Preludio

La sala es, simplemente hermosa…

Maderas preciosas que dan al lugar el toque serio y frío propio de la imagen impersonal que, desde mi propia y muy personal perspectiva, está obligado a reflejar un Abogado. La poca y muy tenue luz ayuda mucho a crear un efecto de misticismo y lejanía etérea sobre el mundano conocer. Este lugar es un vivo retrato de mi propio despacho, lugar de trabajo profesional y egocéntrico culto personal, que pude por mí mismo crear tras décadas de trabajo e inversión en ese, mi lugar. Es una copia fiel de mi templo privado.

Somos doce, una especie de bastardización de la Última Cena, el treceavo personaje no existe por ahora, pues su papel es sólo para el caso de un empate. Cada uno esta aquí por el mismo motivo, somos… lo que somos. Alguna vez creímos serlo por vocación o por seguir una línea trazada por linaje y sangre, por herencia si así se desea llamarle, por apegarse a una tradición. Somos las voluntades que han sido moldeadas y forjadas para ver lo que no hemos visto, en los ojos de otro; para afirmar lo que no sabemos, deducido de las palabras de otro; para producir justicia donde no existe. Somos Jueces.

No es porque lo seamos desde siempre o solo hayamos sido eso toda la vida, algunos lo fuimos por unos pocos años, otros, al menos uno, lo ha sido toda su vida. Pero aquí estamos, tal vez asustados, aunque lo disimulamos muy bien, pero hemos decidido terminar lo que tenemos justo al frente… el reto más grande de nuestras vidas, algo que probablemente nos aterra más allá de la concepción humana del miedo en sí, pero que no obstante nos resulta atrayente y fascinante… aunque no puedo dejar de pensar en el hecho de que parece, todo cuanto me rodea, estar muy suavemente acariciado por un indeleble tinte de eso llamado deja vú…  Vamos a Juzgar al Mundo entero, a la humanidad entera (se oye absurdo, ¡lo sé!)

¿Qué si estamos drogados?, no, ya lo había pensado, pero ya concluido el Juicio, sólo nos queda aceptar lo que vemos, luces o sombras, fantasía o realidad. Hoy, finalmente, debemos dar nuestro veredicto, no sabemos si son días, meses o siglos lo que llevamos aquí, todo ha sido muy irreal y místico.