El gen

10. La neblina

Me arrepentía un poco de haber aceptado la competencia con el rubio, me había levantado de la cama, pero mi espíritu seguía aún acurrucado en las cómodas y calientes sábanas.
"Toc, toc, toc"
El rubio tocó mi puerta muy temprano con insistencia y por más que quise ignorarlo, terminé dándome por vencida y le pedí que me esperara quince minutos en lo que me vestía con ropa deportiva.
Salí de mi dormitorio y Luke estaba parado frente a él luciendo tan fresco ¿por qué los hombres lucían tan bien siempre?
Era algo que me preguntaba con frecuencia, incluso si salían de fiesta y llegaban prácticamente a ponerse el uniforme se veían espectaculares, radiantes y frescos como lechuga, sin rastros de haber tenido una noche algo desenfrenada.
Envidiaba eso.
Aunque jamás podría aceptarlo frente a ellos era algo que solo aumentaría sus egos y nadie soporta a un hombre con un ego tan alto, absolutamente nadie.
—Buenos días— saludé con mi mejor aspecto.
—Buenos días solecito— saludo burlándose de mi aspecto y negando con su cabeza muy divertido.
El rubio sabía que en este momento lo estaba odiando por proponer que la competencia fuera temprano.
Él pensaba que tenía una ventaja.
Caminamos hacía el campo y los pasillos de la central aún se encontraban despejados sin una solo alma rondando por el lugar.
El campo todavía estaba completamente a oscuras, era demasiado temprano y el sol aún no salía, corría una brisa helada.
—¿Estás lista para perder?— mencionó muy seguro de si mismo y con una sonrisa maliciosa.
—No, ¿y tú lo estás?— respondí atacando y me reí de él ¿en serio creía que podría ganarme?
Observé en el campo a la soldado Page o mejor dicho la nombrada pajarito de la central y de hecho me sorprendía mucho que se encontrará tan temprano por el lugar.
Supongo que el chisme nunca descansa.
—Buen día soldado Page— saludamos al mismo tiempo.
—Buen día teniente Luke y soldado Miller— respondió observándolo curiosa y se retiró del lugar al parecer ya había finalizado con su "entrenamiento".
Comenzamos con la primer etapa de la competencia que era "resistencia" y era básicamente dar aproximadamente unas treinta vueltas a la pista ganando así el que primero llegara a la meta.
¿En qué demonios pensábamos?
Realmente no sabía porque seguíamos haciendo esta boba competencia, pero disfrutaba ver al rubio con esperanzas de derrotarme cada vez y sobretodo me encantaba burlarme de el cada que ganaba.
¿Era mala? Por supuesto que sí.
Luke 1-0 Adeline.
—Te gané fácilmente— pronunció riendo y lo ignoré.
—Sabes que todavía sigo algo dormida— comenté tratando de recuperar el aliento.
El rubio me ganó aprovechando la ventaja de que aún seguía algo dormida y era obvio que por eso había propuesto que fuera temprano por la mañana.
No se la dejaría tan fácil.
Todavía faltaban más pruebas en las que acabaría con el y su torpe intento de ganarme.
Luke 1-1 Adeline
Le gané fácilmente la prueba de terminar el duro y cruel circuito de entrenamiento.
"—No puedo más, me rindo— pronunció intentando recuperar el aliento"
Luke se había rendido con facilidad a la mitad del circuito y no lo culpaba el circuito era al estilo "Louis Kirstein" sí, ni siquiera en la central dejábamos de ver ese circuito que nos había hecho sufrir tantas veces y que al principio de nuestro entrenamiento nos atormentaba por las noches.
Luke 3-5 Adeline
Al final finalizamos con la competencia de puntería en el campo de tiro la cuál obvio yo ganaría por mucho.
"—Intenta superarme está vez— pronunció con robo burlón empezando a disparar."
El rubio seguía convencido que en ese último exámen me había vencido en el puntaje de tiro y que realmente había errado algunos tiros.
Era algo testarudo.
No importaba que le repitiera muchas veces que Louis me aconsejó fallara esos disparos, era necesario para no levantar demasiadas sospechas.
—No te sientas triste— me burle de el rubio tocando su hombro.
—Te ganaré en la siguiente— anunció optimista repitiendo la misma frase de siempre.
