Nolan.
La suave melodía de "Just the Two of Us" de Bill Withers y Grover Washington, Jr. sonaba, en la habitación, mientras revisaba por quinta vez mi maleta para asegurarme de no olvidar nada. No quería que me pasara lo mismo que en California.
Esto no estuviera pasando si alguien hubiera echo la maleta un día antes.
Oh calla por un minuto, no quiero pelear ahora.
“Just the two of us
We can make it if we try
Just the two of us
(Just the two of us)
Just the two of us
Building big castles way on high
Just the two of us
You and I…”
El tic tac de aquel reloj viejo pegado a la pared me estaba sacando de quicio, recordándome que mi vuelo hacia Londres partía en menos de una hora. La música era lo único que me mantenía tranquilo, pero no lo suficiente.
— Entonces, cepillo de dientes, check; rastrillo, check; shampoo, check; desodorante, check. Perfecto, ya está todo.
Después de la sexta revisada a mi maleta, era el momento de decirle adiós a la habitación que alquilé durante estos dos meses en la maravillosa Florencia, Italia. Era algo anticuada y pequeña, pero no quitaba el hecho de que era acogedora y tenía lo suficiente para vivir cómodamente. Detuve la música que se reproducía en mi celular y me dispuse a salir para dirigirme a la recepción y entregar la llave de la habitación.
— Ash... ya se iba a reproducir 'It's My Party' de Lesley Gore.
Justo en mi talón de Aquiles.
Cuando llegué a la recepción, me recibió aquella señora de mediana edad con una gran sonrisa. Aunque sonriera por educación, se veía tan natural y nada forzada. "Buongiorno giovane Nolan," me saludó con amabilidad, revelando su origen italiano.
— Buenos días, señora. - la saludé con la misma amabilidad. — Vengo a entregar la llave de la habitación que alquilé.
— Espero que su estancia aquí haya sido agradable. Espero verlo después por aquí.
***
Apenas llegué al aeropuerto me encontré con un montón de gente en la entrada, al parecer, eran fanáticos de algún artista. La mayoría llevaba carteles demasiado cursis. Toda esta gente no me dejaba caminar, mi vuelo estaba a punto de abordar y yo ni siquiera había llegado a la recepción. ¿Tan mala suerte tenía?
Vuelvo a repetir, esto no estaría pasando si alguien hubiera hecho su maleta antes y así llegaría temprano al aeropuerto.
¿Siempre estarás en mi contra?
Mejor sigamos con la historia porque...
— Estimados pasajeros, les informamos que el vuelo AZ321 con destino a Londres está a punto de partir. Les recordamos que por favor se dirijan de inmediato a la puerta de embarque dos para abordar. Todos los pasajeros deben tener sus documentos de viaje y tarjetas de embarque listos para su revisión. Agradecemos su cooperación y les deseamos un agradable viaje.
Oh oh… no vamos a llegar a tiempo.
Eso dices tú, tomaré ese vuelo cueste lo que cueste.
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Emma.
Me encontraba sentada en la acogedora sala de estar de mi hogar, rodeada por la calidez familiar que siempre había conocido. Respiré profundamente, tratando de encontrar las palabras adecuadas mientras mis padres me miraban con atención desde el otro lado de la mesa.
El momento había llegado. Sabía que debía ser honesta con ellos, aunque me pesara. Quería expresar mis sentimientos con claridad y sin rodeos. Con determinación en mi mirada finalmente hablé.
— Mamá, papá… Hace unas semanas les quería decir una cosa. — Empecé a juguetear con mis dedos, es una manía mía cuando los nervios me consumen.
Mis padres solo mantenían esa mirada sería, la cual me ponía más nerviosa pues sus ojos estaban clavados viendo cada movimiento que hacía.
Vamos, todo saldrá bien, si se puede mujer!!
Seré una persona parlanchina pero cuando se trata de hablar de un tema serio soy la persona menos comunicativa. Así que hablar de este tema con mis padres me costó mucho, después de quitarme todos los nervios finalmente hablé y les exprese todo lo que sentía sobre estudiar derecho.
Al terminar de hablar mi mamá se puso a llorar bastante, bueno. ¿Qué madre no lloraría después de que su única hija no quiera estudiar una carrera "prestigiosa", en la cual tuvo una beca del 100%, y luego de unas semanas le diga que ya no quiere hacerlo?, está claro que era una noticia grande y a mis padres les cayó como un balde de agua fría.
— Cómo que vas a dejar la escuela-. Decía mi madre con un llanto justificable, mientras mi papá la consolaba.
— No voy a dejar la escuela al completo mamá, solo que necesito tomarme un tiempo para reflexionar y explorar otras opciones antes de comprometerme por completo con esta carrera.
— Emma, sabes que siempre te voy a apoyar en todas tus decisiones y si estudiar derecho no es lo que quieres está bien tómate el tiempo necesario para que encuentres lo que de verdad te apasiona.