El Final Del Cuento De Hadas

17

Estábamos tan enamorados... Y luego lo perdimos todo

Desperté con el brazo de Caleb en mi cintura y recordé todo lo sucedido a la noche anterior. Vi mi mano, y el anillo en mi dedo y se me fue imposible no sonreír como boba. ¿Acaso podía pedir algo mejor? Esto era un maldito cuentos de hadas, todo era perfecto.

Estaba por correr el brazo de Caleb de mi cintura, para levantarme, pero él me sujeto más fuerte y me llevó más hacía él

—No, aún no te levantes. Estoy muy cómodo así—dijo con voz ronca y somnolienta

—Tengo que ir a ver a Fran y si quiere desayunar—giré mi rostro hacía él

—Fran tiene catorce años, sabe como hacerse un desayuno básico. Un rato más, duerme anda. Te aseguro que ella también debe estar durmiendo—dijo mientras abría un ojo para verme a la cara, soltándome la cintura, estiró el brazo por encima mio y agarro mi celular para ver la hora—Sarah, no jodas, son las ocho y media de la mañana. ¿Crees que alguien en su sano juicio, esté despierto ahora?—preguntó para volver a poner su brazo en mi cintura y esta vez apegarme mucho más a su cuerpo—duerme, ¿si? Ya despertaremos cuando sea una hora prudente—me dio un corto beso y volvió a cerrar los ojos. Solté un suspiro

—Vale, pero que conste que tu me estas haciendo una floja eh—dije para darme la vuelta, dándole la espalda. Sentí su torso moverse, y una leve risa salir de sus labios

—Claro mi flojita. Yo me hago cargo—me dio un beso en la cabeza

Sentí su otra mano en mi cabello y como empezó hacer pequeños movimientos circulares. No sé en qué momento volví a dormirme, el maldito si que conocía mi punto débil

Me desperté con unos besos por toda mi cara. Al abrir los ojos, ahí se encontraba Caleb sonriéndome 

—Arriba dormilona, ya hice el almuerzo. Vamos a comer—me refregué los ojos y lo mire sorprendida 

—¿Qué hora es?—pregunté sentando me en la cama 

—Son cerca de las una de la tarde, guapa—me dio un beso en la frente y se dirigió a la puerta—te esperamos en el comedor con Fran 

Mierda. ¿Tanto me había dormido? Me levante de la cama, me puse los primeros jean que encontré y luego una blusa que había tirada en el suelo de Caleb, para último ponerme unas cómodas zapatillas. Fui hasta el baño y ate mi cabello en una coleta de caballo, me cepillé los dientes y listo. 

Bajé y me dirigí al comedor, y ahí ya se encontraban Fran y Caleb. Él al verme me sonrió de oreja a oreja, me acerque hasta él y le di un corto beso en los labios y luego me senté en medio de ambos. Le di un apretón a de manos a Fran y ésta me sonrió de vuelta 

—Buenas tardes ma—se rio 

—¿Qué tal esta la comida?—le pregunté a Fran, mientras cortaba un pedazo de carne y me la llevaba a la boca 

—Obviamente esta deliciosa, si la hice yo—dijo Caleb con altanería 

—Mm le falta un toque de sal—lo mire de manera seria y luego me reí

—Oigan, ¿y ya hablaron algo de su casamiento?—dijo Fran llamando nuestra atención—¿ya saben cuando será y todo eso? 

—No, la verdad es que no. Pero no sé, mi amor ¿a ti cuándo te gustaría que fuera?—preguntó Caleb para luego tomar un sorbo de su jugo 

—No sé, habría que organizar todo y ver. Pero no quiero algo tan grande, algo chico está bien. Así que supongo que, ¿dos meses? O sea, dos meses estarán bien para hacer los arreglos y alquilar el salón y todo, ¿no?—dije viendo a ambos, para luego comer otro pedacito de carne 

—Si ma, yo creo que en dos meses estamos bien. Habría que hablar con Aurora—dijo Fran

—Entonces listo, en dos meses nos casamos—dijo Caleb, para luego darle un beso a mi mano 

—¿Y ya sabes quién será tu o tus damas de honor, ma?—dijo Fran viéndome 

—Si, Aurora y Lauren—me encogí de hombros y miré a Caleb—¿Y tú? 

—Oh, bueno, pues Patrick y James—asentí con la cabeza 

—Y tu Fran, podrías llevar los anillos, si te parece bien, claro está—le sonreí 

—Claro que sí ma

—Oh, y tu podrías darnos el mejor regalo de bodas a tu mamá y a mi—dijo Caleb, y ambas lo miramos confundidas—podrías cantar en la fiesta—lo mire con emoción y luego mire a Fran 

—Es cierto, por fa mi amor. Cantarnos una canción seria el regalo más hermoso. Además, nunca te hemos escuchado Caleb y yo—dije 

—Es cierto, ¿cómo es posible que vayas a canto hace cinco años, yo sea novio de tu mamá hace tres y ni una sola vez te haya escuchado? Por favor—dijo Caleb 

—Esta bien, lo pensaré—dijo Fran sonriendo

—Gracias mi amor—la abracé



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En el texto hay: romance, misterio y drama, dolor y odio

Editado: 15.02.2020

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