Era un hecho que iba a terminar ganando la competencia y aunque Luke quisiera la revancha, solo quería descansar un rato más antes de que mi último turno comenzará.
Era genial que finalmente tuviera vaciones, aunque solo se trataran de dos semanas libres.
—Espero este turno termine rápido— añadió suspirando el rubio mientras caminamos.
—¿Vendrás conmigo a casa?—pregunté observándolo —Luke, sabes que también eres de la familia— añado.
—No, tengo pensado visitar la casa de abu Margaret— responde pensativo.
Abu Margaret, llamaba de esa manera a la anciana que lo había adoptado y quién ciertamente le enseñó por primera vez lo que era sentirse amado y le dio todo el cariño que merecia y la vida le negó por tantos años.
—Sí quieres puedo acompañarte unos días— respondí abrazándolo por la cintura –No tendría problema– añadí.
Pareció pensarlo por unos segundos, pero después de todo negó suspirando y forzó una sonrisa.
—Estaré bien, solecito— mencionó serio y asentí, tampoco quería presionarlo y suponía que era algo que necesitaba afrontar el solo.
Me acompaño hacía mi dormitorio, porque le quería enseñar el collar que habría comprado para Adella y quería que me diera su opinión acerca de el.
Luke y mi hermana se adoraban, incluso aveces me sentía celosa porque creía que se querían más ellos que a mi y me dejaban por fuera, pero no había más alejado de la realidad que eso.
Cuando nos acercábamos a mi dormitorio divisé a lo lejos a la pelirroja con la que había tenido una pelea días antes y que caminaba hacía nosotros por el pasillo del dormitorio de las chicas, aunque era raro verla exactamente en esta sitio muy alejada de los dormitorios de los tenientes.
Observó nerviosa a Luke, pero no me sorprendió en absoluto el rubio solía causar ese efecto en las chicas era muy atractivo con buen físico, alto, rubio, ojos jade y estúpidamente millonario.
—Buenos días— saludo y observó al rubio a mi lado tragando saliva.
Ambos nos quedamos extrañados por su repentino comportamiento amable.
¿Acaso le habia golpeado fuerte la cabeza?
Espere a que continuara caminando y no lo hizo se mantuvo de pie frente a nosotros.
—Te estaba buscando Miller— pronunció nerviosa rascándose la nuca.
—¿A mi?— pregunté seria.
Era ciertamente extraño, desde la pelea no la había visto, ni tenido algún contacto con ella y realmente esperaba que las cosas continuaran igual.
"No más problemas, por favor"
—Quería disculparme— pronunció forzando una sonrisa.
—¿Por qué el repentino cambio Olivia?— interrogó el rubio inexpresivo.
La pelirroja se movió inquieta intentando hacer el esfuerzo de no verse tan afectada con su presencia, pero fracasaba.
—Me van a trasladar de central y estos días que estuve suspendida tuve el suficiente tiempo para pensar y finalmente me di cuenta que mi actitud no había sido la correcta— respondío tratando de sonar convincente y comenzaba a sudar.
Luke comenzó a reírse indiferente y lo codee haciendo que se mantuviera en silencio volviendo a su compostura seria.
—Tienes razón Olivia tu actitud era la de una niña malcriada y no la de una teniente o incluso un soldado— respondí insensible y me mantuve seria.
—Entiendo que todo lo que hice antes fue un abuso de autoridad y es por eso quise pedirte disculpas antes de irme ¿todo bien Soldado?— pronunció ofreciéndome la mano.
Observé al rubio en busca de respuestas o ayuda ¿como se suponía que debía de actuar?
El rubio finalmente asintió en aprobación.
—Todo bien— respondí aceptando su mano y la pelirroja salió del lugar casi corriendo inmediatamente.
¿A dónde iba con tanta urgencia?
—Eso ha sido realmente extraño— pronunció el rubio —O realmente le diste muy fuerte en la cabeza— comentó riéndose a carcajadas de la pelirroja.
Llegamos hasta mi dormitorio y noté que la puerta estaba entreabierta ¿no la cerré antes de salir? Bueno, aveces olvidaba cerciorarme si la habia cerrarado bien y no, realmente no era la primera y posiblemente tampoco seria la última vez.
