El final de la princesa es la muerte

PRIMERA PARTE. Capitulo 1. Zyrella Evermoon – Nueve años

PRIMERA PARTE ─ ZYRELLA EVERMOON

Mis pasatiempos favoritos son comer postres de madre, correr en el jardín con mi hermano mayor mientras jugamos a las escondidas y leer cuentos y novelas que quizás todavía no sean aptas para mí pero que mi doncella me concedió en secreto.

Para ser más precisa, siempre he sido una niña más inteligente a los demás niños de mi edad, mi nivel de magia se encuentra por los rangos de personas que se han graduado de la academia del continente sur. No se si sea algo normal, pero madre dice que es algo normal ante mi Zahir dorado que me permite usar cualquier Zahir de color y que por eso aprendí todo de una manera tan fácil, un milagro le dicen las personas del ducado.

Pero más que ser un milagro, creo que es una maldición. Cuando a principios de año me permitieron entrar a la biblioteca sagrada para conocer la historia de todo pude entender que tener un Zahir dorado no era tan especial como todos lo pensaban, a mis nueve años de vida entendí que se me dio este “don” para un propósito mayor que todavía no conocía. Estuve asustada por meses y lo único que me mantiene cuerda hasta la fecha son los libros de romance.

Este sería el octavo mes que vengo a la biblioteca sagrada, porque, aunque exista la magia pura se le seguía rezando la diosa que creo el mundo, la diosa Maeve, de hecho, me gustaba su historia y a la vez sentía lastima por ella, fue de las primeras historias que leí cuando se me dio el permiso de entrar aquí.

Camino por los pasillos con cuidado, aunque no haya nadie, no me gusta el eco que suena por todo el lugar tan solitario. Me detengo en uno de los pasillos y tomo el libro de historia del año 120 del continente sur, usualmente he terminado de uno a tres libros de historia del contienen por día, y mi otro tiempo lo dedico a leer mis novelas, ya que los primeros años están destinados a que comprenda la historia de los continentes tengo el capricho de realizar algo por mí.

Me voy a mi lugar preferido de la biblioteca, un sillón junto a la ventana que da hacia el jardín real del “El palacio de las rosas negras”, no me encuentro cerca del castillo real, no para nada, solo es uno de los palacios que tienen en el ducado. La biblioteca sagrada se encuentra en todo el continente sur replicada en todos los palacios de la realeza, para ser sincera no se todavía cual sea la matriz madre de la biblioteca, solo se que esta por todo el continente sur y de acuerdo con tu nivel de estatus puedes acceder a ella, debido a mi tipo de Zahir no tuve problema con acceder, pero fue hasta que cumplí mis nueve años pude entrar por primera vez, a este lugar solitario. Que de hecho si accedes desde cualquier otra biblioteca en el mundo estas se combinan y puedo convivir con ellas, no las puedo tocar de forma real, pero si interactuar con ellas es como ver a alguien en su forma espiritual. La primera vez que sucedió eso fue cuando conocí al segundo príncipe que es un año mayor que yo, fue una persona muy grosera en un inicio, quizás pude haberlo atacado si tan solo pudiera tocar su cuerpo físico, pero me contuve cuando vi el escudo real en su anillo y supuse que era alguien de la realeza.

─Niñas como tú no deberían de estar jugando en los pasillos ─Esa vez se me cayó un libro que no podía alcanzar─, no entiendo como permitieron a alguien de tu edad entrar.

Me avergoncé aquella vez, era mi tercera semana de entrar a la biblioteca y no conocía bien los pasillos, pero no lo juzgo, ¿Quién pensaría que alguien como yo, que se ve tan pequeña y flaca podría ser un Zahir dorado? Aparentaba tener menos edad, me confundían con una niña de casi seis años ante mi estatura, para mitad de año me había dado un estirón y el segundo príncipe había vuelto hacer una broma.

─Mira que ya te ves como alguien que quizás pueda estar por aquí, sigue creciendo y quizás algún día dejes de parecer una ardillita.

Trate de ignorarlo conforme pasaban las semanas, pero era difícil era alguien a quien le gustaba molestar, para la fecha actual puedo decir que nos hemos vuelto cercanos, aunque nunca nos hayamos visto en persona real, nos hicimos cercanos. Aun así, no entra entre mis pasatiempos favoritos pasar el rato con él.

Observo a través de la ventana, se ve igual que siempre, ¿Qué estará haciendo Harold? Es mi hermano mayor, tiene quince años y se encuentra en la academia actualmente. ¿Estará comiendo bien? Suspiro ante eso, cuando estaba en el ducado se saltaba la comida y me encargaba de llevarle postres, pero no se si alguien lo esté cuidando como yo lo hago.

Termino mi lectura aburrida de la historia del continente y me dedico a empezar a leer una nueva novela “Amor a través del tiempo”, me sonrojo ante el título, cuando Anne, mi doncella, me lo consiguió mencionó que se encontraba entre los libros más vendidos de las ultimas semanas que esperaba que fuera de mi agrado, así que tocará verlo.

Conforme las horas iban pasando no me di cuenta de que ya era tan tarde, el sol se había puesto y yo estaba casi por terminar la novela, mis ojos vidriosos de lagrimas no me dejaban pensar tan claro hasta que escuche un carraspeo de parte de alguien, levanto la mirada y lo primero que veo es un chico bastante apuesto y alto, un cabello tan dorado como el mismo sol, unos ojos verdes como las mismas esmeraldas y una piel tirando a bronceado que lo hace ver tan perfecto, no se ve alguien tan grande pero tampoco alguien tan joven como el segundo príncipe. Hacemos contacto visual sin que ninguno diga algo, mi nudo en la garganta ante mi lectura que estoy teniendo no me permite decir algo.




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