El fantasma en mi sofá [yewook]

Capítulo Seis

Ambos estaban en silencio mientras Ryeowook se comía sus cereales.

Estaba sentado en la cocina, desayunando, pero sin saborearlo, mientras miraba hacia donde podía ver a Yesung, o más bien, donde podía ver la parte posterior de su cabeza, sentado tranquilamente en su lugar en el sofá, sin decir una palabra. Esto ya había ocurrido antes, y ninguno de ellos sabía cómo actuar.

Al despertarse aquella mañana se dio cuenta que estaba solo, a excepción de Baldrick, Yesung no estaba a la vista. Se mostró sorprendido cuando el pánico se apoderó de él, mientras se lanzaba a través del apartamento llamando a Yesung, luego se sentó, incapaz de hablar por la repentina pérdida que sentía. La voz de Yesung, dolorosamente distante, le hizo girar la cabeza con un jadeo.

—¿Ryeowook? —Yesung parecía confundido mientras permanecía allí, con una profunda arruga en su frente y frotándose distraídamente el brazo izquierdo con su mano derecha—.

¿Ocurrió de nuevo?

Y Ryeowook no fue capaz de contenerse, se echó a llorar con todas sus fuerzas. Lloró largo y tendido, preocupado porque algo horrible le hubiera podido suceder a Yesung. El enorme fantasma se había cernido sobre él, tratando de calmarlo, hablándole en voz baja, se moría por tocarlo. Ryeowook se calmó por un momento y se dirigió al cuarto de baño, cerrando, por alguna razón, la puerta detrás de él, y pasó más de diez minutos lavándose la cara, mientras trataba de controlarse. Su reacción no era justa y lo sabía, se sentía culpable por perderse de forma tan profunda y completa frente a Yesung. Todo lo que sentía era una gota comparada con el océano que Yesung debía sentir.

Se había disculpado, y el fantasma se encogió de hombros impotente, sentándose en el sofá con un suspiro de cansancio que evidenciaba el peso que tenía sobre sus hombros. Estaban perdidos en cuanto a cómo sentirse o qué decir, tan ansiosos e impotentes.

—Voy a llegar tarde al trabajo si no me voy pronto —dijo Ryeowook en voz baja, a pesar de que no se movió.

—Debes irte entonces.

Ryeowook suspiró, se acercó al sofá y se sentó en lo que se había convertido en su lugar. —Yesung —dijo en voz baja.

El fantasma suspiró. —¿Puedes culparme por estar un poco asustado?

—No un poco, no.

Yesung finalmente, lo miró. —También tienes miedo, ¿eh?

—Bueno... sí, no quiero que te vayas a ningún sitio, pero sé que no es nada comparado con lo que debes... mis sentimientos no importan aquí, Yesung. Todo esto me preocupa por ti, no por mí mismo. —Tal vez una pequeña parte de eso era mentira.

—Estaría bien si te preocupara también por ti, ya sabes. De hecho, me sentiría halagado.

Ryeowook dio una ligera sonrisa a medias. —Está bien, tal vez estoy preocupado por mí también. Estoy un poco apegado.

—Me alegro de no ser el único. —Arrugó el ceño, empujando las gafas sobre su nariz—. Me hubiera gustado que Yoseob me viera, probablemente sería más fácil para ti, si pudieras hablar con alguien sobre ello.

—Tal vez. O tal vez me habría enviado al psiquiátrico.

—No, si hiciera mi truco de pasar la mano a través de la pared.

—El mismo se internaría.

—Oh. Entonces, creo que fue bueno que no me viera. —Miró a Ryeowook casi vacilante—. ¿Qué le habrías dicho, si me hubiera visto?

Ryeowook se encogió de hombros, miró a Yesung y evitó un suave bufido de diversión. —Bueno, teniendo en cuenta tu atuendo, probablemente le habría dicho que eras mi novio o alguien al que estaba viendo, por lo menos hasta que tuviera el valor para decirle la verdad.

Ryeowook vio el inicio de una sonrisa de satisfacción asomándose por la esquina de los labios de Yesung antes de que el fantasma se detuviera y se aclarara la garganta.

—¿De verdad piensas que creería eso? Ryeowook frunció el ceño. —Sí, ¿por qué no?

Yesung ignoró la pregunta, como si no quisiera admitir el por qué. —Dijiste que el último tipo con el que saliste era guapísimo.

—Sí... —Ryeowook arrastraba las palabras, no del todo contento de hacia dónde iba Yesung.

Yesung soltó un bufido. —¿Bueno, estoy un poco por debajo del genial YongGuk?

Ryeowook entrecerró los ojos juguetonamente, definitivamente este era un tema delicado para Yesung. —Otra vez no, Yesung.

Yesung se encogió de hombros a la defensiva. —Sólo estoy preguntando si habría sido creíble. Quiero decir, no soy tu tipo, ¿verdad?

Ryeowook quería mentir, pero sabía que si lo hacía iba a sonar condescendiente. Suspiró. —Las primeras impresiones... no, no son reales.

Yesung no parecía disgustado por esto, sino que se limitó a asentir y desvió la mirada.

—Pero si hubiera llegado a conocerte, Yesung, si nos hubiéramos hecho amigos, y te hubiese conocido en vida como ahora te conozco, entonces podría jurarte que me habría enamorado de ti.

Sorprendió a Yesung que mostraba una sonrisa renuente. Frunció el ceño, pero había una pequeña sonrisa oculta. —¿En serio? —hizo una mueca, y luego se rio de sí mismo—. Dios, sueno patéticamente necesitado, ¿verdad? —Sacudió la cabeza.



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En el texto hay: fantasmas

Editado: 11.05.2023

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