Prologo

La primera vez que leí acerca de una persona que podía retroceder en el tiempo fue en un cuento de hadas cuando tenía nueve años, a esa edad crees en todo. Me parecía extraordinario el cómo el protagonista del cuento retrocedía en el tiempo para salvar a su amada una y otra vez en las líneas de tiempo hasta que al final lo conseguía y vivían felices, para ser sincera en esos años quizás era mi cuento favorito ya que era tan imposible de suceder que eso lo convertía en más especial.

El príncipe salvando a la dama en apuros una tras otra vez, intentado alcanzarla y salvándola, que momento más esperado, los suspiros por aquellas palabras de promesa infinita era lo que siempre me hacía soñar despierta, crecer con altas ideas no siempre era tan bueno.

Todo parecía tan divertido, tan lógico, tan confortante y sobre todo romántico. Un cuento en el cual soñar pero que sabías que jamás pasaría. “Amor a través del tiempo”, mi novela favorita de niña.

Realmente jamás… Pasaría en la vida real.

En un mundo donde existía la magia, estaba estrictamente prohibido o más bien era imposible la alteración del tiempo, ya que había leyendas que en caso de modificaciones de tiempo la causalidad podría colapsar, era algo que todos los seres mágicos conocíamos, el precio por usar magia tenía que ser equivalente a lo que podías ofrecer, todo tenía una consecuencia, no siempre eran malas, pero jugar con el tiempo era un tabú que jamás alguien lo había intentado, o era lo que nos habían dicho desde niños por todo el continente, desde hace cientos de años. Por lo que un cuento sobre retroceder en el tiempo era más que eso, un simple cuento para hacer soñar a las personas, chicas como yo.

Donde el tiempo solo se podía ver a futuro, y no hacia el pasado, o principalmente ver el presente, como princesa heredera me habían enseñado a atender las necesidades del presente antes de soñar por un futuro y añorar un pasado.

Sin saber que a mis veinte años de mi primera vida llegaría a ver que el presente no importaba tanto si el pasado se seguía repitiendo una y otra vez.

Y todo comienza cuando en mi primera vida muero gracias a la oscuridad de la causalidad de un mago oscuro que provocó por intentar revivir a alguien, lo consiguió, y eso desató la caída y el caos de todo lo que conocíamos, rompió el segundo tabú de la vida, regresar a la vida a alguien que estaba destinado a morir y mi deber como santa era el sacrificio para que pudiera haber una vida después de la oscuridad.

Mi deber como santa era morir en brazos de mi ser amado como sacrificio para los demás. Porque yo había nacido con ese propósito.

Para ser más claros en el mundo había siete distintos poderes de magia, no todos nacían con ellos, pero las familias reales de los distintos continentes en su mayoría de las veces eran portadores de la magia con un mayor poder, las familias originales si es como le queremos poner. Se encargaban de mantener el mundo estable con el control de la magia, sin abusar de más en ningún momento con ayuda de otros nobles que también nacían con magia. Esta magia tenía el nombre de Zahir, el cual se volvió único en el mundo quien llegaba a poseerlo.

Zahir blanco, aquella magia que podía sanar, curar a los enfermos.

Zahir azul, aquel que podía construir y crear diversos objetos.

Zahir verde, encargada de rejuvenecer y ayudar a todo lo natural, como la vida del bosque.

Zahir rojo, el poder de controlar los elementos básicos fuego, aire, tierra y agua.

Zahir morado, crear energía de distinta manera.

Zahir negro, que eran los menos comunes, destruir principalmente. Y aunque suene algo malo, no lo era, se enseñó en la academia por cientos de años que todo tiene un ciclo de vida, y no porque se termine algo signifique algo malo. No había porque tenerle miedo, esa era la teoría.

Y el ultimo, el Zahir dorado, el más raro, considerados como santos, magia pura, magia con el don de realizar todo aquello atrás de lo imaginable. Debido a que es un poder tan raro, la verdadera consecuencia del uso de un poder tan puro equivale a que estas personas viven poco tiempo, el destino de ellos es realizar una gran acción y vivir poco. A la vez dicen que tienen el poder de la creación, pero es algo que no se ha comprobado debido a la poca información de los Zahires dorados.

Y aunque suena muy útil, todo aquello que necesitaba ser compensado con algo, usualmente aprendimos a usar el poder sacrificando lo natural, el dolor o vitalidad de algo distinto. Todo debe de ser pagado.

Yo había nacido con el Zahir dorado, después de más de doscientos años sin aparecer uno, me enseñaron a no tener miedo a mi destino, ya que todo siempre es compensado en la vida, nada pasaba sin un motivo.

Mi tragedia era morir mucho tiempo antes que los demás Zahires dorados en brazos de mi ser amado. Siempre lo supe, pero no imagine que mi vida seria “tan” corta.

El problema de romper uno de los tres tabús, significa que los otros dos también pueden ser rotos.

El uso del tiempo también fue visto, regresé al pasado seis años atrás sin saber cómo fue posible.

Para volver a morir, una y otra vez, sin importar que lograba seguía muriendo a mis veinte años en brazos de la persona que más amo.

Llevó realizando esto por más de 23 vidas, no reencarno en alguien más, despierto en mi cuerpo joven de catorce años en un accidente que tuve, un bucle en el tiempo es como lo llamaría intentando salvar el mundo durante los últimos ciento cincuenta años. Pero en mi última vida 23 fue diferente, tenía que hacer algo diferente en cada una de la vidas, pero fue distinto por completo en la numero 23, en la 24 quizás… solo quizás pueda hacer algo. Si tan solo en este bucle todo fuera distinto, creo que he entendido el propósito en esta vida, espero que pueda suceder algo distinto.

No quiero ser la princesa que siempre muere, quiero vivir un poco más a tu lado, si el destino existe, quiero vivir más de los veinte años viendo sonreír a mi ser amado.