ALCATRAZ
…y en otras noticias, se supo hoy por fuentes muy confiables, que ha sido vendida a un particular, la famosa cárcel de Alcatraz; no tenemos el nombre de la persona que adquirió este legendario lugar, ubicado en la isla que lleva su mismo nombre y que se localiza en el centro de la bahía de San Francisco. Dicha cárcel fue considerada una de las prisiones más seguras de su tiempo, allí eran llevados los grandes delincuentes de la época y otros personajes reconocidos por delitos cometidos contra los Estados Unidos; entre ellos, Al Capone y Alvin Karpowicz apodado “Creepy Karpis”, el preso que más tiempo estuvo recluido en ese lugar: 25 años y un mes. Por el momento ningún funcionario del gobierno se ha pronunciado por esta venta, ni nadie sabe a ciencia cierta qué pasará después...
En ese instante, un hombre acuerpado de ojos azules, 1,80 de estatura, cabello negro, largo y piel trigueña, apagó el televisor donde se estaba transmitiendo la noticia de Alcatraz. Llevaba en su mano derecha una taza de café y en la izquierda un periódico que anunciaba la venta de una propiedad raíz en Madrid. Estaba interesado en adquirir el predio, entonces agarró el celular que se encontraba en el sofá y marcó el número que aparecía en el clasificado. Mientras esperaba que le contestaran de la agencia de arrendamiento, se acercó a la ventana de su casa para disfrutar la vista.
Buitrago del Lozoya es un municipio al norte de la comunidad de Madrid; situado en la sierra de Guadarrama, recibe su nombre por el río Lozoya que circunda la localidad. Entre sus calles se destaca la conservación de su antiguo recinto amurallado repleto de construcciones, algunas de ellas habitables y otras declaradas como patrimonio cultural. En el tercer piso de una de estas viviendas, el hombre con el celular, mira desde su ventana hacia el río y espera que le contesten. De pronto, un punto rojo le tocó el pecho; de inmediato comprendió lo que estaba sucediendo: le estaban apuntando desde la colina con un arma. Dejó caer su celular y se tiró al piso. En esos segundos varios disparos penetraron por su ventana haciendo que centenares de trozos de vidrio cayeran cerca de él.
La ráfaga de fuego no cesaba mientras el hombre se refugiaba debajo de la mesa de la sala y pensaba cómo salir de allí. Miró hacia la puerta principal, pero estaba muy lejos y varios disparos estaban siendo dirigidos a esa zona. Movió su cabeza y observó la cocina, allí se percató de una ventana que daba hacia un pequeño balcón. Cuando empezó a gatear para llegar hasta allí, una granada entró por la ventana, quedando a menos de un metro de distancia de él. Sin pensarlo, el hombre agarró la granada y la lanzó por la ventana principal de su apartamento; se agacho nuevamente, esperando la detonación de esta. Pasaron varios segundos y no ocurrió ninguna explosión. Le pareció extraño, pero no le dio importancia.
Las balas seguían entrando a su apartamento, solo había pequeños recesos en los que su atacante, seguramente, recargaba el arma. En uno de estos, el hombre que aún se encontraba en el piso, aprovechó para levantarse y correr hacia su habitación. Buscó una metralleta MP40 negra que se encontraba debajo de la cama y empezó a disparar contra la persona que hacía 10 minutos lo estaba atacando desde la colina.
Al principio, disparó al azar hacia la montaña; luego divisó a lo lejos un individuo que vestía camuflaje militar; supuso que era su enemigo, entonces empezó a disparar hacia esa dirección. Inmediatamente, una luz roja de láser penetro en su habitación y luego varios disparos chocaron contra la pared, el hombre –por suerte- se había agachado unos segundos antes de las detonaciones.
Mientras analizaba la situación, el hombre aprovechó para recargar su metralleta. Luego recordó que tenía un arma más potente, sin embargo, no podía acceder a ella porque la había guardado en un armario frente a la ventana por la cual estaban entrando los disparos; no podía ir por ella, de lo contrario sería un blanco fácil para su adversario. Continuaban las ráfagas de balas entrando a su habitación y el hombre seguía sin saber cómo salir de allí. De repente, recordó que bajo el suelo de madera donde estaba sentado, había una caleta con un arma, recordó haberla escondido allí por si en algún momento necesitara defenderse de sus enemigos. Hoy, había llegado ese día.
Levantó una de las tablas del piso y sacó su bazuca de un metro de largo ya cargada con su respectivo proyectil, se la puso sobre el hombro y justo en el momento en el que su atacante dejó de disparar, se levantó, apuntó hacia la colina y lanzó el proyectil. Este salió por la ventana, haciendo un movimiento parabólico que en menos de 5 segundos estalló contra la montaña, ocasionando una gran explosión y dejando un agujero enorme en medio del entramado de árboles.
Inmediatamente soltó su bazuca y abrió el armario para sacar otra arma más sofisticada. Esta, tenía un sensor de calor que le permitía identificar el lugar exacto donde estaba su enemigo. Igual que la anterior, estaba cargada con el proyectil. Salió de su habitación con ella en hombros y apuntó desde la ventana principal nuevamente a la colina. Observando la pantalla del sensor encontró a su atacante escondido detrás de un árbol, aún estaba vivo pues el punto del infrarrojo parecía moverse. Entonces, disparó en esa dirección y en un segundo, todo lo que estaba en un radio de cinco metros a la redonda, desapareció. Solo quedaba el rastro de una gran nube de humo y un segundo agujero en la colina.
¡Misión cumplida! El enemigo había sido eliminado. Con la respiración en calma, tomo su móvil nuevamente, se acercó a la mesa principal y agarró la taza de café que ya estaba fría, dio un sorbo y de repente ocurrió otro estallido. La granada que él había lanzado minutos antes por la ventana, explotó e hizo que su cuerpo saliera disparado hacia la puerta principal, golpeándose la cabeza y quedando inconsciente sobre el suelo.
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Editado: 19.10.2023