Mary luego de decir aquello se arrepintió ferozmente, la mirada que le dirigió el hombre hasta ahora desconocido era de muerte, ella se agacho en signo se sumision.
Ella en su mente estaba describiendo al desconocido frente a ellas era muy obusto, era alto (o por lo menos así se veía de abajo) tenía unos pies enormes al igual que las manos, tenía el cabello castaño claro, unos ojos verde turquesa, nariz egipcia y labios delgados, orejas pequeñas, casi no tenía cuello, su rostro se veía hinchado, estaba usando una camisa negra, un pantalón de cuero negro, botas con plataforma, guantes de latex y una gorra negra.
Aquel hombre se encaminó sigilosamente hasta quedar detrás de esas mujeres, las cuales el veía como dos obras de arte del escultor más famoso de toda roma antigua, acercándose lentamente al oido izquierdo de la señora susurrando.
--William Fontaine, a su servicio mi señora, y el suyo madame?-- pronunció rozando sus delgados y secos labios con el lóbulo de aquella mujer, Mary sollozando y sorprendida por el apellido de ese hombre, logró decirle su nombre.
--Marianne Fontaine, pero mi apellido de casada es Edwards--
Mary creía saber quien era William, ella tenía un hermano mayor por dos años, al cual sus padres dieron en adopción porque sufria de una enfermedad mental llamada esquizofrenia, los doctores dijeron que era incurable, pero se podria mantener bajo control con mediamentos antipsicoticos, estos reducen los síntomas de la esquizofrenia, como las alucinaciones y los delirios. Sin embargo, no curan la enfermedad y cada persona responde de manera diferente a los medicamentos.
Los señores Fontaine no querían cuidar a un niño enfermo y tener que medicarlo, por lo que buscaron una familia que quisieran cuidarlo por un tiempo indefinido. Cuando se dio cuenta de que era su hermano el que estaba frente a ella sus ojos se cristalizaron, Mary esperaba una reacción similar de su hermano mayor, pero lo único que recibió fue un risa burlona, unos ojos inyectados de ira y una sonrisa siniestra que no dejaba nada a la imaginación, Marianne al ver esa sonrisa se estaba imaginando demasiadas cosas espeluznantes que podria hacerle a ella y a su familia.
William, con su rostro serio, se levanto y enderezó, para luego acercarse a la chimenea de aquella sala y tomar una cuerda de unos 190 cm, se encaminó hasta las dos mujeres presentes en esa habitación y le ato las manos y los pies a Mary, asegurándose también de cubrirles la boca con cinta adhesiva.
Will abrió su mochila la cual escondió detras del sillon de cuero tapizado de un color burdeo, porque era el mas ancho y grande de toda la sala, dentro de ella habia cloroformo, cloro, ketamina, alcohol, algunos bisturí, pinzas, cucharas, tenedores, pegamentos, velas, encendedores, frascos de cristal, cascabeles, pelotitas de navidad, campanitas y una sierra, de ahí solo saco un pañuelo y el cloroformo, se desplazo hasta Mary y acerco el pañuelo humedo hasta su nariz, Marianne ladeaba su cabeza a los lados para no dormirse, pero Will sujeto su nuca y apreto el trapo en su rostro, haciendola dormir en apenas dos minutos, los cuales fueron suficientes para acalambrar la mano de William.
Ya que Mary estuviera inconsciente, la sujeto por las axilas y luego por debajo de sus rodillas, consiguiendo una postura comoda para ambos, bueno no tanto para él, a causa de que Mary parecia estar peleando con alguien, ya que le golpeó la mejilla izquierda, dejando una marca que no se borraria tan facil.