Capítulo 3
Franco.
Después de un largo tiempo de incertidumbre, finalmente el supervisor logra entender mi problema y comienza a trabajar en una solución. A pesar de los problemas de comunicación, su determinación de encontrar una respuesta prevalece, ofreciendo un rayo de esperanza en medio de la confusión.
— Parece que tenemos un vuelo dentro de doce horas que podría llevarlo a su destino. ¿Estaría bien para usted?.
Tengo tiempo suficiente para llamar al hotel de allá y decir que no cancelen mi reservación, solo llegaré un poquito tarde.
— Sí, suena perfecto. ¿Podría ayudarme a organizar la reserva para ese vuelo?.
— Claro nosotros nos encargaremos de organizar la reserva. Usted no necesita hacer ningún papeleo nosotros nos encargamos de todo ya que el sistema ya tiene sus datos, cuando terminemos le volveremos a llamar para que recoja su boleto, por el momento puede volver a tomar asiento.
Mientras me acercaba al lugar en donde tenía que tomar asiento y esperar. Una idea estaba pasando en mi cabeza… ¿Y si voy a turistear un rato?.
¿Quieres andar de turista en un lugar donde no entiendes el idioma y no sabes exactamente donde te encuentras?. Bueno vamos a conocer, no perdemos nada.
***
Mientras salía del aeropuerto buscaba en mi celular el número de la agencia de turismo de Londres donde ya había hecho todo mi itinerario, espero que no se enojen y que mi inglés no me falle ahora.
sin darme cuenta ya se escuchaba una voz del otro lado de la línea
—Gracias por llamar a Viajes Pool, ¿en qué puedo ayudarle?.
—Hola —me aclaré la garganta—. Tengo una reserva en uno de sus hoteles y necesito mover la fecha. Mi vuelo se retrasó.
Al cabo de unos minutos se pudo solucionar el inconveniente, no lo negaré la voz de la chica que me atendió se me hizo algo familiar. como si esa voz ya la hubiera escuchado antes. Oh ya me estoy volviendo loco por todo lo que ha estado pasando
Dejemoslo en un: ya estás loco !!.
***
Rusia no es un mal lugar para hacer turismo; tiene muchos sitios interesantes por visitar. Pero eso quedará para otra ocasión… ahora mismo, ni siquiera tengo la ropa adecuada para este clima.
Y aquí estamos de nuevo, en un avión. Esta vez, al menos, el vuelo es directo a Londres.
Algo está en contra de que llegues a Londres.
Mejor aprovechemos el vuelo. Por la confusión de la aerolínea, nos dieron primera clase.
Londres, allá voy…
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Emma.
Ayer hablé con mis padres y esa plática se alargó hasta la noche. Es mi primer día en la agencia de turísmo de mis papás, pues esa fue la condición. Mientras yo veía que era lo que de verdad quería estudiar les ayudaba en la agencia en el área de Guía turística. Así que aquí estamos llenando papeleo para poder ayudarles, no es la primera vez que trabajo aquí pero en esta área si que era la primera vez y estaba nerviosa.
Al terminar el papeleo mis padres me condujeron hacia mi nueva área de trabajo: el departamento de guía turístico. Recorrí con la mirada las coloridas paredes adornadas con mapas y fotografías de lugares emblemáticos, sintiendo una oleada de orgullo al saber que sería parte de este equipo dedicado a mostrar lo mejor de nuestra ciudad a los visitantes.
Con cada paso que daba, mi corazón latía con más fuerza. Era un momento emocionante y abrumador, pero también lleno de aventuras, puede que aquí encuentre lo que de verdad me apasiona.
Al poco rato de haberme acomodado en mi nueva oficina sonó el teléfono, ¿Tan temprano y hay llamadas?, bueno hay que trabajar.
Vamos, si se puede.
en un movimiento rápido conteste la llamada —Gracias por llamar a Viajes Pool, me presentó, soy Emma ¿en qué puedo ayudarle?
—Hola, mucho gusto Emma —la voz masculina sonó al otro lado de la línea. Algo en su tono me hizo prestar más atención, pero no podía decir qué era—. Tengo una reserva en uno de sus hoteles y necesito mover la fecha. Mi vuelo se retrasó.
—Entiendo, déjeme verificar —empecé a teclear, siguiendo el procedimiento habitual—. ¿A nombre de quién está la reserva?
—Francisco Castillo. —
El aire se atascó en mi garganta.
Mis dedos se quedaron suspendidos sobre el teclado por una fracción de segundo.
Francisco Castillo.— ¿si lo pronuncie bien?, espero y si, el español no es un idioma que manejo.
Repetí el nombre en mi cabeza, tratando de encontrarle sentido a la sensación que me recorría el cuerpo.
es normal sentir… escalofríos al leer el nombre
—Castillo… —murmuré sin darme cuenta antes de obligarme a seguir con normalidad—. Bien, ya lo encuentro.
Respiré hondo y seguí tecleando, pero mis manos estaban más torpes ahora.
No seas ridícula, Emma. Sólo es más que un nombre. Miles de personas se llaman
¨ Francisco Castillo¨.