El Final Del Cuento De Hadas

01

Me aferré a esa luz, para apagar la oscuridad de mi alma

Me despedí con un abrazo muy fuerte con Vero. Definitivamente la iba a extrañar.

—Cuídate, y si lo llegas a ver, rómpele los huesos—me dijo Vero al separarse de mi

—Claro Vero, por ti le romperé los huesos—giré los ojos mientras me reía

—Recuerda todo lo que te enseñé, ¿sí?—me sonrió con tristeza— tal vez no para hacer algo en contra de él, pero te servirá alguna vez en la vida. Estoy segura

—Gracias Vero, en serio—la volví a abrazar—no sé que hubiera sido de mi estos dos años, sin tu compañía—me separe de ella para luego sonreírle

—Salúdame a Fran de mi parte. Dieciocho años no son nada—me sonrió

—Claro que la saludare. Le caíste bien—me reí

Ella estaba por decir algo, cuando el oficial Bozco vino por mi.

Nos dimos un último abrazo con Vero, y me giré hacia el oficial.

Lo acompañé por el largo pasillo. Me sentía nerviosa, pero podía oler la libertad a centímetros de mi. Íbamos caminando en silencio, mientras yo pensaba en si Patrick ya había llegado.

Llegamos a la sala dónde tenían que devolverme todas mis pertenencias. Me devolvieron mi ropa, y me llevaron a un cuarto para que me pudiera cambiar. Una vez lista, salí de ahí y me dirigieron a la salida, dónde me abrieron la puerta para salir de allí. Al fin libre. 

Estaba traspasando la puerta, cuando vi una cabellera negra a unos cuantos metros de mí. Patrick me entregaba una sonrisa de oreja a oreja, y creo que yo le daba la misma sonrisa. No aguanté más y salí corriendo hacia él como una adolescente. Al llegar hasta él, me tiré literalmente a sus brazos dónde fui cálidamente recibida junto con una sonora risa

—¡Te extrañé demasiado!—dijo Patrick mientras me daba una vuelta por el aire

Solté una pequeña risa, para luego alejarme de él una vez que estuve en el suelo.

—Jamás creí decir esto, pero... Yo también Patrick—le sonreí feliz

Me abrazó por los hombros y yo lo abracé por la cintura, y así empezamos a caminar hacía su auto

—¿Me trajiste lo que te pedí?—dije una vez que llegamos al auto

—Sí, está adentro. No sabes lo que me costó elegirte ropa. Hubiera sido más fácil si Aurora me ayudaba, pero como no quisiste que le diga a ella tampoco, tuve que hacerlo yo—me reí por el dramatismo en su voz

—Vale, entraré a cambiarme, espera un ratito. ¡No te des vuelta!—dije mientras entraba al auto

—¡Tengo una hija contigo, no tienes nada que no haya visto antes ya!—me gritó de vuelta Patrick, pero aún así dándose la vuelta quedando a espaldas de mí

Solté una carcajada, para luego agarrar el bolso con la ropa que me había traído.

Bueno, dentro de todo siempre admití que Patrick no tenía mal gusto, y esta vez no era la excepción. Me trajo un jean azul un poco rasgado, unas zapatillas blancas nuevas, al parecer me las había comprado, una remera negra con letras en blanco y por último, una chaqueta de cuero.

Estaba terminando de cambiarme, cuando noté que también habían unos lentes de sol. Bien, por lo menos combinan con mi atuendo.        

No era mucho mi estilo este, pero al menos, estaba linda.

—¡Ya estoy!—le grité mientras me pasaba al asiento de adelante

—¡Ya era hora mujer!—dijo Patrick mientras elevaba los brazos al cielo

Que exagerado.

Patrick rodeo el auto y se subió al lado del conductor. Encendió el auto y lo puso en marcha.

Estos son los momentos donde siento las putas mariposas, no, mariposas no, un maldito huracán en mi estómago. Volvería a ver a mi hija. Volvería a abrazarla, y esta vez no nos separariamos más

—¿Algo que deba saber antes de que lleguemos?—pregunté viendo a Patrick

Me dio una pequeña mirada, para luego volver su vista a la carretera y sonreír

—No mucho. Sólo que le organizamos un almuerzo a Fran. Que conste que eso quería ella—dijo Patrick mientras se encogía de hombros

—¿Y por qué quiso un simple almuerzo?—pregunté incrédula

Ella no quiso festejar sus dulces 16, para festejar (como dice ella) "a lo grande" sus 18.

—Por qué no ibas a estar tu. Entonces dijo que así no quería festejar nada. Con un simple almuerzo con sus amigos le bastaba a ella—sentí como se me estrujaba el corazón ante esas palabras

—Okay, es jueves. El sábado le festejaremos algo—sonreí

Patrick se rió mientras negaba con la cabeza

—Si mi capitán—se puso la mano en la cabeza para hacer como un saludo militar

—Por cierto, ¿cómo están todos? Aurora, Brad, Aiden—sonreí recordando a este último

—Aurora enloquecida por el almuerzo perfecto para su chiquita preferida—sonreí negando—y, peor aún cuando le dije que tenía que salir por cosas del hospital. Eres mala influencia Vancouver—dijo sonriendo



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En el texto hay: romance, misterio y drama, dolor y odio

Editado: 15.02.2020

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