El don de Flora (borrador)

Extra 3: Castigo de Crystal.

Crystal.

De toda la familia real, soy la unica que me gusta los animales felinos. Me encantaba demasiado porque son feroces, valientes y veloces. Sentía una conexión muy bonita.

Cuando tenía once años ví por primera vez un pequeño leon, deseaba llevarmelo al castillo a escondidas, pero cuando la reina me descubrio no me lo permitió y mando a quitarmelo. Lloré demasiado hasta llegar a estar deprimida. Creo que esa fue la primera vez que sentí por primera vez que me enoje con la reina.

-Los leones no son mascotas, Crytal -mi padre acariciaba mi cabeza. Llevaba dos días sin comer y él venía personalmente a traerme comida.

-¿No?-pregunté sin dejar de llorar.

-No, porque ellos deben vivir en un ambiente grande para que puedan jugar con sus amigos leones -su vos es suave y calmada cuando me habla.

-¿Y... puedo ir a jugar con el pequeño león?-padre se queda pensando.

-¡Si! pero no por ahora porque primero debes alimentarte para que tengas energía para jugar con los leones.

De pronto, me sentí un poco mejor y deje llorar. Agarre la manzana y la mordí. Vi el rostro de felicidad de mi padre y yo sonreí.

-¿Dónde están el león? Quiero visitarlo.

-En Herbazales. Come el pan y bebe tu jugo -asiento con la cabeza.

***

-¿Por qué el rey no ordena cancelar su castigo? -Leela esta enojada, parece como si a ella le hubieran castigado y no a mí.

-No tengo idea- respondo relajada, sigo leyendo la carta del doctor Claudius. Todos los días me escribe sobre el estado del felino y todo va bien.

-Es injusto, princesa Crystal, es cierto que casi le corta el cuello... -interrumpo mi lectura.

-¿Quien te contó...? Ah.. fue Hadrianus.

-¿Quiere que le cuente de su parte suya al rey sobre lo que vimos en las montañas? -me entrega una taza de té.

-El rey ya debe saber todo en este momento, Hadrianus debe haberlo informado a mi padre, sabrá que hacer con ese asunto. -Termino de leer mi carta y la guardo.

Y asi fue cómo pase mi última semana encerrada en mis aposentos; ensayando bailes bajo la instrucción de la dama Ría Dans y decidiendo si viajo o no al Reino Lira a conocer personalmente a mi futuro esposo.

Este capitulo esta dedicado a mi gatita que en paz descanse. La extrañaré mucho. Aún me duele su partida, tengo que ser fuerte pero me permito llorar cuando veo su cama, su ropa y sus fotos, supongo que es parte del proceso y que esta bien sentirme así y no avergonzarme cuando se ríen cuando lloró por ella.




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