El fragmento ámbar. El ojo esmeralda

Capítulo 6

Al día siguiente, tal y como Bas le había indicado, Scarlett fue hacia el lugar donde se había encontrado con él y subió tres calles. Tras una corta búsqueda encontró la panadería que el chico le había mencionado. Aunque ella no sabía leer, el nombre del establecimiento estaba inscrito en un cartel con forma de hogaza de pan. Como no había ningún otro negocio cerca que pudiera parecer una panadería, Scarlett llegó a la conclusión de que debía de tratarse de aquella.

Así, una vez localizado el local en el que el joven Bas trabajaba, Scarlett comenzó a merodear por los alrededores tratando de no llamar la atención. La chica estaba hecha un manojo de nervios y cada vez que oía la puerta de la panadería abrirse daba un brinco, a la espera de la aparición de Basthian. Pero el muchacho no era nunca el que salía por la puerta, sino clientes que la miraban con el ceño fruncido. Como no quería llamar la atención, Scarlett decidió ir a pasear por los alrededores. Ya que no tenía nada mejor que hacer, pidió caridad durante un rato, pero tras recibir en respuesta nada más que un silencio tajante por parte de aquellos a los que se acercó, lo dejó estar. Al cabo de poco volvió a pasar por la calle de la panadería, y cuando observó hacia el interior del establecimiento se sobresaltó al darse cuenta de que las luces que antes había visto desde el interior ahora estaban apagadas.

Los nervios que había conseguido serenar la poseyeron de nuevo y comenzó a mirar por todas partes en busca de Bas. Como no sabía en qué dirección iba el muchacho cuando salía a repartir el pan duro eligió un camino al azar y se puso a buscarlo de calle en calle. Sin embargo, el chico no apareció, por lo que Scarlett volvió hacia La Buena Hogaza. Cuando se acercaba al local vio que la puerta, a pesar de que las luces del interior estaban apagadas, se abría. Un hombre corpulento y gordo, cuya calva brillaba de sudor a pesar del frío, y que vestía ropajes de trabajo manchados de harina, salió por la puerta. Una vez fuera sacó un manojo de llaves y eligió una. Cuando la introducía por la cerradura vio a Scarlett. Ella detuvo su avance y el hombre frunció el ceño.

En el momento en que el panadero abrió la boca para replicar a la muchacha que quién era y qué quería, Scarlett ya se encontraba en el otro extremo de la calle, corriendo como una poseída y con el corazón restallándole en los oídos.

Al cabo de unos minutos por fin se serenó y se detuvo y unos minutos más tarde recuperó el aliento. Se paró junto a una esquina y pensó en lo que acababa de sucederle. «¿Por qué me he puesto tan nerviosa?» Pensándolo fríamente no había nada explícitamente peligroso en la situación. Aunque el panadero le hubiera dicho algo, él no sabía por qué ella se encontraba en aquel lugar. Sin embargo, el hecho de saber que estaba haciendo algo que no debía, o que le podría traer problemas a ella o incluso al chico que se había ofrecido a ayudarla eran pensamientos que le habían impedido actuar con la mente fría.

Poco después llegó al refugio y le explicó a Dewitt lo ocurrido. Scarlett se fue a dormir triste y cansada. Cuando Dewitt la había visto llegar con las manos vacías, ella había visto apagarse un pedacito de él en su mirada. Y eso, poco a poco, la mataba más que el hambre.

 

 

Tras el intento de encontrarse con Bas, el muchacho que trabajaba en la panadería, Scarlett dejó pasar algunos días sin hacer intento de aproximarse a la zona donde se encontraba La Buena Hogaza. No le gustaba la idea de que alguien, especialmente el dueño del establecimiento, se percatara de que su presencia cerca del local era más habitual de lo normal. Por ese motivo Scarlett volvió a su rutina normal durante dos días, con el joven Dewitt acompañándola en sus largas caminatas por las calles cada vez más frías de Capital. No fueron días especialmente malos, aunque lo que conseguían no les duraba hasta la mañana siguiente y de poco les servía para paliar la enorme sensación de hambre y fatiga que se apoderaba de ellos día tras día.

Pasados dos días Scarlett decidió que era buena idea intentarlo de nuevo. Aquella vez esperó un poco más a que la luz de los soles hubiera menguado hasta casi desaparecer para pasearse por delante de la panadería donde Basthian trabajaba de aprendiz.

En el momento en que puso los pies en la calle donde se encontraba La Buena Hogaza sintió que su corazón volvía a bombear con demasiada fuerza y los nervios comenzaban a acelerarle la respiración. Antes de continuar andando, sin embargo, cerró los ojos y, tal y como había hablado con Dewitt, respiró profundamente tratando de convencerse de que no estaba haciendo nada malo allí. «Solamente estás paseando». «Solo estás de paso, no vas a meterte en ningún problema». Continuó así durante unos minutos, hasta que los nervios por ser vista allá plantada por alguien la obligaron a abrir los ojos y comenzar a andar. No se sentía tranquila, pero quizá había conseguido templar y relajar un tanto su mente.

Y como si hubiera estado esperando que ella arrancara a andar, cuando hubo dado dos pasos la puerta de la panadería se abrió y una pequeña figura cruzó el umbral. Scarlett pudo reconocer la silueta del niño llamado Bas, que, sin verla a ella, se dirigió hacia el lado contrario de la calle. Iba vestido con unas ropas similares a las que llevaba cuando conoció a Scarlett, además de un delantal blanco y desgastado que le iba demasiado grande. Portaba una cesta de esparto trenzado que acunaba con los brazos con mucho cuidado, como si se tratara de una madre con su recién nacido.

Scarlett estuvo tentada de llamarlo, pero estando tan cerca de la panadería creyó más prudente seguirlo y llamar su atención en un lugar un poco más alejado, y eso fue lo que hizo. Al cabo de unos minutos, cuando ella ya estaba segura de que desde la panadería no podrían escucharles, aceleró el paso hasta que estuvo lo bastante cerca del chico como para llamar su atención con un susurro. Bas no pareció asustarse cuando oyó el sonido, sino que se giró hacia Scarlett, curioso. Cuando la reconoció sus ojos se iluminaron y mostró una amplia sonrisa.



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En el texto hay: distopia, aventura epica, mitologia

Editado: 27.03.2020

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