El Final Del Cuento De Hadas

17

Nunca planee que algún día, te estaría perdiendo 

Mi pierna no dejaba de moverse con nerviosismo de arriba hacia abajo, esperando que el maldito doctor saliera por esa puerta. Ya había pasado una hora, y nada que aparecía, ni siquiera una enfermera avisándome algo, por más pequeño e insignificante que fuese, nada, no me avisaron nada.

Me levanté de mi asiento ya harta y desesperada por esta situación, más que nada, estaba super nerviosa. No podía parar con la ansiedad y el nerviosismo, por saber qué mierda estaba ocurriendo allí dentro de esa maldita sala. Devon se levantó conmigo y se acercó a mí, para luego abrazarme por los hombros, mientras me decía palabras alentadoras. 

No pasaron más de dos minutos, cuándo vi a Patrick junto con Alex atravesar la puerta del hospital y mirar para todos lados buscando algo -o alguien- desesperadamente. Patrick fue el primero en verme y le hizo señas a Alex, para que sepa en qué dirección me encontraba yo. Ambos se acercaron a mi a paso apurado, casi corriendo. Ambos tenían una mirada cargada de angustia, preocupación y miedo. Aunque Alex tenía algo más, algo que no lograba descifrar en la mirada, estaba... ¿enojado?

Una vez que estaban lo suficientemente cerca, me separé del abrazo de Devon dándole una sonrisa de agradecimiento y me encaminé hasta ellos, para recibir un abrazo de Patrick, que duró más de lo que creí. Podía sentir todo su terror, su angustia, pánico y preocupación en éste abrazo. Me separé de él, para darle mi mejor sonrisa de "todo estará bien", él me devolvió el gesto y pasó de largo a saludar a Devon. Me giré hacia Alex, quién al verme no dijo nada más que acercarse a mí y darme un fuerte abrazo tranquilizador, uno de esos que tanto necesitaba en estos momentos, un abrazo que me dijera a mí que todo estaría bien. Alex definitivamente me conocía mejor que nadie

—¿Qué pasó?—preguntó Patrick a mis espaldas

Me giré aún abrazada de Alex, miré a Patrick, luego a Devon que estoy segura que también está intrigado, ya que no le he comentado nada de lo sucedido, me encogí de hombros y solté un suspiro que he estado aguantando toda la maldita noche

—No lo sé—digo, porque es cierto, no sé qué carajos sucedió

Todos, me miraron incrédulos por mi respuesta    

—¿Cómo qué no sabes, Sarah?—dijo Patrick entrando en un sistema nervioso 

—Simplemente no lo sé. Estaba cocinando la cena para los chicos, en la cocina, obviamente, con Aiden sentado en su sillita y jugando, mientras los dos escuchábamos música. Brad estaba en su habitación dibujando, tranquilo, cuándo comprobé qué hacía él, dejé la puerta de su habitación abierta. Fran estaba escuchando música en su habitación, mientras hablaba por teléfono con Hannah. Todo estaba tranquilamente bien—suspiré mientras negaba con la cabeza, para luego frotarme la cara con ambas manos, en señal de frustración—Acababa de sacar la carne del horno, cuándo Brad llegó corriendo a la cocina a decirme que Fran estaba mal, estaba extraña. No lo pensé mucho, y alcé a Aiden en mis brazos para salir corriendo a la habitación de Fran, y la imagen que me encontré, no me lo esperaba para nada. Fran estaba tirada en el suelo, totalmente inconsciente, tenía el pulso demasiado bajo—para ese entonces, ya se me habían vuelto a llenar los ojos de lágrimas

—¿Y qué hiciste?—preguntó Patrick aún nervioso. Lo único que mejor me salió en esos momentos, fue mirarlo con incredulidad 

—Oh si, la invité un helado aquí en el hospital—Patrick giró los ojos—Es obvio Miller, agarré a los niños y a Fran, y los subí al auto para luego traerlos hasta aquí—dije con una pizca de frustración, que espero que no se haya notado realmente 

—¿Por qué no llamaste a una ambulancia?—dijo Alex 

—No sé, hacer todo eso en esos momentos, fue lo primero y la mejor que se me ocurrió—me encogí de hombros, miré a Patrick a los ojos con seriedad—por cierto, tú hijo es mi héroe en estos momentos. Y estoy más que segura, que es una vez más el héroe de Fran—le sonreí calidamente

—¿Por qué?—preguntó Patrick curioso

—Se comportó de manera super madura. Supo mantener la cabeza fría y actuar en el instante. Con tan solo siete años, supo qué hacer. En serio, te felicito, tu hijo es grandioso—dije orgullosa de él 

Patrick me dedicó una sonrisa cargada de orgullo y con un toque de dolor. Miró el suelo, para luego volver a mirarme a mi

—Si, bueno, Aurora y yo lo venimos preparando para una ocasión así desde el año pasado. Puesto que a Fran le dio un ataque de pánico, y se desmayó. Entonces con Aurora le decíamos qué tenía que hacer, por si algún día llegara a pasar eso y ellos se quedaran con la niñera, o por X motivos, se quedaran solos por un mínimo de tiempo. Es por eso que no dejamos a los niños a solas con Fran, no porque nos parezca una chica irresponsable, sino porque uno nunca sabe cuándo le puede ocurrir estas cosas—sonrió con tristeza, para luego levantar la cabeza preocupado y mirarme totalmente sorprendido y angustiados—¿Sarah, dónde están los niños?—preguntó con más preocupación de la que me hubiese gustado



#10042 en Joven Adulto
#10880 en Thriller
#6175 en Misterio

En el texto hay: romance, misterio y drama, dolor y odio

Editado: 15.02.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.