El extaño

Mami, hay alguien en casa

Un domingo 12 de diciembre del año 2006, en el estado de Florida, una famila que consistia en una madre, un padre, los abuelos maternos y paternos, y dos niños, una pequeña de 5 años y un niño de 8 años de edad, se estaban acostando para mañana levantarse temprano y asi llegar a tiempo a la escuela, la cual se encontraba a dos kilometros de distancia de la mansión.

Esa misma noche, tres horas despues de que todos estuvieran en sus camas ya dormidos, a eso de las 12:00 de la noche un hombre extraño intentaba abrir la cerradura sin que ninguna alarma sonara y alertara a los dueños y vecinos.

Luego de unos cuantos minutos más, logro abrir la cerradura y para su suerte no tenian mascotas, pero lo que si tenían era muchas decoraciones en el suelo que estaban listas para ser colocadas y que estorbaban su trayecto hacía la habitación de una puerta de color blanca, al igual que toda la casa, con los bordes dorados y un cartel, el cual estaba tallado de un color negro ¨Ricardo y Anastasia¨; el hombre hasta ahora desconocido entró a la habitacion y se encontró con un cuarto amplio, limpio y ordenado de colores claros y brillantes, la pared enfrente de la puerta era de un color mostaza claro con destellos plateado, las paredes laterales son de un color blanco y orillas doradas, las repisas y muebles eran color mostaza y un tapizado de madera.

La cama frente a el, tenía el respaldo de un color café roble, con decoración blanca y dorada, las sabanas de un color mostaza y el cubre cama de un tono un poco más oscuro que las sabanas, casi café, la cual estaba ocupada por dos personas ya adultas, ambos con la cabellera blanca como la nieve y los rostros arrugados, abrazados entre si, vestidos con pijamas verde claro, casi turqueza.

Con pasos sigilosos se acercó a la cama, se encamino hasta una de las mesitas de noche, la que estaba al lado del anciano y revisó los cajones y encontró una pluma, era una edición limitada, del año 1996, que aún estaba en su respectiva caja antigua, decorada con diseños dorados en forma de alas.

Con aquel objeto ya en sus manos se acercó al oido del hombre, pero cuando estuvo a punto de enterrarselo en su tímpano se arrepintió porque iba a despertar a todos en la casa y el estaría tras las rejas siendo golpeado por los demas presos, sacó una cinta adhesiva y la pegó en su boca, tambien en la de la señora a su lado.

De repente escuchó unas pisadas que pudo identificar como las de una niña, se oian despacio, pero para unos oidos spicopatas como los de este señor se oían como una melodia de piano, su instrumeno favorito, segun él combinaba muy bien con los disparos o cuando apuñalaban a alguien, el hombre sacudió su cabeza alejando esos pensamientos que creaba su subconciente.

Las pequeñas pisadas se acercaban cuidadosamente hasta donde él se encontraba, cambiando de perspectiva, la niña había visto a un hombre gordo entrar a la habitación de sus abuelos maternos, los vió cuando estaba bajando a su viaje diario a la cocina por un vaso de agua, en su vaso de Michael Myers, ya que era fanática de las películas de terror, más las de crimenes o asesinos seriales.

Volviendo al tema principal, cuando ella emprendió camino hacia la habitación de sus abuelos observó como alguien se escondía tras la puerta, ella de acercó hasta quedar en el marco de la puerta blanca y vió a sus abuelitos dormidos con cinta adhesiva, se alejó cuidadosamente para no despertar a nadie, subió las escaleras hasta la habitación de sus padres, fue hacia su madre y le dijo:

--Mami, hay alguien en la casa-- la pequeña sacudía a su madre mientras repetía lo mismo una y otra vez, hasta que su madre despertó.



#474 en Detective
#328 en Novela negra
#118 en Terror

En el texto hay: homicidio, enfermedad mental, toruras

Editado: 21.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.