Capitulo 14

Capítulo 14

En la noche, había una joven sentada encima de una enorme roca, acostada boca arriba, viendo a través de aquellos ojos cercetas, mirando perdidamente las estrellas, que iluminaban la noche acompañando a la solitaria luna. Dentro de su mente, había recuerdos, tanto pensó en ellos que, sin darse cuenta, su mente subconsciente se activó y la introdujo en un estado profundo de manera inconsciente y a su vez, estando consciente de su entorno.

–  Dentro de los recuerdos –.

– mama, ¿Dónde esta el abuelo? – pregunto una niña curiosa, viendo con alegría a su madre

– Oh, el viejose encuentra descansando en su hogar, Kiyoe – respondió suavemente aquella mujer, observando con sus ojos esmeraldas a su hija, con una sonrisa formada y su cabello suelto.

– Ouluu… crei que el abuelo se quedaría por unos días…

– jajaja el abuelo regresara, después de todo tiene un bastón que le ayude…. – susurrando lo último la mujer, recordando un recuerdo que muy profundo de su cabeza, lo escondio…

– En fin, - entrecerró sus ojos y antes de abrirlos, suspiro – dejemos al abuelo de lado, y a propósito ¿Te gustaría acompañarme? – pregunto la mujer, mientras un aura de misterio pareció rodearla.

Sin esperar la respuesta de la niña, se paró y camino con tranquilidad hacia un lugar, un sendero totalmente diferente al de su reino, en ese camino la naturaleza estaba muerta, había varios árboles de un color negro morado, no habían extrañas caras como contaban las tenebrosas historias, sin embargo, su color era algo que lo distinguía de un árbol común y corriente, como si este camino fuera maldito.

Las hojas de estos extraños árboles, eran de un color blanco rasgando el parecido color blanco de la nieve, ciertamente era una extraña combinación, pero centrándonos en la historia, la niña al oir las palabras de la mujer, se llenó de curiosidad y camino a su lado apresurada, no pudiendo evitar su curiosidad, pregunto.

– ¿A dónde vamos, mama? – pregunto curiosa, viendo a su figura materna mientras caminaba a su lado.

– ¿Quién sabe? – respondió con otra pregunta, una sonrisa diminuta se formó en su rostro, acariciando con calidez el cabello de su hija, quien solo puedo hacer un mohín y gruñiendo un poco al no tener su respuesta.

El viaje transcurrió en silencio y calma, no había ninguna criatura que perturbara dicha paz y comodidad que ambas mujeres sentían por el sendero que caminaba, hasta que, de la nada, una poderosa luz brillo antes los ojos de ambas, una luz que ilumino con intensidad el bosque, para seguidamente disiparse poco a poco.

Cuando finalmente el camino del sendero termino, la pequeña niña quedo asombrada antes los sucesos que sus ojos experimentaban. Un mundo diferente al ordinario.

– Wow… - no pudo evitar con asombro este mundo, rápidamente sus ojos se fijaron en la mujer y en silencio espero una respuesta.

– Hermoso, ¿Verdad? – pregunto con una sonrisa, entrecerrando sus ojos al mismo tiempo –  Este mundo, es denominado Meissa. – hablo con suavidad, notando como su hija seguía en silencio viendo los alrededores, los extraños paisajes, tanto flora como fauna. – Estamos en un mundo diferente, en un lugar considerado Mito.

La niña pareció recuperar la compostura nuevamente, al escuchar la palabra “Mito”, la oji cerceta la miro fijamente a los ojos con curiosidad y a su vez, se acercó a una roca que estaba cerca de esta, acto seguido, se sentó sobre ella.

– Mama… ¿Por qué este lugar en un Mito? ¡Mira esto, es un maldito paraíso! – grito la niña.

– jeje cuida tu vocabulario cariño, mama no te enseño hablar así, ¿o sí? – expreso suave, sentándose a su lado, acariciando en el proceso la melena de su próxima heredera, legado. Sin embargo, no recibió ninguna respuesta de la niña.

– Algún día entenderás él porque es considerado un mito, deseo que este lugar no sea conocido por los humanos… – continúo acariciando su melena, su sonrisa poco a poco iba disminuyéndose en su hermoso rostro –  confió en ti, hija mía. Sé que me arriesgo demasiado, pero ansió que guardes este secreto en lo más profundo de tu corazón – cuando su sonrisa se desvaneció, dejo de acariciar la melena de su hija, viéndole con una mirada llena de tristeza. – Prométeme… que te cuidaras… que protegerás a quienes amas y que seguirás un buen camino… no dejes que tu padre tome el control de tu destino… después de todo, él también es una marioneta más…

Kiyoe, simplemente asintió, no entiendo demasiado las cosas que su madre decía, después de todo tenía 9 años. Mientras tanto, siguió observando con asombro las nuevas cosas.

– Fuera de los recuerdos: vuelta al presente –.

– Tal vez… es hora de regresar, es hora de volver a tomar el mandoble – pensó tranquila, observando con pereza las estrellas que iluminaban a cada rato a la oscuridad, acompañándola con su calidez, calmando la fría que la oscuridad poseía como característica.

La chica aparte de estar recostada de boca arriba, estaba leyendo un papel amarillento, leyendo una noticia sobre un guerrero que parecía ser invencible, además de la interesante información que daba el papel, ofrecían una recompensa por su cabeza hablando de unos aproximados miles de monedas de oros.

Lo que causo, que Kiyoe sonriera con diversión, remplazando su energía perezosa por una emocionada como si de una niña se tratase…. O de una bipolar.

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Dentro de una casa, estaba una persona parada en el centro del pasillo, fumando con un cigarrillo, seguidamente sin dejar de sostener el tabaco, suspiro, soltando el humo por su boca, a partir de allí, el humo comenzó a mostrar forma, revelando algunas escenas del pasado, mostrando lo que sucedió en esta casa.

Lo que vio, no le sorprendió en absoluto, al contrario, solo causo que suspirara, ¡por dios ¿Cuántas veces ha suspirado?! Quizás no sabría la cuenta, pero definitivamente estaba suspirando bastante, tal parece que la vejez le está llegando rápido a causa del estrés y falta de sueño, si sigue así, su cuerpo le pasara factura y no podrá moverse por una o dos semanas, aunque no le importaría estar postrado en la cama por ese determinado tiempo, después de todos, al menos evadiría el trabajo por un pequeño lapso de tiempo.