El Dragon en la Roca

V

Despierto recostado en una amplia cama en una habitación de lujosos acabados, con muebles estilo tradicional en madera, sabanas limpias y blancas… Estoy solo y con hambre. Se abre lentamente una puerta... Una persona entra en silencio y me sirve de comer, lo que hago en silencio y sin tratar de hacer conversación, ni nada más, no tengo ningún interés en establecer conversación de ningún tipo, simplemente porque no creo estar despierto, debe ser una especie de sueño me dicta mi pensamiento.

 

Tras terminar de comer, pude hacerme a la idea de estar despierto, tras poner en mis hombros una bata de tela limpia, el callado sirviente -de alguna forma lo veo como tal, no como un posible igual, no como mi carcelero, no lo considero ni siquiera digno de ser una amenaza-, me guía amablemente por un solitario pasillo, sigo sin saber dónde estoy, pero es cómodo, luce limpio y ordenado, frío y casi impersonal. Voy caminando literalmente agachado, en silencio, con la mente revuelta y una especie de entumecimiento y frialdad corporal que en inicio era dolorosa que va desapareciendo con lentitud.

 

Comienzo por pensar que soy algo pliferente… sinferente… diferente, la palabra es diferente, y eso lo obtengo simplemente viendo mis manos, mis manchas por lentigo senil no están, la piel no luce arrugada y flácida, sino más juvenil… me siento. Me siento diferente, rejuvenecido, mi mente parece estar adormecida y me cuesta trabajo distinguir las cosas.

 

¿Tenía casi 80 años?, ¿Por qué me veo de 20 en ese muro?... puedo reconocerme plenamente, el cuerpo y la estatura que alguna vez tuve, mis manos sin arrugas ni manchas, las bolsas bajo mis ojos, mi cabello… ese soy yo, ¿ese soy yo?... Me pasan a un pequeño vestidor, y me entregan un traje de tres piezas de color negro, con una camisa roja con mancuernillas enchapadas en oro con adornos en ámbar y una corbata a juego. Me parece familiar el conjunto de ropas que visto ahora.

 

Entramos en un ambientado y hermoso salón, música dulcísima llena el aire, y es entonces cuando veo a una impactante figura, un reptil enorme con alas, un Dragón de color oscuro y ojos brillantes, rodeado de lo que parecen secretarios y secretarias de elegantes vestimentas en lo que parecen ropas tipo uniforme militar de corte similar y elegante, que le exhiben tabletas electrónicas con información. (objetos ampliamente superados por la tecnología actual, verdaderas muestras de tecnología retro, ni mis nietos han visto tabletas como estas).

 

Dudo en avanzar hacia donde me invita el sirviente que me proporcionó alimento y vestido, eso significa acercarse a la impresionante bestia, pero me hace entender con señas, que debo de acercarme… Se escucha una voz imponente y cavernosa, pero extrañamente similar a un instrumento musical, acompasado y bien timbrado, entendible y calmado.

 

-Bienvenido Abogado, puedo ver que estos últimos tres meses atrapado y casi perdido en el flujo del continuo espacio-tiempo lo ha dañado… y es aún más extraña la reacción de su cuerpo… Pero debo agregar que tal evento se debió a un accidente, no perderé su tiempo con mis divagaciones, quiero contratar sus servicios como mi defensor… ¿acepta el cargo? -.

 

Algo me pasa mientras escucho su voz, porque sé que es SU voz, aunque la enorme boca no se mueva, el destello intermitente en sus ojos hace juego con la voz que escucho en mi mente y en mis oídos, siento que nada es real, algo me falta, algo importante y mentalmente lo busco en mi interior, casi como separarme en dos mentes por un latido y luego volver a ser uno. Me llamó abogado… eso es lo que debo de ser, porque cuando me llamó con ese nombre, con ese título, una especie de calor familiar me llenó el corazón y lo sentí, una especie de orgullo muy familiar y personal, lentamente mi cabeza se llena de imágenes y escenas de mi escuela, mi facultad, mis compañeros tan queridos y extrañados en mis recuerdos, la mayoría ya fallecidos,  mis respetados y muy admirados maestros, eternos e inmortales en mi memoria, sus palabras y enseñanzas… Las palabras son cada vez más fluidas, mis pensamientos regresan y se agudizan, estoy convencido que es verdad, soy un abogado y algo me hace famta, fata, falta, estoy incompleto… ¿dijo tres meses?, ¿mi cuerpo está dañado de verdad?, yo creo verme mucho más joven de lo que sé que en realidad soy, algo no suma en este balance y no hay motivo ni razón ni fundamento en mi entorno… nada es lo que aparenta y me siento inclinado a no creer a mi aparente realidad.

 

Si es un sueño, no deseo despertar asustado, quiero enfrentar esto y ganar, me gusta ganar, si soy un abogado, me gusta ganar, me pagan por ganar, al menos eso creo recordar, aunque entiendo que es absurdo, nadie las gana todas, pero al menos quiero intentarlo. “sí, acepto llevar su defensa. Necesito que me diga su versión de los hechos en los que versa el juicio y toda la información que pueda darme, necesito hacerme un panorama general de nuestra situación” …

 

Comienzo por recordar algo, la pugna por esa inútil roca que llamamos hogar, una especie de sueño religioso inducido por una mezcla barata de opio, láudano y vino adulterado… Pero no me importa, la ley  en cualquier lugar civilizado dicta que todos, sin excepción tienen derecho a una defensa adecuada, y estoy seguro de darle eso a cualquiera, incluso al Dragón. Reconozco mis ropas finalmente, son idénticas a las que usé en mi examen profesional. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde ese día?




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