Durante los cinco días que Whils estuvo fuera, se dirigió hacia el planeta Zulok. La última localización que sabía de Picco. El planeta Zulok se caracterizaba por su pesado aire y sus grandes arboledas, un paisaje lleno de plantas, árboles y seres fantásticos. Whils no había pisado ese país desde hace años. Al llegar empezó a buscar el Dyn de Picco, pero debido a la pesadez del aire y la cantidad de seres vivos se lo complicaba. Teniendo que buscar por el aire algún campamento o alguna ciudad donde encontrar a cualquier persona que le pueda ayudar. Aunque Zulok no ha sido nunca un lugar de turismo ni de habitabilidad humana.
-Ya he llegado. Espero que Picco no se fuera de aquí.
-Siendo un planeta entero no sé cuánto tardaré, pero espero que o lo encuentre en cinco días o si no estamos más perdidos aún.
-Lo bueno es que cada día en La Tierra es una semana en este planeta. Por lo que tengo que tener en cuenta el máximo de cinco semanas para encontrarle.
Tras observar el paisaje salió volando en busca de alguna aldea.
- Veamos, si por un casual hubiera humanidad aquí, lo más probable es que estén cerca de un río, por lo que buscaré alguno y seguiré su transcurso hacia algún lago o similar. Y si no encuentro a Picco, por lo menos a alguien que lo haya visto o sepa donde se encuentra.
Whils voló durante varios minutos, pero no encontró ningún río o señal de vida. Cada vez se encontraba más desesperado, yendo de un lado para otro. Hasta que al cabo de dos días encontró una especie de aldea con unas pequeñas casitas.
- ¿Hola? ¿Hay alguien? -Preguntó Whils descendiendo.
- ¡Intruso, a por él! -Gritó alguien.
- ¡Al ataque! -Gritaron varios.
Un grupo de varias personas salieron de detrás de las casas y árboles rodeando a Whils.
- ¡Es uno de ellos! Dinos qué intenciones tienes aquí, más vale que nos convenzas o te eliminaremos. -Amenazó uno de ellos.
- ¿Ellos? ¿A quiénes te refieres? -Preguntó Whils con un mal presentimiento.
-No te hagas el tonto, eres uno de esos Humano Divinos que se creen superiores a todos, contesta o morirás. -Contestó.
- ¿Han estado aquí? -Volvió a preguntar Whils girándose hacia la persona que le preguntó.
-Sí, y por poco lo contamos. Así que no lo voy a volver a repetir. ¡¿Qué quieres?! -Dijo más enfadado.
-Vengo en busca de un amigo mío, Picco, no vengo a haceros nada. Es más, si esos despreciables atacaran, tanto mi amigo como yo os defenderíamos de ellos. -Explicó Whils.
- ¿Picco? Sí... Creo que he oído ese nombre en alguna parte. -Dijo pensativo.
-¿Quién preguntó por ese nombre? -Preguntó Whils intentando unir cabos.
-No lo sé, un tío muy raro con una túnica negra que le tapaba completamente. -Contestó.
- ¿Sabes dónde está? -Preguntó Whils.
-No, nosotros solamente lo hemos oído, y justamente cuando apareció ese nombre esos miserables nos atacaron. -Respondió.
-Encontrarían su Dyn. -Concluyó Whils.
- ¿Su Dyn? ¿Aquí? Sabes poco de nosotros, ¿no? -Dijo en tono burlón.
-Se algo, pero podéis darme más conocimientos sobre vosotros si queréis. -Contestó Whils.
- ¿Y quién nos asegura que no lo utilizarás en nuestra contra? -Insistió.
-Bueno, empezaré yo. Me llamo Whils, soy un antiguo habitante del planeta Landa, lo que actualmente se conoce como La Tierra, los seres como yo se dividían en tres categorías, la más alta, Los Divinos aprovecharon su poder y empezaron a convertir al resto en esclavos y a conquistar planeta debido a sus mejores capacidades que el resto. Picco y yo estábamos en contra de ellos, esos miserables se llevaron todos los recursos importantes que teníamos. Provocando que la mayoría de nuestra sociedad falleciera o se fuera a otro planeta. -Explicó Whils.
-No pareces tener malas intenciones. Nosotros somos de los pocos Zulokianos que quedan en este mundo, el resto son todo bestias devastadoras y plantas. Nos instalamos aquí ya que está algo cerca de los ríos. Pero viendo los ataques que hemos estado recibiendo no es seguro este sitio. -Explicó el Zulokiano.
-Por cierto, me llamo Storlen.
- ¿Qué buscarían Los Divinos aquí? -Preguntó Whils.
-Cierto, no te lo he mencionado. Nuestro planeta tiene la peculiaridad de contar con un inmenso árbol en el interior, donde los seres que beban de su agua o ingieran sus frutos, obtendrán un poder incalculable. A su vez, estos frutos son utilizados para unir la fuerza de los guerreros que consuman cada mitad de la fruta. -Explicó Storlen.
- ¿Un árbol? -Dijo confuso Whils.
-Exactamente, el Árbol de Thurdim contiene frutas espectrales que en los orígenes de estas tierras en casos de guerra el bando que tenía en su poder las frutas del árbol siempre solía ganar las batallas debido al inmenso poder que tiene. -Explicó Storlen.
- ¿Cómo se llega ahí? - Preguntó Whils.
- ¿Para qué lo quieres saber? -Respondió con otra pregunta Storlen al escuchar la pregunta de Whils.
-Como ya te dije, estoy en contra de ellos. A parte, los guerreros que están entrenando conmigo están aprendiendo, en caso de que por su propia cuenta no ganemos o no consigan aprender la sincronización fractal, sería un último as útil. -Contestó Whils.
- ¿La sincronización fractal? Esa fusión que solo se ha logrado dos veces en la historia de los universos. -Preguntó sorprendido Storlen.
-Sí, por eso quiero encontrar a Picco, mi amigo, si lo consigo encontrar podría enseñar a mis aprendices sus técnicas, y a su vez entre él y yo podemos volver a estar en forma por si tuviéramos que pelear junto a ellos. -Continuó Whils.
-No sabemos dónde está ese Picco que dices, pero no podemos llevarte a ese sagrado lugar, no hasta estar completamente seguro de tus intenciones. -Se negó Storlen.
-Vale, ¿sabes dónde podría estar? -Preguntó Whils.
-No la verdad, aunque si está por aquí seguramente no esté muy cerca de este río, aunque tampoco te lo podemos asegurar porque como verás este mundo está lleno de plantas, animales y agua. -Contestó Storlen.