—Pasa— mencioné entrando a la habitación y el dormitorio olía un poco extraño ¿de dónde conocía ese olor?
Sería algún perfume o crema que se habrían caído rompiéndose en algún rincón y el olor se habría esparcido por toda la habitación.
—¿Has comprado algún ambientador?— interroga curioso captando el peculiar olor.
Niego con la cabeza y busco en mi mesa de noche lo que le iba a enseñarle sacándolo de su caja y mostrándole el pequeño collar de una mariposa con pequeños diamantes incrustados.
—Le encantará— menciona tosiendo.
¿Qué es ese extraño olor?
El rubio responde a mi pregunta señalando el gas que comienza a salir debajo de la cama.
—¡No respires Luke!— ordené tratando de abrir la puerta y no cede.
Estaba bloqueada.
—¿Quién hizo esto?— añade tosiendo confundido.
Luke se tambalea un poco así que lo tomo de la cintura para que se apoye en mi y pueda caminar conmigo hacía el balcón intentando abrir la puerta que tampoco cede.
"No, no, noo"
Observo hacía todas partes desesperada en busca de algún soldado en el patio, pero el lugar continúa desolado y ni siquiera veo a alguna sombra cerca.
Intento llegar a la otra esquina del dormitorio para evitar seguir respirando el gas tóxico que continúa saliendo debajo de la cama y Luke intenta seguir mis pasos torpemente.
—Fue Olivia ¿cierto?— pronuncia tosiendo y asiento confirmando su sospecha.
Sabía que era extraña la actitud de Olivia ¿ella pidiéndome disculpas? Por favor, era algo muy sospechoso.
El gas se devolvió a la ubicación debajo de la cama terminando con su función y nosotros nos desplomamos cayendo al suelo.
—¿Qué fue lo que respiramos?— pregunta mi amigo Luke quejándose.
—Era la neblina— respondí sudorosa.
La "neblina" era un gas toxico en el que la central estuvo experimentando por meses y que desecharon por ser extremadamente inestable.
El rostro del rubio se lleno de confusión abriendo sus ojos de par en par y negando, estaba igual que el.
¿Cómo lo consiguió Olivia?
Habían eliminado toda información que tuviera que ver con el y desechado los prototipos existentes.
—Luke— llamo su atención— Sospecho que por el olor de antes también tenía aconitum— añado tosiendo.
—¿Cómo lo sabes?— interroga confundido e intenta reprimir el dolor.
—Justamente es así como se siente tenerlo en tu sistema— respondo y me retuerzo por el dolor.
Louis me lo había inyectado en una ocasión y sabía como se sentía tenerlo en mi sistema, el efecto en mi era insoportable y justo ahora era igual.
—Tenemos que salir— anunció desesperado tratando de ponerse de pie y el dolor lo detuvo manteniendo al rubio inmóvil.
Centro su vista en mi buscando de algún indicio de esperanza en mis ojos, pero solo negué con la cabeza.
"Estamos atrapados"
Hice un último esfuerzo y me arrastré hacía la cama con la poca fuerza que me queda y me subí a ella cogiendo el móvil.
Intenté pedir ayuda, pero el dolor fue tan insoportable que me hizo soltar el teléfono lejos de mi y ya no tenía oportunidad de alcanzarlo de nuevo mi tiempo se acababa.
¡Mierda!
—Luke, quedarás inconsciente en dos minutos— pronuncié adolorida.
—¿Y tú?— soltó preocupado.
—Segundos, me quedan segundos Luke— balbuceo y comienzo a respirar con dificultad.
—¡Adeline!— escuché gritar a mi amigo, pero no podía responderle.
Observé el papel y pluma que yacía sobre la mesita de noche y utilicé mi ultimo aliento para tratar de alcanzarlos, aunque el dolor fuera inhumano haciéndome gritar.
Lo conseguí.
Hago el intento de escribir su nombre "Olivia" solo espero que alguien encuentre la nota y no se salga con las suyas.
Mis esperanzas de vida son bajas hay demasiado aconitum en mi sistema y si no me inyectan la cura a tiempo, moriré.
—Por favor, salven a mi hermano— susurró y la nota se desliza de mis dedos.
《Es el fin》mis ojos se comienzan a cerrar poco a poco y empiezo a quedarme profundamente dormida.



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En el texto hay: esta es una historia con muchos secretos

Editado: 02.09.2024

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