Capítulo 3

La noche cayó sobre Samewood con un manto de calma engañosa. A medida que la luna llena se alzaba en el cielo, el apartamento de Álex estaba envuelto en una inquietante penumbra. El viejo espejo reflejaba los escasos rayos de luz de la lámpara de escritorio, proyectando sombras que parecían moverse con vida propia.

El joven estaba sentado en el sofá con sus pensamientos enredados en el misterio del espejo. Los susurros seguían presentes, aunque ahora casi imperceptibles. Sentía que había algo más que simplemente escuchar los ecos del pasado; el espejo parecía que se estaba comunicando con él de alguna manera, instándolo a buscar la verdad.

Se levantó y caminó hacia la cocina para prepararse una taza de té, con la esperanza de despejar su mente y encontrar un poco de calma. Sin embargo, el sonido de la puerta principal resonó en el silencio de la noche. El chico frunció el ceño y se acercó para abrirla. Era Luna. Había llegado con una expresión de determinación y una carpeta llena de documentos.

—¡Hola, Álex! —exclamó la chica con una sonrisa que intentaba ser reconfortante—. He encontrado algo que creo que te interesará.

Álex la invitó a pasar y la condujo al salón. Luna se sentó en una de las sillas frente al espejo mientras su amigo preparaba una taza de té para ambos.

—¿Qué has encontrado? —preguntó él, ansioso por escuchar las novedades.

La joven abrió la carpeta y sacó varios papeles. Entre ellos había fotografías antiguas y extractos de documentos. Su rostro ovalado mostraba una mezcla de emoción y preocupación.

—Estos son registros que encontré en la biblioteca local —le explicó Luna—. Hablan de un antiguo propietario del espejo, un hombre llamado Edgar Hawthorne. Según los documentos, Hawthorne vivió en esta ciudad hace más de un siglo y era conocido por sus prácticas esotéricas.

Álex se acercó y examinó los papeles. Las fotografías mostraban a un hombre con un aspecto solemne, rodeado de objetos antiguos. Una de las fotos capturaba una habitación llena de espejos y otros artefactos, con una atmósfera que parecía cargada de misterio.

—¿Qué más dice el registro? —preguntó el chico al sentir que se acercaban a una parte crucial del rompecabezas.

Luna continuó, señalando un extracto de un periódico antiguo:

—Aquí se menciona que Hawthorne estaba involucrado en varias controversias en la ciudad, incluyendo acusaciones de rituales oscuros. La gente creía que él utilizaba el espejo para contactar con lo sobrenatural. Después de su muerte, el espejo desapareció durante un tiempo antes de reaparecer en varias casas a lo largo de los años.

El corazón de Álex latió con más fuerza. La conexión entre el espejo y los eventos oscuros se hacía cada vez más evidente. La chica sacó una última hoja de la carpeta y continuó:

—También encontré una carta dirigida a Hawthorne que parece haber sido escrita por alguien que intentaba advertirle sobre el peligro del espejo. La carta habla de “verdades ocultas” y de “los ecos de aquellos que buscan ser escuchados”.

El joven frunció el ceño. El contenido de la carta parecía encajar con los susurros que había estado escuchando.

—Esto es increíble —dijo Álex con emoción—. Necesitamos saber más sobre ese tal Hawthorne y cómo el espejo pudo haber influido en los eventos de la ciudad. ¿Tienes alguna idea de dónde podríamos encontrar más información?

Luna asintió y le entregó un mapa antiguo que había encontrado en los registros. El mapa marcaba una ubicación en las afueras de la ciudad, cerca de un antiguo asentamiento que había sido abandonado hace mucho tiempo.

—Creo que deberíamos ir allí —sugirió Luna, excitada por la aventura—. Puede que encontremos algo relacionado con Hawthorne o el espejo.

El chico miró el mapa con interés. La ubicación señalada estaba cerca de un viejo edificio en ruinas que había sido un centro de actividades en la época de Hawthorne. Estaba decidido: al día siguiente investigarían el lugar para buscar pistas adicionales.