Capítulo 1:La Llamada del Bosque

La brisa de la mañana acariciaba el rostro de Lira mientras ella se sentaba en la cima de una colina, observando el horizonte. El sol se alzaba lentamente, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados, y el canto de los pájaros llenaba el aire con una melodía familiar. Sin embargo, en su corazón, una inquietud la mantenía alerta. Desde hacía semanas, había sentido una extraña atracción hacia el Bosque de las Sombras, un lugar que su abuela siempre había descrito como mágico y peligroso.
“Es un lugar donde los ecos del pasado susurran entre los árboles”, le había contado en una noche de tormenta, mientras las sombras danzaban en las paredes de su hogar. “Pero ten cuidado, Lira. No todo lo que brilla es oro, y no todos los caminos son seguros”.
A pesar de las advertencias, la curiosidad de Lira era más fuerte que el miedo. Su madre había desaparecido en ese bosque, y aunque había pasado mucho tiempo desde entonces, la imagen de su sonrisa seguía viva en su memoria. La búsqueda de respuestas la había llevado a investigar leyendas y relatos antiguos, pero nada parecía acercarla a la verdad.
Ewan, su hermano menor, había sido su compañero en esas aventuras. Juntos habían explorado cada rincón de su aldea, compartiendo sueños y risas. Pero desde que él también había desaparecido, un vacío había crecido en su vida. La culpa y la preocupación la mantenían despierta por las noches, preguntándose si habría algo que pudiera haber hecho para evitarlo.
Esa mañana, mientras contemplaba el bosque a lo lejos, Lira sintió una llamada profunda. Era como si el viento le susurrara secretos olvidados, invitándola a cruzar la frontera entre lo conocido y lo desconocido. Con determinación renovada, se levantó y se sacudió el polvo de su vestido.
“Hoy es el día”, murmuró para sí misma, su voz resonando en el silencio matutino. “Hoy encontraré a Ewan”.
Con un último vistazo a la colina y a la aldea que había sido su hogar, Lira se adentró en el sendero que conducía al Bosque de las Sombras. Cada paso que daba estaba impregnado de esperanza y temor. El aire se volvía más fresco y denso a medida que se acercaba al bosque; los árboles altos parecían murmurar entre sí, como si guardaran secretos ancestrales.
A medida que cruzaba el umbral del bosque, Lira sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Las sombras danzaban a su alrededor, creando formas caprichosas que parecían jugar con su mente. Sin embargo, no podía dar marcha atrás. Tenía que seguir adelante.
Mientras avanzaba entre los árboles, recordó las palabras de su abuela: “La verdad está oculta en los lugares más oscuros”. Con cada paso, Lira se adentraba más en la penumbra, decidida a enfrentar lo que fuera necesario para encontrar a su hermano y descubrir los misterios que rodeaban a su familia.
Un crujido repentino la hizo detenerse en seco. Su corazón latía con fuerza mientras miraba a su alrededor, buscando la fuente del sonido. En aquel momento, comprendió que el bosque no solo guardaba secretos; también estaba vivo.
“¿Ewan?” llamó con voz temblorosa, pero solo recibió el eco de su propia voz como respuesta. Sin embargo, no podía rendirse. La búsqueda apenas comenzaba, y Lira estaba lista para enfrentarse a cualquier desafío que el Bosque de las Sombras le presentara.