El Final Del Cuento De Hadas

30

La vida debería avisar, antes de dar un giro -anónimo-

1 semana después

Había pasado una semana desde que estábamos aquí, en San Francisco.

Fran empezaría las clases nuevamente en dos semanas, decidimos que era mejor que se tome un tiempo y aclare bien su mente, antes de volver a la sociedad. Brad cada día más travieso e ingenioso para sus preguntas o para charlarte de sus historias inventadas. Aurora estaba cada día más bella con su abultado vientre, y yo estaba tratando de conseguir trabajo. Por suerte, teníamos ahorros, y con eso nos podíamos mantener sin preocupaciones hasta que encuentre trabajo.

Estaba viendo una película con Aurora en la habitación, ya que a ella le dolía la espalda y tenía ganas de ver una película de Channing Tatum, así que ahora estábamos viendo "Querido John".

—Amor, ¿te digo algo loco?—dijo Aurora mientras levantaba la cabeza de mi pecho para mirarme 

—Claro—dije mientras acariciaba su cintura y la veía a los ojos 

—Sarah se parece bastante a la actriz de ésta película—dijo. Me reí un poco—no amor, en serio te lo digo. Tampoco digo que pueden ser gemelas, pero tienen un parecido, pequeños gestos o rasgos. Si, Sarah se parece a ella—dijo segura para sí misma

—Lo que yo creo, es que la extrañas demasiado y empiezas a delirar—me reí

—No te voy a negar que la extraño demasiado, bueno, mucho más que demasiado ya que soy la única que en estos seis meses no la ha visto—dijo haciendo un puchero

Me reí, y bajé mi cabeza hasta su alcance para besarla.

—Cuando lleve a Fran, te prometo que puedes ir tu también—le sonreí, y ella me devolvió la sonrisa—Por cierto, ¿cómo te fue con Aria?—dije mientras volvía a levantar la cabeza y miraba la película

—Bien, bastante bien. La había extrañado demasiado, ocho años sin verla fue demasiado tiempo. Aunque lo qué me gusta, es que nuestra amistad no se desvaneció, ni se perdió con el tiempo ni la distancia—sonreí feliz por ella

—No exageres amor, que ella vino para nuestra boda—dije riendo

—Bueno sí, pero de eso ¿qué? ¿Cinco, seis años?—dijo ella

Me reí, y ambos en silencio decidimos seguir viendo la película. 
La película ya estaba casi por acabar, y Aurora ya estaba llorando. Cuando le pregunté qué le pasaba, me dijo "nada, me entro una basura al ojo". Era típico de ella cuando estaba embarazada, estar muy sensible ante todo. Una publicidad sobre un perrito en la calle, llora. Brad se cayó y se lastimo, llora. Escucha canciones de Sam Smith, y llora. Por todo llora y lo peor, es que no te puedes reír porque se enoja.

La película ya había terminado, cuando se me ocurrió una idea.

—Amor, ¿Aria de qué trabaja?—pregunté curioso

—Creo que es agente especial en el FBI, ¿por qué?—dijo mientras se acomodaba mejor en la cama

—¿Puedes invitarla un día de estos? Creo que ella puede ayudar a Sarah.—a ella se le iluminaron los ojos

—¡Tienes razón! ¿Cómo no lo pensé antes?—dijo atónita

—Algunos tienen más inteligencia que otros, pero no importa mi amor, así te amo—le di un beso en la frente

—¿Qué me quisiste decir Patrick Miller?—dijo mirándome con una ceja levantada

—Nada mi amor, nada

Me dio un suave golpe en el pecho, y lo único que hice fue reírme

—Creo que ella si puede ayudarla. Mañana mismo le hablo y la invito para que venga—sonrió

—Gracias—le di un beso

Ambos nos acomodamos bien en la cama, la abrace por la espalda y empecé acariciar su vientre, en eso sentía como poco a poco me iba durmiendo, hasta que deje de sentir y me dormí. 

A la mañana siguiente cocine, si así es, desde que Aurora está embarazada cocino yo, ya que ella dice que algunos olores de la cocina la descomponen. Pero yo creo que me usa no más para ella no hacerlo. Aunque claro, no me molesta hacerlo.

Tocaron la puerta, y fui a atender. Iba limpiándome las manos con la servilleta, cuando abrí la puerta principal y me encontré a Aria. Ella al verme se largó a reír

—No sabía que mi amiga había conseguido a su mucama personal—se río mientras entraba a la casa

Mire mi atuendo y también me reí de mi mismo. Tenía puesto el delantal de cocina, y para el colmo salgo a atender con la servilleta en las manos. Hasta yo si me viera desde su punto de vista, me reiría de mi mismo.

La guíe hasta la sala, y ella se sentó en el sofá mientras yo me quedaba parado a unos pasos de ella

—Qué decirte—me encogí de hombros—¿Qué decir para justificar ésto?

—Nada amigo, no puedes decir nada—dijo ella riendo

Escuchamos unos pasos desde el pasillo y ambos nos dimos vuelta para ver de quién se trataba, y entró una Fran confundida al ver a Aria



#10043 en Joven Adulto
#10880 en Thriller
#6175 en Misterio

En el texto hay: romance, misterio y drama, dolor y odio

Editado: 15.02.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.