El Fin De Una Era.

Capítulo II.

1 de Enero de 2030.

Los pasos de Elián eran marcados, se acercó a dónde me encontraba y me abrazó con fuerza. Podía sentir las mejillas embarradas en lágrimas. Mí labio inferior temblaba exageradamente y mis piernas flaqueaban, al punto de tener que sentarme para no caer.

— Dijiste que intentarías evitarlos... — Susurró acariciando mí oscuro cabello. Escondí el rostro en su cuello y negué respirando profundo para luego alejarme unos centímetros.

— No es tan fácil... Cuándo sucede, no puedo hablar, ni caminar... Me paralizo. — Conté mirando el suelo. Eso me sucedía siempre. Los recuerdos solo pasaban por mí mente y no podía reaccionar.

— Debes descansar un poco Reny... — Murmuró sin soltarme. El moreno me tomó del brazo, y tiró con delicadeza hacia la casa. — Ésto, es mucha carga para todos, pero tú siempre serás la más afectada, y eso está bien... No todos asimilamos las cosas de igual forma. — Murmuró dando un suspiro. Sólo guardé silencio siguiendo su caminar hasta la habitación que compartíamos con Kate. Me recosté en la cama al llegar y Elián tomó una manta fina, me cubrió un poco con ésta y se sentó en el borde del cómodo colchón. — Me aseguraré de que puedas dormir un poco... Luego ayudaré a los demás. — Comentó encogiéndose de hombros. Mí voz parecía no salir, hice un gran esfuerzo para poder hablar. Me hice a un lado para que se acostara él también. Elián sonrió de lado y se recostó también. A pesar del poco tiempo que llevábamos juntos, Elián era una de las personas más allegadas a mí. Di una bocanada de aire y apoyé mí rostro en su hombro.

Él solo observaba el blanco techo. 
— Eres como la niña del grupo... Siempre necesitas amor, atención, y sabes bien que aquí siempre podrás encontrarlo. — Murmuró en un hilo de voz.

— No creí encajar... El día que me encontraste, creí que me matarían. No sabía en quien confiar y míranos ahora, somos una familia. — Susurré levantando levemente la vista. Él sólo sonrió y me abrazó con fuerza.

— Vamos... Duerme un poco Reny. — Su voz parecía debilitarse cada vez un poco más, estaba cansado, ser "hombre a cargo" de todo, no era fácil y se estaba cayendo a pedazos, era notorio. Hice caso a sus palabras y cerré mis ojos, pronto, m encontraba sumida en mis más profundos recuerdos.

3 de Agosto del 2029.

Tres días habían pasado. La lucha con Ellos había comenzado, luego de correr hacia ninguna parte, encontré una casa vacía. Pasé una noche dentro de esta, hasta que otras personas llegaron y me vi obligada a huir nuevamente entre balas y golpes, ni siquiera sabía dónde estaba, tal vez no tan lejos de la carretera, o sí. Mi espalda dolía, y cada que cerraba los ojos veía a mamá muriendo, una y otra vez.

— Hagan silencio... — La voz de una chica se hizo oír a lo lejos. Huir no era lo mio, ser silenciosa mucho menos. — ¡Está por aquí! — Gritó y varios pasos resonaron por el bosque. Comencé a correr nuevamente, me veía obligada a no parar, aunque mí cuerpo ya no soportara más. Mis manos estaban cubiertas de tierra, como todo mí cuerpo. Mis rodillas lastimadas comenzaban a picar, por supuesto, era la suciedad que comenzaba a infectar las heridas. Corrí cuánto pude, escuchando los pasos de varios detrás mío. Cuándo mí cuerpo cayó al suelo, supe que todo estaba perdido para mí.

— ¡Es humana! — Gritó uno de los muchachos. — ¡Es humana déjenla en paz! — Las lágrimas habían inundado mí rostro, dejé la bolsa a un lado y levanté las manos a la altura de mí cabeza girando con lentitud.

— ¡Vamos Elian, ellos se ven como nosotros! — Gritó la muchacha que aún apuntaba hacia mí con su arma. Una discusión parecía haber comenzado.

— Levántate. — Su voz era amenazadora, sin embargo, podía notar bondad en el fondo.

Ya nada importaba en ese momento. Mi corazón latía cada vez más fuerte, golpeaba mí pecho con desesperación. Baje mí vista y me levante lo más despacio que pude. — Estoy desarmada... No tengo nada, pueden tomar mis cosas, pero no me hagan daño... — Levanté la vista y varios de ellos estaban apuntando a mí cabeza y pecho, un paso en falso y me matarían. Me quede en mí lugar, sin moverme, apenas respiraba. Uno de los muchachos se acercó a mí y me reviso, no había mentido, no tenía nada.

— ¿Dónde están tus cosas? — Pasé saliva y señale la bolsa. Tomó el cuchillo y lo guardo en su pantalón, note como revisaba mí bolsa con brusquedad.

— Cuidado por favor, tengo cosas importantes allí... — Murmuré viéndolo con el entrecejo fruncido. Se levanto con la mochila en sus manos y me la tendió. Con confusión la agarre obligada a bajar los brazos.

— ¿Cómo es tu nombre? — Preguntó el chico parándose frente a mí. No respondí. — ¿Estas bien? ¿Cómo te llamas? ¿Te has hecho daño? Si no hablas, no podemos ayudarte — El chico hablaba insistente. — Intentamos sobrevivir, pero si no nos dices nada acerca de ti, no podremos llevarte. — Su comentario me había hecho reaccionar.

— Lauren, mí nombre es Lauren Colbet... — Respondí bajo. — ¿Puedes por favor decirle que dejen de apuntarme con sus armas? — Pregunté muy por lo bajo. Él sólo asintió haciendo un ademán con su mano. Los demás bajaron las armas con rapidez.

— Ella es Katherine, él es Mike, Rosalie y Max. — Señaló a uno por uno. — Chicos ella es Lauren — Ellos hicieron el mismo gesto. — Elián... — Murmuró tendiendome su mano. Con desconfianza la tomé y el sólo la estrechó para luego soltarme. — No te daré el cuchillo hasta que confiemos en ti, caminarás entre nosotros, no dejaremos que nada te pase, pero si das un paso en falso, no dudaremos en matarte... — Advirtió con firmeza. Pasé saliva y un casi inaudible "Si" escapó de mis labios. Él sólo hizo un gesto en forma de aceptación y comenzó a caminar delante de mí. — Vamos, debemos buscar un lugar dónde pasar el resto de la noche.

1 de Enero de 2030.




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