El Final Del Cuento De Hadas

04

Me dicen que tú ya no estás, háblame para que sepan que no es verdad

La fiesta de Fran había sido demasiado divertida a mi parecer. Todos los chicos la pasaron bastante bien, creo. Pero mi hija se la pasó peleando con Noah el sobrino de Aria, éste le hacía bromas de mal gusto y, para ser sincera, Fran no se quedaba atrás y se la devolvía.

Patrick y Alex sólo tenían ganas de ir y darle una patada al muchacho, con Aurora solo los mirábamos y nos reíamos de sus malas caras. Le dábamos a entender que los dejen y le hacíamos ver que nuestra pequeña Fran, que ya no está tan pequeña, no se dejaba y que no era ningún pan de Dios, que también se las hacía pagar. Aria y Devon sólo se reían de la situación. Si, nosotros como viejos chismosos habíamos observando todo.

Ya todos los amigos de Fran se habían retirado, menos el sobrino de Aria que estaba durmiendo en el sillón, ya que Aria y Devon se habían quedado a ayudar a limpiar. Se notaba que eran muy buenos amigos de Aurora. Fran y su amiga ya estaban en el cuarto de Fran durmiendo o eso creo, porque esas dos juntas son una bomba que nunca se sabe qué es lo que harán, y eso qué a Hannah la conocía desde ayer. Noah nos ayudó a limpiar un poco, hasta que, sin habernos dado cuenta, se quedó dormido.

No me había dado cuenta que me había quedado sola en la sala, hasta que vi que Devon se acercaba hasta dónde me encontraba yo.

—No sé si tú hija con mi hijo se aman o les encanta hacerse bromas pesadas— dijo Devon riendo 

—¿La verdad? No lo sé. Pero estoy totalmente de acuerdo contigo— me reí un poco

Me retiré de ahí, antes de que él pudiera decir otra palabra. Dejándolo totalmente sólo.

Después de lo que me había pasado por confiar demasiado, me costaba bastante interactuar con otras personas.

En eso voy hasta las escaleras y puedo notar que hay una silueta cerca de la entrada de la casa, decido acercarme hasta la puerta pensando que era algún amigo de Fran que se había olvidado algo, pero al abrir la puerta no había nadie, lo cuál me pareció raro y me generó cierto temor. Al estar tan concentrada sobre la silueta que había visto a fuera, caminé un poco más lejos de la entrada. No me di cuenta, hasta que unos brazos me abrazaron

—¿Qué haces en la entrada de la casa?—me preguntó al oído

Me asusté de tal manera que lo empuje lejos de mi y entre a la casa, cuando estaba por cerrar la puerta, vi que esa persona venía atrás mío, me paralice y éste me miró cómo si no comprendiera mi reacción

—¿Estás bien? ¿Sarah?— dijo ésta persona parada frente a mi

No podía responder, sentía como si las cuerdas vocales me las hubieran cortado. La persona delante de mi me tocó el brazo, haciéndome salir de mi trance, haciéndome dar cuenta que siempre fue Alex. Suspire aliviada y luego me acerqué a él y lo abracé muy fuerte

—Nunca me dejes— murmure con un hilo de voz

Alex me transmitía paz, realmente me daba paz

—Jamás mi pequeña girasol

Me separé de él y lo miré a los ojos, para luego suspirar y taparme la cara. Que vergüenza había pasado delante de él. Tremendo papelón. Él agarró mis manos y las separó de mi cara, para mirarme con preocupación

—Perdón por el show que te di hace rato. Tremendo papelón de mi parte. Pero, es que sé me hizo ver una sombra en la ventana, cómo si estuvieran espiando

—¿No habrá sido un amigo de Fran?— preguntó 

—Eso pensé yo, pero al salir no vi a nadie. Sentí una sensación rara y no sé

Alex no dijo nada, simplemente me acerco a su cuerpo y me abrazó muy fuerte

CALEB

Estaba afuera de la casa de Aurora y Patrick. Para ser sincero, hace bastante que los sigo, la verdad es que nunca me alejé.

Me acerqué a la entrada y vi que había luces prendida, entonces decidí acercarme hacía la ventana que estaba al lado de la puerta y la vi. Ahí estaba mi Sarah, tan linda cómo siempre, pero realmente me impactó verla. Ya sabía que había salido, gracias a la información que me proporcionó la gente del penal en el cuál ella estaba. Obviamente toda información comprada. Pero, verla ahí, tan radiante como siempre, como si no hubiera pasado dos años en prisión... Yo no sé, me dejó en shock.

Me dio pánico, cuando me di cuenta que ella se acercaba hacía dónde estaba yo, no sé cómo hice, pero logré alejarme y ocultarme.

Al verla ahí, en la entrada de la casa, me dieron unas enormes ganas de acercarme a ella y besarla como tanto extraño, volver a probar sus labios, pero sobre todo, decirle cuánto la amo a ella y a Fran. Pero sé que eso sería muy imprudente de mi parte.

Lo que vi después me disgustó demasiado, atrás de ella estaba Alex abrazándola. Me hervía la sangre de sólo pensar que mi dulce Sarah ya estaba saliendo con éste. Al parecer no era tan perfecta, tal cual cómo dice mi hermano. Lo que me hizo dudar sobre mi último pensamiento fue la reacción de ella, al parecer está molesta con él porque se soltó de manera brusca y se adentró hacía su casa, cosa que me alegró mucho ya que ella era mía y siempre lo sería. Al parecer Alex nunca entendería eso, que mi Sarah nunca lo vería de otra forma que no sea de amigos, pero él cómo perrito faldero entró detrás de ella, como odiaba a ése tipo.



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En el texto hay: romance, misterio y drama, dolor y odio

Editado: 15.02.2020

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