El Final Del Cuento De Hadas

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Eras la persona en quien más confiaba, en quien esperaba que jamás me deje caer, pero sin notarlo, fuiste tú quién me aventó

CALEB

Decidí no quedarme con los brazos cruzados y mucho menos que el enojo me dominara. Necesito llegar a la verdad de todo esto. Al fondo de todo, aunque duela

Aproveche que James no estaba en la casa y decidí meterme en su despacho para empezar

Abrí cajón por cajón, leí todos los documentos impresos y los que estaban en la computadora. Busqué por todo el lugar y no encontré nada al respecto. Empezaba a animarme y, raramente, también me estaba desanimando. Me animaba, porque capaz mi hermano no había sido capaz de hacerme algo así, no a mi. Pero, me desanimaba la idea de recordar que eso pasó hace más de diez años y que capaz no encuentre nada.

Pero no me iba a dar por vencido, no. Yo sabía perfectamente de lo que era capaz de hacer James. Lo que no creía, es que fuera capaz de hacérmelo a mi. A su único hermano, a su única familia.

Me encamine hacia su habitación, luego de acomodar su despacho tal y como él lo había dejado. Llegué a su habitación e hice los mismo. Cajón por cajón, documento por documento, busque bajo su cama, en su armario, todos lados, pero nada. Estaba por rendirme, hasta que sin querer choqué con una pequeña estatua, me gire rápidamente para tratar de detener la estatua antes de que se caiga al suelo y se rompa en miles de pedazos, pero lo que vi me sorprendió. La estatua abrió una puerta o algo así, de la pared. Un pasadizo secreto. Ingresé en el ascensor y apreté el botón para bajar a dónde sea que está cosa me lleve. Llegue a una habitación y antes de ver todo con detalle, decidí inspeccionar con cuidado, no vaya a ser que James esté aquí y arruine todo. Al ver que definitivamente no se encontraba aquí, pude ver con más claridad lo que veía frente a mis ojos. Era una habitación, con una pared con miles de pantallas. Pero estas pantallas no estaban grabando cualquier cosa o la casa, no. En las pantallas estaban los Miller, Sarah, Skrein y los Clark. Estaban todos y en distintos ángulos. ¿Cómo había logrado James ingresar a la casa de cada uno? ¡CLARO, ASÍ HABÍA DESCUBIERTO QUE NOAH ES SU HIJO! los escucho...

Al estar ahí parado, viéndolos a todos, viendo cada movimiento de ellos, cómo se desplazaban por la casa y escuchar sus conversaciones, no sé, me hizo sentir... extraño. Hasta que la vi. Ahí se encontraba mi Sarah, triste, y yo no podía hacer nada para que no lo estuviera. No podía hacer nada para que ella sonriera como siempre, en vez de que estuviera ahí, derramando lágrimas. Me gire con intención de irme, puesto que no quería seguir viendo esto, pero me encontré otra sorpresa mayor... Una pared llena de fotos y cartas

Me acerqué a ella y vi fotos mías, de Sarah, Fran, Patrick, Aurora, los hijos de ambos, Devon, el hijo menor de Devon, Alex, Aria y... Jessica. Al ver su foto ahí colgada en aquella pared, me hizo sentir más confuso de lo que ya estoy. Luego, más arriba, habían fotos de todas las víctimas de James. Algunas tienen una equis y otras un signo de pregunta. Supongo que las que tienen equis, es porque están muertas. Estaba viendo a cada una, hasta que llegue a dos fotos en particular que me dejaron helado. Había otra foto de Fran ahí, esta era más actual de las que había visto hace unos segundos, esta era de ahora y contenía un signo de pregunta. Planea venderla o prostituirla. No puedo permitirlo. Luego, al lado de esa foto, esta la de Jessica, pero esta tiene una equis. Saqué todas sus fotografías de esa maldita pared. Ella no merecía estar ahí. Ella no merecía nada de lo que le sucedió. Estaba decidido a irme de ese cuarto, cuando leí algo en una carta, que me llamó la atención. Saqué la carta de su lugar y empecé a leerla...

Joshua, hermano, espero que el día que te enteres de toda la verdad (aunque para ser sincero, no creo poder contártela) entiendas que todo lo que hice fue por tu bien. Ella no era buena para ti, no lo era. Tú bien sabes que ella era una cualquiera, no te era fiel hermano, y no merecías un corazón roto por ella. Por eso hice todo lo que hice,  y realmente espero que algún día puedas comprenderme y perdonarme. Para serte sincero, no me arrepiento de lo que hice, ella se merecía todo aquello. Esa pequeña zorra, merecía todo y cada una de las cosas que le hice, que le tocó vivir. Hermano, debes de creerme, ella me sedució para que me acostara con ella, no la violé, ella me lo pedía a gritos con sus miradas, sus faldas cortas cuando iba a la casa, sus remeras que hacían que se le viera el ombligo, la manera en que enrollaba su cabello en su dedo, ¡DEBÍAS DE HABERLA VISTO!. Tú seguramente creerías que todo eso era natural en ella, que era normal, pero no, ella lo hacía para provocarme, para seducirme. Porque vamos, ¿iba a nuestra casa, dónde vivían dos hombres ahí, vestida así? Por favor, era una atorranta. Admito que si la mate, lo siento, admito que eso sí hice. Pero todo fue porque cuando me di cuenta de lo que ella había hecho en mí, me dio asco, repulsión. Ella no te merecía hermano. Una zorra así, merecía la muerte. En fin, espero que algún día sepas comprender por qué lo hice. Tú bien sabes que haría cualquier cosa por ti. Estamos solos y somos tú y yo contra el mundo hermano.



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En el texto hay: romance, misterio y drama, dolor y odio

Editado: 15.02.2020

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