lady no debe saber que tengo sentimientos por ella.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.