El Dorado

Prólogo

La luz del sol de otoño choca contra el pasto del cementerio donde los humanos más intelectuales lloran de dolor y pena. Las hojas naranjas barridas por el viento cubren la lápida de alguien muy especial para  los que visten de negro, el nombre que se ve al uno de ellos para acercarse y retirar la suciedad con sus manos. Se logra ver que dice " Descansa en paz Grobing Aiber 2030-2090".


     - Esto si se llena de hojas rápido, debemos asegurarnos de que lo cuide un buen barredor - dice un chico agachado limpiando el polvo con su mano, tenía el pelo castaño y unas gafas de pasta negra junto con un tono de piel blanquecino, su forma de hablar era calmada y cálida, se podía ver que era alto.


    - Simplemente no puedo aceptarlo- Dice otro chico cerca de el temblando del dolor apretando con fuerza sus puños, este era bajo y de contextura algo gruesa que tenía sus ojos tapados por su pollina de color cobre.- No puedo creer que alguien tan genial termine así.- Dice el 


    - La muerte lo iguala todo, eso dijo Unamuno - Dice el chico alto mientras se levanta.


    - Pero no lo entiendes Star, yo fui el que tomó esa maldita decisión en este punto sabiendo que ahora no existe sino como metáfora ¿habré hecho lo correcto?- Dice el algo enardecido con un llanto algo ahogado mirando a su compañero con tristeza.


    - Quásar... - Dice Star suspirando para luego poner las manos en los hombros de su amigo. - Tu eres el nuevo jefe, independientemente si fue moralmente aceptable o no desconectarlo, tu con esos ojos envueltos en la llama del valor tomaste esa decisión y todos la aceptamos ¿por qué? Por que el maestro confiaba mucho en ti  eras su mano derecha, él hubiera querido tu opinión y así su destino.- Menciona Star mirándolo a los ojos fijamente con un tono serio.


    - Pero yo... - Dice Quásar excusándose.


    - Eh... pero si eres terco, tu eres el líder, si dudas, dudaremos si decides, actuaremos . Es tu nueva responsabilidad guiar a los astros para que estos guíen el Dorado. - Dice Star con una sonrisa de par en par... Por favor... no me hagas dudar a mi... - Dice Star con un tono más bajo soltando un sonido de tristeza.


    - Tienes razón amigo mío, debo ponerme en el papel ahora que todos estamos débiles es el momento de levantarse, no dejaremos que el sueño de Grob.Maestre se extinga, creo que ya se que haré.- Dice Quasar con una sonrisa que detona confianza.

    Ambos amigos caminaron hacia una capilla donde se ubicaban otras ocho personas vestidas de negro, cuatro chicos (contando a Star y Quásar) y cuatro chicas. En esa capilla de color blanco no había cruces ni curas, solo había unos cuantos jóvenes desanimados que se hablaban entre sí, excepto por uno de cabello rubio pálido que estaba sentado en un banco mirando el suelo adxorto.


     Todos vieron a los dos chicos llegar con asombro mirándolos fijamente, era normal pues todos ya se habían despedido pero ellos se quedaron un rato más, ya nadie quería hablar, todos estaban esperando algo y eso mismo es lo que Quásar sabía que debía ser, levantar las almas de este ahogo de pena, colocándose en la tarima de la capilla saca sus manos de los bolsillos y en sus ojos se enciende una chispa magnética que atrae a todos incluso al chico rubio abatido.


     - Memento Morí- Dice Quasar en voz alta - La muerte es la que nos da un significado como humanos, perseguimos ideales como nunca para  que nuestras vidas sean cobijadas por la felicidad, el hombre que murió ayer, el gran maestro Grobing, fue una persona que vivió de sus naciones, pero también logró un equilibrio con la realidad, con la racionalidad, este hombre que quería una humanidad culta a muerto, pero su esencia, su letra y aporte   valen como el diamante eterno e irrompible, nosotros que somos los referidos en intelectualidad y conocimiento, que portamos los nombres de los mismos astros más maravillosos de el cosmos, somos un reflejo de lo que el quería crear, más bien de lo que el creía que era el género humano, una estructura que debía ser grande y poderosa que abrazara a la longevidad -

Dice Quásar llamando la atención de todos mostrándose  algo mas motivados - Yo herede mucho mas que su puesto como Bibliotecario, herede su voluntad de pulir el potencial infinito de todos los eruditos , de amar y conservar el conocimiento de los sabios, porque justamente el sabia de la existencia de la muerte, el sabia que como personas  debemos morir, lo dictamina la misma naturaleza, pero el mas que nadie también sabia que apesar de que nuestro corazón pare y nuestra materia se descomponga, nuestro aporte a la humanidad no fuera emifero si no eterno, así como los genios de hace siglos que no son mas que polvo en nuestra contemporaneidad, sus ideas  son el pilar de nuestras vidas para toda la posteridad , el humano es débil y enfermizo por si solo, pero  si trabaja en equipo para buscar su sentido  llegara  a los verdaderos cielos, ahora mismo nuestro maestro esta sellado en madera, pero esa madera es una pobre celda de palillos para sus  enseñanzas que simplemente tracienden y llegan al ser de cada uno de nosotros,  mis amigos y compañeros astrales luchemos juntos por un futuro donde Grobing Aiber el Sofista se sintiera  complacido.-



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En el texto hay: conocimiento, historia, maduracion

Editado: 29.04.2020

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