07

Quisiera poder volver el tiempo atrás y poderte detener

Estábamos volviendo al parque, y Fran fue corriendo nuevamente hacia los juegos mientras que con Caleb nos sentamos en alguna banca cercana.

—Vaya hija la que tienes he Sarah—dijo Caleb viendo a Fran y luego girar su cabeza hacia mi para sonreirme

—Ni que lo digas. Mira, si te puso incómodo, si te molestó alguna pregunta o algún comentario, disculpala es solo una nena—soltó una pequeña risa

—Tranquila, me agrada tu hija. Y, tal vez físicamente lo sea, pero dejame decirte que mentalmente no lo es, tu hija me hizo creer por un momento que era un idiota—se rio mientras ambos veíamos a Fran como jugaba

—Si, suele tener ese efecto. Pero, oye—me giré a verlo, él hizo lo mismo y me vió a los ojos—¿era cierto todo lo que le dijiste a Fran?—me sonrió

—¿Me crees capaz de mentirle a una niña?—me tocó la barbilla con su dedo índice—pero si quieres una respuesta más concreta, si, todo fue cierto. Me atraes Sarah. Tal vez suene adelantado, pero, tienes algo que me atrapó desde la primera vez que te vi. Me atraes demasiado, y no me asusta pensar que puedes llegar a gustarme, y demasiado. Eres demasiado hermosa, con tu cabello rubio y ondulado, con tus ojos color azul como el cielo, pero ¿sabes qué es lo que te hace aún más hermosa? Tu inteligencia, tu sinceridad. Que no te da miedo decir lo que piensas, y que siempre respondes con sinceridad. Tu humildad. Tu carisma. Eso y miles de cosas más te hacen hermosa, y te hacen cautivante—trague saliva, no sabía que decir

—Caleb, yo...—puso su dedo índice en mis labios

—Sh, no digas nada, no es necesario. Te quise decir como te veo, porque yo quise, no es necesario que tu digas algo —asentí con la cabeza y él me dio un beso en la mejilla

Seguimos hablando un poco más hasta que vi que iban a ser cerca de las 7pm, y que al ser viernes, Patrick dijo que se iba a llevar a Fran a su casa para que ella duerma allá.

—Bueno Caleb, la pase realmente bien, me divertí demasiado contigo. Pero ya es momento de que nos vayamos, Fran tiene cosas que hacer con su padre—me levanté viendo a Fran pelear con un chico por quien se tiraba del resfaladero primero. Él sé levantó conmigo—así que adiós, espero que esta especie de cita se repita—me reí

—Con gusto y cuando quieras guapa—me sonrió

Me acerque para darle un beso en la mejilla, pero Caleb corrió la cara y le di un beso en los labios. Me separe rápidamente, mientras él sonreía

—Lo siento. Adiós

Hice un ademán con la mano y me di media vuelta para irme. Pero él me agarro de la muñeca, me giró, me pegó a él y me beso. Creí que había perdido el don, el saber de besar, pero al parecer no o él besaba muy bastante bien, no lo sé, lo estaba disfrutando. La estaba pasando bien. Tanto, que no sé en qué momento puse mis manos en sus hombros y él tenía sus manos en mi cintura. 
Ambos nos separamos y nos miramos a los ojos. Mientras que yo estaba en shock, él sonreía mostrando todos sus perfectos dientes

—Adiós, Sarita—me guiño el ojo, dio dos pasos para atrás aún viéndome con una sonrisa en la cara, se dio media vuelta y se fue

Yo seguía parada en mi lugar. No podía moverme. ¿Qué acababa de ocurrir? Esto era.. Wow.

Estaba ensimismada en mis pensamientos, cuando una mano pasó frente a mí cara

—Ma-má, mamaaaá—dijo Fran y volví a la realidad

—¿Qué pasó? ¿qué pasa Fran?—pregunté arreglandole la trenza que llevaba como peinado

—¿A mi? ¿Qué te pasa a ti? Yo que recuerde, cuando me bese con Benjamin no quede así, medio tontis—la mire incrédula y ella se rió y se fue corriendo

—¡Francesca Miller, ven para acá!—grité mientras camina a paso rápido tras ella

—Yo te amo, demasiado—dijo mientras volvía hacía mi

—Si, yo también, pero ¿Cómo me vas a decir tonta?—dije agarrandole la mano, para caminar a paso rápido, cosa que ella odia

—Es que si ma. Caleb te dio un beso y quedaste en otro planeta—sonrió la muy sin vergüenza—¿te gustó su besito?—ya no aguante más y me reí también

—Calla y vamos que tu papá nos debe estar esperando

Llegamos a nuestra casa, y en efecto, cuando entramos hasta la sala Patrick salía de la cocina comiendo. Cuando nos vio se quedó estático y escondió el plato con comida, específicamente con pizza

—¿Esa es la pizza qué pensaba comer hoy?—pregunté cruzandome de brazos. Él negó con la cabeza

—¡Ey! ¿Pensabas comer pizza sin mi? Todo porque me iba, ¿no es cierto?—dijo Fran viéndome con los brazos cruzados

—¿Qué clase de maldad tienes en tu corazón?—dijo Patrick viéndome con ojos de reproche