El enigma de Lucas

Capítulo 7

Había sido descubierta, esta persona me sostenía fuertemente los brazos. Lo intentaba patear, pero mis esfuerzos fueron inútiles. No podía ver a la persona que me sujetaba porque estaba detrás de mí, así que no lo podía identificar, algo que me daba mucha rabia y hacia que me pusiera más nerviosa. ¿Dónde demonios me había metido?

El sujeto me empujo fuera del escondite donde quede a la vista de los dos chicos y de Lucas que me veía con los ojos bien abiertos y parecía ¿preocupado?

— Miren a la chiquita que me encontré espiándolos, será que también se querrá unir a la diversión. — se empezó a reír seguido de los otros dos chicos. Pude sentir como acercaba su asquerosa boca a mi oreja a susurrarme — ¿Quieres que sea en un lugar más privado o te gusta exhibirte, pelirroja?

— ¡Ayuda!, por favor sálvenme. — empecé a moverme para intentar liberarme, pero el sujeto no me soltó en ningún momento. — ¡No me hagas nada! Nunca más los molestaré, ¡Se los juro!

— ¡Hijos de puta! — grito el pelinegro enfurecido para luego soltarse de los dos matones a golpes.

Fue una sorpresa para todos que Lucas reaccionara así, yo ya sentía que no había forma de salir sana y salva de ahí, que todos mis pecados se iban contra mí, pero al final pude recobrar un poco la fe. La fe por el chico misterioso.

Lucas vino corriendo hacia mí con su puño en alto amenazando al sujeto que me dejara en paz, pero los otros dos chicos lo alcanzaron ya recuperados del primer golpe y empezaron a luchar entre sí. El pelinegro era un experto luchador porque pudo dar buenos golpes a esas dos personas sin mucha dificultad, a pesar que eran mayor en número.

— Nunca lo había visto tan furioso, parece que cayó en sus instintos más bajos. ¿Acaso eres su novia? — me pregunto el hombre que me sostenía los brazos, pero yo solo podía ver con la boca abierta como Lucas molía a golpes a esos dos de una manera brutalmente rápida, haciendo que se llenaran de heridas.

Solo hubo una ocasión en la que uno de ellos pudo hacerle una herida significativa en los labios, brotando un poco de sangre. El pelinegro se la lamio, se rio, y siguió luchando con una mirada fría y deshumana. Al acabar con ellos el chico misterioso se acerca a nosotros.

— Vengo a reclamar lo que es mío — dijo Lucas con una mirada asesina.

— ¿Otra de tus novias? — dijo el sujeto detrás de mí, yo estaba temblando y rezando como diez padres nuestros. En este momento no me importaba ser otra de la lista de Lucas, solo quería que me salvara y estar protegida en sus brazos.

— Eso no te interesa en lo más mínimo, dámela.

— Antes que nada, deja darles un regalo a ti y a tú novia. — veo asomarse a mi cuello un afilado cuchillo que me hace gritar del miedo.

El pelinegro se aleja un poco, yo ya pierdo completamente la esperanza de sobrevivir hasta que empieza a sonar la sirena de la policía. Tal vez fue un vecino que escucho mis gritos o sintió los puñetazos de la pelea, pero la cosa era que estábamos salvados... por ahora.

El hombre que me sujetaba suelta el cuchillo dejándolo caer al suelo y sale corriendo de allí. Lucas está en estado de shock, mirando a la nada mientras la policía se acerca. Yo no espero más y le sujeto la mano y lo llevo corriendo fuera de allí.

Corrimos por unos minutos, pero el sonido de la policía no parecía calmarse, así que entramos al primer lugar que encontramos: Un parking.

Fuimos al nivel menos dos ya cansados y nos escondimos detrás de unos coches en la esquina oeste del lugar. Estábamos ahí los dos solos con nuestros problemas, nuestras equivocaciones, su enigma, mi desesperación. ¿Acaso esta era la prueba clara que estaba en una mafia? ¿O solo era coincidencia?

— Lucas ¿estás muy herido? — Acerque mi mano a su herida que seguía sangrando, él reacciona y quita mi mano.

— Tenemos que salir de aquí — menciono él.

— Pero la policía debe estar afuera, no quiero ir a la cárcel. ¿Qué dirá la gente de mí?

— ¿Acaso solo te importa lo que digan unos extraños de ti?

— No es eso, solo...

— Después hablaremos niñerías, ya sé cómo salir de aquí.

Me hirió en el ego saber que para el pelinegro mis problemas eran solo niñerías, pero la situación no estaba para que yo hiciera un escándalo por eso. No me debería importar lo que él llegue a pensar de mí.

Lucas me dejo de prestar atención y miró a su alrededor para asegurarse de que nadie lo observaba. Sus ojos destellaron con determinación cuando sacó una herramienta fina y delgada de su bolsillo, no me había dado cuenta que lo llevaba y pensé en lo inusual de llevar algo así. Era una ganzúa, un instrumento que me habían mostrado mis padres porque lo utilizaban los ladrones que capturaban.

Con manos expertas, insertó la ganzúa en la ranura de la cerradura de la puerta de uno de los coches. El chico sabía que debía trabajar rápido, pero con cuidado. Mantuvo la calma, respirando profundamente mientras sus dedos manipulaban la herramienta con precisión. Podía sentir los pines dentro de la cerradura, cada uno un pequeño obstáculo que debía superar.

Después de unos minutos de paciencia y habilidad, un suave clic resonó en el aire sorprendiéndome y haciendo que sintiera la adrenalina recorrer mi cuerpo. ¿Qué demonios le pasaba? ¿Quería robar un coche? ¿Acaso esta es la única manera de salir de este parking sin que nos vea la policía?

Él sonrió para sí mismo al sentir la cerradura ceder. Giró el mecanismo y la puerta se abrió con un leve crujido. Miró a su alrededor una vez más, asegurándose de que seguíamos solos en el desierto parking.

El pelinegro se deslizó dentro del coche, me abrió la puerta del copiloto con una sonrisa pícara y entre sin decir nada. Estaba inmersa en el pánico, estaba haciendo algo horrible a una persona que no tenía la culpa, pero si no salía de allí con Lucas de seguro la policía me atraparía y confesaría todo. ¿Me creerían que yo no tuve nada que ver con la pelea? No creo, por mi Lucas perdió el control al intentar salvarme, matando casi a golpes a esos dos muchachos que deben estar ahora a manos de los oficiales.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.