Crystal.
-No te autorice entrar. ¿Quién eres?
No dice ni una palabras y sigue su camino hasta llegar a mi. Saco el cuchillo de mi manga y apunto en su cuello.
-Un paso más y no dudaré en matarte -amenazo.
Su mirada es desafiante, retadora, no parece tener miedo y eso me enoja porque a pesar de tener el cuchillo presionando en su cuello estoy empezando a sentirme indefensa.
-Si lo haces, entonces, te quedarás sin esposo - sonríe ''amablemente'' -¿Pordrías bajar el cuchillo?
Me sorprende como cambia su animo tan rápido y tambíen que sepa hablar mi idioma. Suspiro, sintiendome un poco aliviada, pero no retiro el cuchillo.
-Buscaré a otra persona, su alteza, usted no es el único principe en el mundo.
-Pero si el único principe con el que el rey Iván quiere que se case -otra vez su mirada es desafiante.
-¿Por qué vino a mis aposentos?
-¿Por qué usted vino a mi reino?
¡Por los Dioses, este principe me esta desesperando! Retiro el cuchillo.
-Hablaremos de ese asunto otro día, no sé si dio cuenta pero es muy tarde y necesito descansar.
-No habrá otro momento, estaré muy ocupado.
-Entonces, será cuando se desocupe. Me quedaré un buen tiempo, digamos que estoy de vacaciones, su majesta -lo miro de pies a cabeza - y por favor, no vuelva aprensentarse ante a mi con esa ropa.
Eso lo deja confundido.
-¿Que tiene de malo mi ropa? -se mira de pies a cabeza.
-Con todo respeto, pero usted parece un plebeyo y no un principe.
Él se rié, más bien sería un carcajada que puede despertar a mi caballero.
-Tengo que vestirme asi para ver a mi amada Rani.
-¿Rani? -ahora soy yo la confundida.
-Es la mujer de quién estoy enamorado.
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Editado: 04.11.2024