Me quede mirando perpleja a ese chico, sorpresa es lo que sentía. Ese sentimiento tan fugaz e intenso. Tan necesaria para una vida humana, tan innecesaria para mí.
- No puede ser… ¡No puede ser! — tartamudee sorprendida.
- Ya veo que has salido de tu rancho Zanahoria — dijo Lucas con una risa presumida.
- ¡Ejem! Lucas, apresúrate cariño. Me tienes que llevar a mi departamento recuerda. — era la voz de una chica que estaba en el asiento del copiloto del coche con el que el pelinegro casi me atropella.
Estaba completamente disgustada, ¿El karma era real? Porque esta era una prueba clara de ello. Era seguramente Dios dándome una lección por haber copiado en el examen de acceso. Con una risa nerviosa entre corriendo a la residencia sin mirar atrás. No quería saber nada del “Don bromas”, ¡Qué injusto! Escuche que el coche detrás de mí arrancaba. Menos mal.
- ¿Estás bien? — Me pregunto Alejandra cuando entre al edificio. Se notaba que estaba preocupada. — vi todo lo que sucedió allá fuera. ¿No quieres que te lleve al médico?
- N-no te preocupes jaja — al parecer y sin darme cuenta me reí como una desquiciada, este hombre me pone enferma. — vamos a la habitación a hablar un poco.
- ¿De verdad?
- ¡De verdad! Estoy perfectamente bien — dije convirtiéndome en la más hipócrita del mundo entero.
- Espero que Lucas no te moleste más — afirmo Alejandra preocupada.
- Espera un momento… ¿¡Lo conoces!?
- Sí, él se aloja aquí, es bastante molesto a veces. Siempre trae muchas chicas que lo único que hacen es dejar todo sucio y…
- Me siento mareada — jadee, como puede haber tanta coincidencia en este mundo, como toda la mala suerte de este planeta pueda estar guardada exclusivamente para mí.
- ¡Ayúdame, Jessica, que Valeria se nos desmaya! — gritó la peli castaña en dirección a la cocina.
- ¿Quieren mi ayuda chicas? Perdón, estoy cocinando una tarta de manzana, no las podré ayudar — dijo la rubia para luego tararear una canción de Chayanne.
Alejandra les pidió a unas chicas, compañeras de la residencia, que la ayudaran a llevarme a nuestra habitación. Así lo hicieron y pude tranquilizarme un poco, aunque las chicas se quejaron bastante al llevarme, me dejaron acostada encima de mi cama. Para mi desgracia se me olvido completamente de estudiar y tome una larga siesta. Al despertar estaba sola en la habitación, así que aproveche de darle comida a Tili y ver donde sería la presentación del año escolar de la carrera. Tenía muchas dudas, así que fui a la sala del recinto a preguntarle algunas cosas a Jessica y para mi sorpresa lo pude ver a él, a Lucas, sentado en una silla con los pies en la mesa. Estaba hablando de lo más bien con Jessica y pude apreciar un plato con una tarta a medio comer.
Tengo que admitir, aunque este chico me molesta bastante, que me gustaría conocerlo un poco mejor. ¿Qué haría él en mi pueblo esa tarde de sol en verano? Me produce una sensación rara. Es intrigante. Me di media vuelta y los deje solos.
(…)
Mi primera semana de universidad fue llena de emociones, use por primera vez el autobús yo sola ya que en mi pueblo eso no existe, compre todos los colores de bolígrafos que quería en una librería preciosa, Daniel me llamo en el descanso para animarme, los profesores hablaban de temas que ya había leído con antelación en mis libros de psicología y Lucas nunca estaba en la residencia.
Todo fue casi perfecto menos por dos cosas. El primer lugar se lo lleva Adrián Naranjo, mi compañero de carrera en mi generación. ¡Ese maldito! No solo es superdotado, sino que es ultra carismático y encanto a los profesores con sus respuestas del funcionamiento del inconsciente. Después de una introspección emocional y luego de haber soñado con que él me mataba con una cuchara pude concluir que estaba celosa de Adrián. En segundo lugar, yo no era la única que le gustaba analizar a la gente, mis compañeros de clase y potenciales amigos me analizaron y dijeron que era una aburrida sin remedio y que solo habría salvación para mi si iba a la fiesta de apertura del curso 20**.
Yo no soy aburrida ¿Verdad?, solo me gusta hacer las cosas correctamente, la mayoría del tiempo. Si uno quiere triunfar tiene que hacerse un plan y seguirlo al pie de la letra, y si hay que dejar la diversión de lado se tiene que hacer. Pero este año también me gustaría ser un poco la chica divertida, agradarles a los demás, y así talvez agradarme también un poco a mí misma.
Era sábado en la mañana, se podía apreciar por la ventana que estaba un poco nublado, yo leía un libro acostada. Había dormido muy mal porque Ale no paraba de roncar y yo la escuchaba perfectamente porque nuestras camas están relativamente juntas. De repente ella se despierta y me mira.
- ¿Cómo puedes verte tan bien cuando despiertas? — dijo Alejandra mientras bostezaba.
- ¿Esta es tu forma de disculparte por la fiesta que monto tu garganta anoche? — conteste irritada.
- Hablando de fiesta, dije que iba a ser una buena anfitriona, pero estoy tan ocupada con la universidad que se me olvido invitarte a la discoteca “El salto”, los estudiantes de la Universidad de Granada irán hoy a las 23.00 hrs. a celebrar la inauguración de este curso escolar.
- Ya lo sé, mis amigos de la facultad me invitaron.
- Ya verás que la pasarás genial, yo te invitaré las bebidas cuando nos veamos allí.
- Ahora pensaba arreglarme e ir al centro comercial a comprar algo de ropa para lo de esta noche. — conteste mirando la hora en mi móvil.
- No es necesario, ¡Yo te puedo prestar ropa! Seguro somos la misma talla.
Ale se levantó despeinada y fue al armario a buscar la ropa que me iba a prestar. Mientras hacía eso no pude evitar pensar en lo buena amiga que era la castaña.
- Lo encontré, pruébate esto.
Me lo probé y estaba horrible, tan mal que no vale la pena describirlo, pero no le podía decir eso a Ale así que me quedé callada y asentí en señal de aprobación.