Al ser domingo en la mañana, la familia Vega asistió a la misa y después volvieron a casa para el desayuno al cual el padre Dan había sido invitado. La relación que la familia tenía con él era mucho más estrecha que la que el sacerdote podía tener con cualquier otra persona del pueblo. Cuando llegó veinticinco años atrás era solo un joven temeroso pero listo para servir a la comunidad. Samuel y su esposa Berenice fueron quienes lo hicieron sentir bienvenido, después conoció al resto de los Vega y hasta ese momento mantenían una buena amistad.
Durante los primeros momentos del desayuno se habló sobre el evangelio de ese día y cuando solo quedaban las tazas de café sobre la mesa se mencionó el tema de la alarma en la casa. Dylan no mencionó nada al respecto, pero solo esperaba que su hermana no les contara a todos lo que le había dicho la noche anterior.
—Afortunadamente, la policía de la ciudad se hará cargo, así que confío en que habrá más seguridad en nuestras calles—comentó Thomas después de que terminó de relatar lo que había pasado esa noche—. Jamás creímos que algo así pasaría en Forest Village.
—Bueno, los policías fueron a la iglesia ayer—dijo Daniel —. El detective se llama Curtis Brown, es un hombre muy comprometido con su trabajo. Hizo muchas preguntas.
—¿Cómo qué? — preguntó Thomas.
—Quería saber si conocía al hombre que murió. Y si sabía algo más sobre Riley.
—¿Riley? — Irene pronunció el nombre con sorpresa.
—Si, el detective Brown y Riley tienen historia juntos. Él fue el encargado del caso y fue quien lo recibió cuando lo encerraron.
Eso llamó la atención de Dylan.
—¿Encerraron a Riley? ¿Por qué? Daniel bajó la mirada y suspiró, descubrió que la familia no le había contado nada a Dylan sobre los últimos años de Riley.
—Él…robó un automóvil y manejó hasta la ciudad donde fue atrapado por este detective, hace dos años, más o menos. Al final Joyce pagó la fianza y quedó libre en menos de veinticuatro horas. Les comento esto porque creo que podrían venir a verlos si se enteran de lo que ocurrió en su casa la otra noche. Ellos tal vez quieran enlazar ambos hechos, aunque todos sabemos que no hay ninguna relación.
Dylan sonrió por lo bajo, pero fue una sonrisa repleta de sarcasmo. Reconocía solo para él que extrañaba a Riley, pero cada día se convencía de que ya no quedaba nada del amigo que había tenido. Durante los tres años que transcurrieron, Dylan solo supo que Riley había tenido momentos difíciles, pero nadie le había dicho todo lo que había hecho, se enteró de tantas cosas en los últimos días y ahora sabía que había roto imágenes de la iglesia y robado un automóvil y estaba seguro de que aún faltaba mucho más por descubrir. Daniel notó el gesto de Dylan y la batalla interna que estaba teniendo, por lo que decidió que era momento de hablar sobre otra cosa.
—Brenda, ¿cómo van tus clases? ¿ya estás lista para la temporada del Cascanueces?
Una gran sonrisa apareció en el rostro de la chica que asintió repetidas veces.
—Las clases son geniales y aunque ahora seré un copo de nieve, mi maestra me recomendó para la audición y estoy un poco nerviosa no puedo esperar a que llegue.
Dylan miró a Daniel con complicidad y con ello le agradeció por haber cambiado el tema de conversación. Mas tarde, cuando el desayunó terminó, la familia Vega decidió ir a la ciudad para hacer las compras necesarias para la semana entrante, Dylan quiso quedarse, ya que tenía que preparar sus cosas para volver a la ciudad esa misma noche, Daniel agradeció el desayuno y se preparó para irse, pero Dylan lo detuvo en el porche de la casa, antes de que su familia también se fuera.
—Padre, ¿por qué no me dijiste que esos detectives te buscaron?
Daniel miró hacia atrás, no había nadie más escuchándolos.
—Riley me llamó antes de morir, los detectives vieron mi nombre en su teléfono y me buscaron para hacerme preguntas. Ayer los volví a ver, ellos creían que también conocía al hombre que encontraron muerto.
—¿Y lo conocías?
—No. Él era un campista de otro lado, que se perdió y llegó aquí.
Dylan lamentaba la muerte de ese hombre, pero en ese momento lo que más quería era resolver sus dudas respecto a Riley, así que no se enfocó en las preguntas que los detectives le hicieron sobre el campista.
—¿Por qué Riley te llamó antes del asalto?
—Solo quería que supiera lo que haría y que le pidiera a Dios por su alma y su perdón.
Dylan se encogió de hombros, demostrando así su confusión.
—¿Por qué? ¿Por qué Riley planearía algo así, pediría perdón y después lo haría?
Daniel no dijo nada.
—Lo sabes, pero no me lo dirás—dijo Dylan.
El sacerdote puso su mano sobre el hombro del joven.
—Que tengas buen viaje, hijo—dijo solemne—. Dios te bendiga.
En ese momento, Irene, Thomas y sus hijas salieron de la casa, arruinando cualquier intento que Dylan tuviera de continuar con esa conversación.
—¿Quieres que te llevemos? — preguntó Irene.
—Claro. Muchas gracias, cuídate mucho Dylan.
Editado: 04.11.2024