El hechizo de tu sangre - Serie Hechizo

Capítulo 10

Xander - Al Norte del Atlántico

 

 

Camila ya no quiso cenar con él luego del incidente del internet, pero se la pasaba deambulando por el castillo buscando conexión. Afortunadamente, no hablaba con nadie al respecto, pero él sabía que ella no dejaba de pensar en aquello. Apenas había avanzado con sus clases de noruego.

 

Lamentaba esta situación, pero tendría que tomar cartas en el asunto, no podía vigilarla todo el tiempo y si no encontraba lo que quería en el castillo, lo siguiente sería importunar a la gente de la aldea.

 

Una mañana, se decidió a dejar en el comedor su laptop, en un lugar visible, para que la pudiera encontrar fácilmente, y además permitió que ella lo viera salir hacia la torre, haciéndole pensar que no estaba cerca.

 

Camila no era tan tonta, así que cuando encontró la laptop, regresó hasta la puerta de entrada para asegurarse de que él seguía en la torre. Para él, esto no fue un problema, ya que era lo suficientemente veloz como para hallarla infraganti. Y así fue.

 

La chica apenas se sentaba en la portátil, cuando él apareció junto a ella.

 

- Parece que no crees en mis palabras.

 

- ¡Ouu!!! - ella aulló del susto y se puso de pie de un salto - ¡No hice nada! Peroo… ¿¡De dónde salís!?

 

- Soy más veloz que la mayoría, ¿No lo sabes? - Explicó tomándola del brazo, mirándola de manera amenazadora.

 

- No hice nada…

 

- Me equivoqué al ser tan blando contigo - gruñó apretando los dientes. - Las próximas fotos que Gaspard reciba, serán reales.

 

- ¡Bardu! - gritó llamando a su lacayo más cercano. - Tírala a la mazmorra.

 

- ¡No! - Gritó asustada. - ¡Por favor!

 

Él no la miró mientras Bardu la arrastraba hacia el subsuelo.

 

 

*****

 

 

Camila - Al Norte del Atlántico

 

 

La celda era fría y húmeda, estaba ahí hacía algunas horas, empezaba a tener hambre, no había ni una cama, ni un lugar donde pudiera orinar, nada, sólo era un cubículo de piedra, con una puerta que ni reja tenía, no entraba luz; y el aire, aunque no se agotaba, se hacía viciado y sofocante.

 

Suspiró agobiada y se sentó en un rincón, con miedo de que haya alguna rata. ¿Cómo podía haber sido tan tonta? Siempre le molestaron las historias donde la protagonista se ponía en riesgo a sí misma de una manera estúpida; le parecía que eso hacía quedar muy mal a las mujeres, y ella “¡como una tonta!” terminó haciendo lo mismo. Pasó de estar en un dormitorio hermoso, con un baño espectacular, vistiendo la mejor ropa, a un calabozo mugroso.

 

Se confió porque, tomando las palabras de Xander, él había sido muy blando. “Soy hija del rigor” pensó, “Si él hubiera demostrado antes que era capaz de hacer esto, yo no habría ni pensado en tocar esa notebook”, pero ahora el mal ya estaba hecho y se tenía que bancar el churrasco.

 

Pasaron las horas y empezó a sentir ganas de orinar, golpeó la puerta y gritó pidiendo que quería ir al baño, pero nadie vino. Terminó por bajarse los pantalones y hacer en un rincón, sólo esperaba en la oscuridad no olvidarse dónde lo había hecho y no sentarse encima.

 

 

*****

 

 

Gaspard - Complejo Vex, Prov. de Santa Cruz, Argentina.

 

 

Ya habían pasado dos meses desde que Xander había secuestrado a Camila. El último email había sido casi un mes atrás. No podía aguantar la espera y decidió llamarlo.

 

Tomando el teléfono, marcó el número de Xander y le dio el contestador.

 

Se sentía frustrado.

 

El teléfono sonó, era Xander, que le devolvía la llamada.

 

- Xander, ¿Por qué no he sabido ni de ti ni de Camila en todo el maldito mes? - hablaba en francés y se notaba alterado.

 

- ¡Gaspard! ¡Qué gusto oír de ti! - respondió con ironía, y pasando por alto la actitud agresiva. - Dime, ¿Alba se está portando bien?

 

- Perfectamente… Xander, por favor - suplicó.

 

- ¿Si?

 

- Necesito saber de Camila, déjame hablar con ella.

 

- Ahora no puede responderte, ella está recapacitando un poco sobre su mala actitud en mi mazmorra.

 

- ¿Mala actitud? Pero si ella no es así.

 

- ¿Ah, no?

 

- ¡No!

 

- Bueno, será que yo despierto su lado apasionado.

 

- Por favor, Xander…

 

- Que te baste saber que sobrevive - y le colgó el teléfono.

 

Anne Marie era rebelde, y a veces de mala actitud, pero ¿Camila? Ella nunca había mostrado ninguna de esas cosas, siempre le pareció que era tan diferente a la de antaño. Era muy raro que ella sabiéndose en peligro, actuara de manera imprudente, ¿sería verdad lo que decía Xander y en ella se había despertado algo que estaba dormido?

 

 

*****

 

 

Xander - Al Norte del Atlántico

 

 

Durante el día, desde la torre había podido oír que, intermitentemente, Camila gritaba, ahora ya hacía varias horas que se había callado, no sin antes haber sollozado por largo rato. Seguramente tendría hambre y sed, y por supuesto, miedo.

 

Hacía un par de horas que Gaspard había llamado y sabía que debería ya haberle mandado nuevas fotos, pero a Camila eso no le gustaba y era lo que lo había detenido de hacerlo antes.

 

Ahora, mientras ella estaba presa allí, Gaspard le había dicho que era muy raro que la mujer se rebelara, qué podría ser lo que le sucedía, le daba todo lo que pudiera necesitar...

 

Bardu, detrás de sí, lo interpeló, irrumpiendo en sus cavilaciones.




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